Cada año muere más de un millón y medio de niños pequeños a
consecuencia de la diarrea. Eso significa que la diarrea, generalmente
causada por aguas contaminadas, se cobra más víctimas entre los niños
que la malaria o el sida. Un tratamiento sencillo y barato a base de
pastillas de zinc ofrece perspectivas en el tratamiento de la
enfermedad.
Para llegar al hospital con su pequeño niño enfermo, Aiseta Traoré, de
Malí, tuvo que caminar 15 km. Una vez en el centro sanitario se le
recetó vitaminas y regresó a casa. A las dos horas, el pequeño falleció.
Aiseta esboza ante un periodista la realidad en la que vive: “La muerte
ronda por aquí; se podría decir que son más los niños que mueren que
los que continúan viviendo”.
Kitty Sies, de Médicos Sin Fronteras, trabaja en el interior del Congo
y también comparte la opinión de que la diarrea es uno de los mayores
problemas para los niños de los países en desarrollo.
“Tenemos aquí un pequeño hospital con 55 camas de las que casi la
mitad, están ocupadas por niños menores de cinco años. Todos esos niños
tienen problemas de diarrea”, dice.
A la basura
ORT (Oral Rehydratation Therapy), una bebida compuesta de sal y azúcar,
es el tratamiento estándar. Es efectivo, pues hace solo unos 50 años
morían anualmente 50 millones de niños a causa de la diarrea.
Pero la ORT presenta también grandes inconvenientes. Por ejemplo: se
necesita agua potable para diluir los polvos que se encuentran en
bolsitas. Por otra parte, no combate la diarrea en sí, pues lo único
que hace es hidratar y suplir la falta de minerales y de agua en el
organismo. Los niños tienen que reponerse por sus propias fuerzas y eso
puede durar mucho tiempo.
Como los padres no observan mejoría, suelen comprar otros remedios
adicionales que, no solamente son caros, sino que pueden ser también
peligrosos. Por si fuera poco, las bolsitas de ORT suelen ir a parar a
la basura y el niño, al final, muere.
Revolución silenciosa
Hace unos años se puso en marcha una revolución silenciosa.
Organizaciones como la UNICEF, USAID y la Fundación de Bill y Melinda
Gates distribuyen, además de la ORT, pastillas y jarabe de zinc. Desde
entonces la situación ha cambiado enormemente. El Dr. Oliver Fontaine
lo explica:
“El zinc acorta la duración de la diarrea en el niño y reduce la
intensidad, factores que tienen un efecto inmediato en el número de
muertes. Hemos descubierto ahora que el zinc tiene un efecto especial
en la absorción y secreción de los líquidos en los intestinos. Con
otras palabras: reduce la diarrea y la deshidratación, de ahí el efecto
inmediato en los niños que acuden al médico con ese problema”.
Fieles a la terapia
Como los padres ven el efecto inmediato del zinc en sus hijos,
siguen fielmente la terapia. Hay que añadir el hecho de que toda la
cura cuesta solo 30 céntimos y que previene la diarrea durante tres
meses, o sea, durante toda la peligrosa estación de las lluvias.
Kitty Sies ha administrado también zinc en el Congo con éxito: “Es un remedio verdaderamente simple, un gran descubrimiento”.
Accesible para todo el mundo
La mayor parte de los países en vías de desarrollo han añadido
zinc al tratamiento estándar contra la diarrea. Pero eso no quiere
decir que llegue a todo el mundo, según Olivier Fontaine, de la
Organización Mundial de la Salud:
“El problema es ahora conseguir que todos los niños puedan recibir
suplementos de zinc, incluidos los segmentos de la población más pobres
donde la diarrea tiene más prevalencia”.
Para conseguirlo, hay que recurrir a la industria farmacéutica para que
aumente la producción de suplementos de zinc en pastillas o en jarabe y
reduzca los precios. Lo que está claro es que ningún niño tiene por qué
morir de diarrea. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |