Es un número de celular habilitado algunas horas por día. “Más
información, menos riesgo” es la premisa. La línea del “aborto seguro”
que funciona en Argentina recibió un número récord de llamadas en poco
más de un mes en operaciones.
Lanzado por una organización no gubernamental feminista, el servicio
telefónico apunta a proveer información sobre prácticas de interrupción
del embarazo, en un país donde el aborto es ilegal.
En particular, asesoran sobre el uso del misoprostol, una droga de uso obstétrico que puede ser aplicada con fines abortivos.
“El
misoprostol se viene usando en abortos autogestionados desde hace unos
20 años, y es un avance científico que permite dejar de lado las
‘técnicas de la abuela’, que son mucho más riesgosas.
“Es
un derecho de las mujeres tener acceso a información sobre su uso”,
dijo a BBC Mundo Luciana Sánchez, de la organización Lesbianas y
Feministas por la Descriminalización del Aborto, a cargo del proyecto.
Según
señalan sus responsables, la línea telefónica opera siguiendo los
lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se
propone reducir “en 3/4 partes” la tasa de mortalidad materna en países
en desarrollo, una de cuyas causas principales es el aborto en
condiciones precarias.
“Esta meta es parte
de los Objetivos del Milenio a los que se comprometió Argentina (en la
Organización de Naciones Unidas), pero estamos lejos de lograrlo”,
señaló Sánchez.
Información, no consejo
El
servicio es, en realidad, parte de un proyecto más amplio que funciona
ya en Ecuador y Chile y que, según sus responsables, no brinda consejo
médico sino información avalada por la OMS que ya está disponible por
otros medios. Apunta, sobre todo, a mujeres de los sectores más pobres, que no tienen acceso a Internet u otras fuentes de datos.
Pese
a que en Argentina el aborto es ilegal, las cifras del Ministerio de
Salud indican que se practican 500 mil abortos por año, lo que equivale
a casi uno por minuto.
Como consecuencia
de prácticas mal realizadas, unas 60.000 mujeres son hospitalizadas
cada año, y el 24,2% de las muertes maternas son por causa de abortos
clandestinos.
Droga polémica
El
“aborto medicamentoso” sobre el que la línea provee información está
basado en el uso del misoprostol, que en Argentina se comercializa
legalmente para el tratamiento clínico de problemas gástricos y también
para inducir el trabajo de parto.
Sin
embargo, las estadísticas señalan que seis de cada 10 cajas de la
droga, que se consigue con prescripción médica, son en realidad
utilizadas para interrumpir embarazos no planeados.
Tan
pronto se puso en marcha, el proyecto de la línea telefónica ha sido
criticado desde la iglesia y otros sectores que rechazan la
despenalización del aborto, pero además ha sido mirado con cautela en
el ámbito médico. “Uno de los principales problemas es el ingreso ilegal de la droga
al país, de contrabando o comprada por Internet. La relación es muy
sencilla: mientras que una caja traída desde Estados Unidos cuesta
US$100, un aborto ilegal cuesta 10 veces más”, dijo a BBC Mundo Javier
Valverde, presidente del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de
Buenos Aires.
“La contracción uterina que
genera esta droga para expulsar el embrión puede generar hemorragias
graves, y observamos que el 10% de las mujeres que tienen hemorragias
termina necesitando transfusiones de sangre”, agregó Valverde.
Asimismo, algunos expertos objetan la idoneidad de la línea del “aborto seguro”.
“Estos
servicios están relacionados con las personas que los manejan, y este
tipo de drogas conviene usarlas con asesoramiento profesional en una
consulta interpersonal”, expresó a BBC Mundo Marcelo Viggiano, médico
de la Asociación Obstétrica Argentina.
Debate pendiente
Por
lo pronto, el colectivo de Lesbianas y Feministas pidió asesoramiento a
la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) para operar en un marco
donde el aborto es punible por ley.
Según
explicaron fuentes de esta organización a BBC Mundo, la defensa del
proyecto se basa en que la línea telefónica no hace más que ofrecer
información que circula en otros ámbitos y es, en ese sentido, una
herramienta que garantiza el derecho constitucional a la información. “La falta de acceso igualitario a información de importancia, sobre
todo para grupos vulnerables, impide tomar decisiones informadas en
cuestiones fundamentales de la vida de las mujeres”, afirmó Álvaro
Herrero, director ejecutivo de la ADC.
Todas
las voces coinciden en que la práctica creciente de abortos
clandestinos señala en una única dirección: la necesidad de un debate
sobre la despenalización del aborto y sobre las más eficaces respuestas
sanitarias al problema de la mortalidad materna.
“Lo
que habría que hacer es buscar un consenso en relación a lo que opina
la mayoría de la gente y a cómo podría bajarse el índice de embarazos
adolescentes y no deseados, que son el fondo de este problema”, opinó
Viggiano. Powered by AkoComment! |