Investigadores de la Escuela de Medicina de Stanford (EE.UU.) han
identificado por primera vez las células madre del cáncer de vejiga y
han desvelado cómo consiguen escapar de las defensas naturales del
organismo. Los resultados de su trabajo se publican esta semana en la
edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of
Sciences' (PNAS).
Existen dos tipos principales de cáncer de vejiga, uno que invade
el músculo alrededor de la vejiga y produce metástasis en otros órganos
y otro que se mantiene confinado en la vejiga. A diferencia de los
cánceres no invasivos más tratables, que constituyen el 70 por ciento
de los cánceres de vejiga, la forma invasiva es en gran medida
incurable. Aunque alrededor del 15 por ciento de los cánceres no
invasivos finalmente se convierten en invasivos, no existe un método
diagnóstico actual que pueda predecir cuál progresará.
Los investigadores, dirigidos por Keith Syson Chan, utilizaron
células madre de cáncer de mama para identificar una subpoblación de
células del cáncer de vejiga humano con cualidades de células madre:
las células formaron tumores cuando las trasplantaron a ratones con los
sistemas inmune deficitarios.
Después los científicos examinaron qué genes se expresaban más en
estas células que en otras células de cáncer de vejiga del mismo tumor.
Descubrieron que la mayoría, pero no todos, de los cánceres de vejiga
no invasivos expresaban niveles más bajos de estos genes que los
cánceres invasivos.
Investigaciones posteriores mostraron que los cánceres no
invasivos anómalos con niveles superiores de expresión genética se
comportaban de forma más agresiva: alrededor del 80 por ciento
recurrían en los 25 meses de diagnóstico inicial, mientras que sólo
alrededor del 20 por ciento de los tumores en los que la expresión
genética era menor.
De entre estos genes, los investigadores utilizaron uno que
codifica una molécula de la superficie celular llamada CD47 que en
anteriores estudios evitaba que las células de la leucemia fueran
tragadas por los macrófagos al unirse a una molécula de la superficie
del macrófago.
Cuando los científicos bloquearon esta interacción con un
anticuerpo específico de CD47 los macrófagos podían tragarse las
células de leucemia. Al intentar un experimento similar con las células
madre de cáncer de vejiga en un tubo de laboratorio sucedió lo mismo:
los macrófagos humanos comenzaron a destruir las células cancerígenas.
"La leucemia es completamente diferente a la clase de cáncer
epitelial de la vejiga por eso fue tan excitante ver que estas dos
clases de células madre cancerígenas utilizaban un mecanismo similar
para escapar de los macrófagos. Es también muy interesante descubrir
que los macrófagos parecen tener un papel tan importante en la
progresión del cáncer", señala Chan. En la actualidad los científicos investigan si CD47 se expresa en
altos niveles en otras células madre del cáncer y evalúan vías para
ayudar a los macrófagos circulantes a entrar mejor en los tumores
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