Con la incorporación de dos genes, un grupo de investigadores suizos ha desarrollado una variedad de arroz que contiene seis veces más hierro que los granos de arroz blanco.
El
equipo de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich espera que su
producto contribuya a paliar la carencia de hierro en los países en
desarrollo.
Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la anemia por deficiencia de hierro es el problema de salud más
difundido a escala mundial. Las embarazadas y los niños son los más
afectados. Uno de los principales factores causantes de
enfermedades es la carencia de hierro en la dieta. El arroz, alimento
básico para casi la mitad de la población mundial, contiene hierro,
pero mayormente en la envoltura exterior del grano. "Aquí radica el
problema", según Christof Sautter, jefe del proyecto. "Debido a
que en los climas tropicales y subtropicales la cáscara del arroz se
enrancia rápidamente, debe ser eliminada antes de almacenarlo. Lo que
queda del grano, que es lo que se consume, contiene mayormente almidón
y muy poco hierro", declara Sautter a swissinfo. Los
investigadores intentaron elevar el contenido de hierro en el grano de
arroz. Pero las técnicas tradicionales de cultivo no dieron buenos
resultados. Anteriormente se realizaron cambios genéticos
utilizando un gen individual que debía mejorar el almacenamiento de
hierro o el transporte de este elemento en la planta de arroz. Sin
embargo, los resultados fueron insatisfactorios. Por esta razón los
investigadores zuriqueses implantaron dos genes.
Hierro, en el centro del grano
"Combinamos
una mejora en el transporte y almacenamiento de tal manera que pudimos
incrementar seis veces el contenido de hierro en el centro del grano de
arroz", explica Sautter. Los resultados de la investigación, bajo
la dirección de Sautter y Wilhelm Gruissem, fueron divulgados a fines
de julio en la versión digital del Plant Biology Journal. Los
científicos están satisfechos con la nueva variedad de arroz. Los
prototipos cultivados en invernadero se comportan normalmente. Hasta el
momento no hay indicios de repercusiones negativas para el ambiente,
tampoco en relación al contenido de hierro en el suelo. "El objetivo es
poner este arroz modificado genéticamente a disposición de los pequeños
campesinos, sin costo alguno. No deberían existir derechos de patente". Sin
embargo, hasta la entrega a los campesinos pasarán algunos años debido
a que los prototipos aún no son aptos para la explotación agrícola. El
siguiente paso debe darlo una institución como el Instituto
Internacional de Investigación del Arroz, con sede en Filipinas, o la
industria, señala Sautter.
Próximos pasos
En
primer lugar, los genes deben ser transferidos a las variedades
locales. "Y al tratarse de tecnología genética, se necesitan las
pruebas y los estudios de seguridad indispensables, lo que toma mucho
tiempo. Por la experiencia con el 'arroz dorado' sabemos que ello
durará entre cinco y diez años". El llamado 'arroz dorado'
enriquecido con Vitamina A, anunciado en el año 2000, fue desarrollado
por otro equipo de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), en
colaboración con la Universidad de Friburgo en Alemania. Los primeros
experimentos de campo empezaron en 2004 y continúan hasta hoy. Muchos
países tienen imposiciones legales que regulan las pruebas de cultivo
con organismos transgénicos. A ello se agrega que muchas organizaciones
no gubernamentales tienen reparos respecto a las posibles consecuencias
para la salud y el ambiente de organismos genéticamente modificados
(OGM). Sautter opina que la población aceptará cada vez más los
OGM. Y considerando que el contenido de hierro del arroz es relevante
en la alimentación, su equipo planea elevarlo 12 veces , de modo que
cubra la necesidad diaria de hierro con una única comida.
Ventajas alimentarias
Los
especialistas en nutrición son conscientes de las ventajas de la
llamada biofortificación. Así se llama el proceso a través del cual se
cultivan plantas con altos contenidos de nutrientes, de manera
convencional y/o por medio de la biotecnología. A favor de este
proceso está, por ejemplo, la OMS, que lleva a cabo un programa contra
la deficiencia de hierro y otros problemas de alimentación como la
falta de vitamina A o de yodo. "Teóricamente, las plantas
biofortificadas u otros métodos como el enriquecimiento industrial o
los suplementos podrían mejorar el estado de salud de una persona que
sufre una deficiencia", señala Juan Pablo Peña-Rosas, jefe de la
Sección Oligoelementos de la OMS. "Sin embargo, queda aún mucho
por hacer hasta que se demuestre que alimentos como el arroz producido
en Zúrich pueden reducir la carencia de hierro". De acuerdo a
cifras de la OMS, 1.620 millones de personas en el mundo padecen anemia
por falta de hierro, lo que convierte esta deficiencia alimenticia en
la más difundida. Los investigadores suizos esperan que su arroz
pueda ofrecer un rayo de esperanza en la lucha contra este problema tan
extendido.
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