Más de un padre o madre atribulados desearían tener una bola de cristal
para conocer las razones que explican los aplazos de sus hijos...
Entre todas ellas, evidencias científicas crecientes sugieren que hay
dos que se vinculan para formar un cóctel que predice el mal
rendimiento en la escuela: la obesidad y la somnolencia diurna.
"Hay un doble mecanismo: por un lado, la reducción de las horas de
sueño se asocia con alteraciones metabólicas, intolerancia a la glucosa
y resistencia a la insulina -dice el doctor Daniel Pérez Chada, jefe de
Neumonología del Hospital Universitario Austral (HUA)-. Por otra parte,
la obesidad favorece la aparición de alteraciones respiratorias durante
el sueño. Nosotros vimos que los adolescentes que roncaban tres veces
por semana o más tenían notas más bajas en lengua y en matemática, lo
que sugiere que la fragmentación del sueño inducida por el ronquido
interfiere con el proceso de aprendizaje."
Pérez Chada y el doctor Daniel Cardinali, investigador del Conicet y
del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA,
junto con Christopher Drake, del Hospital Henry Ford, de Michigan,
Estados Unidos, y Santiago Pérez Lloret, también del HUA, firman un
trabajo que acaba de publicarse en el International Journal of Neuroscience, en el que pasan revista a las últimas evidencias sobre el tema.
Muchos informes sugieren que los adolescentes necesitan más de ocho
horas de descanso por noche, pero que las actividades sociales y otros
patrones inducidos por el actual estilo de vida, sumados a los horarios
escolares que exigen estar bien despierto desde muy temprano por la
mañana, los conducen a acumular una deuda crónica de sueño.
Se sabe también que la reducción del descanso y los trastornos del
sueño alteran el metabolismo y los ritmos endocrinológicos normales. Un
reciente trabajo finlandés realizado en niños demostró que dormir menos
horas durante la noche generaba cambios hormonales que aumentaban el
apetito. Otro trabajo, que los hábitos de sueño se correlacionan con el
consumo de alimentos: cuanto menor es la cantidad de horas de descanso
mayor es la tendencia a ingerir alimentos con más aporte de calorías.
"Recientemente -agrega el especialista-, se demostró en seres humanos
que el porcentaje de horas de sueño lento se asocia en relación inversa
con el índice de masa corporal. Es decir, que los sujetos que tienen un
menor porcentaje de sueño lento presentan un mayor riesgo de sufrir
obesidad."
La obesidad, a su vez, está vinculada con trastornos del sueño, como
las apneas y los despertares nocturnos. "El sobrepeso favorece el
aumento de tejido graso en la faringe -explica Pérez Chada-, lo que
facilita su colapso y también influye en la estructura de las fases del
sueño. En modelos experimentales de ratones obesos, se mostró que el
sueño era interrumpido por despertares espontáneos, dormían
reiteradamente durante el día y tenían una alteración del ciclo
sueño-vigilia."
Es decir, que hay un camino de ida y vuelta entre la falta crónica
de sueño y la obesidad, y que ambos factores tienen un efecto negativo
en el rendimiento escolar. Un estudio de Pérez Chada y su equipo en más
de 1800 chicos de alrededor de 13 años que concurrían a siete escuelas
de cuatro ciudades argentinas (Capital Federal, el Conurbano, Paraná y
Neuquén) mostró cómo afectaban el rendimiento académico la somnolencia
diurna y los desórdenes del sueño. En ese trabajo, por cada punto en la
escala de somnolencia diurna aumentaba un 5% el riesgo de fracaso en
lengua y en matemática.
"Los adolescentes deberían dormir, por lo menos, ocho horas y media
por noche -dice Pérez Chada-. Hay que generar hábitos de sueño
adecuados que eviten prolongar las actividades sociales, recreativas y
culturales en horas de la noche. La demanda de las obligaciones
escolares con horarios de estricto cumplimiento a los que habitualmente
se suma la doble escolaridad y actividades extracurriculares requieren
de una cuidadosa estrategia personal, familiar y social para garantizar
un adecuado aprendizaje en una etapa clave de la vida."
Sin dudas, una buena medida para mejorar el rendimiento académico de
los chicos. Tan sencillo como, frecuentemente, difícil de aplicar...
con o sin bola de cristal... Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |