Pocos especialistas en cirugía bariátrica se habrán enfrentado a un caso de triple obesidad. Carlos Durán lleva 16 años de experiencia y 300 casos a sus espaldas, pero probablemente éste lo recordará siempre.
La cirugía de la obesidad es cada vez más frecuente en España, pero las intervenciones de sujetos con triple obesidad -definida a partir de un índice de masa corporal (IMC) de 70- son aún una rara avis. Carlos Durán, cirujano jefe del Centro de Cirugía Avanzada del Hospital Virgen de la Paloma, en Madrid, ha culminado con éxito un by-pass gástrico proximal por laparoscopia en una paciente de 21 años que mide 1,50 metros y llegó a pesar 190 kg -tuvo que pesarse con ayuda de dos básculas-; estas cifras se traducen en un IMC de 84, lo que duplica el nivel de 40 a partir del que se considera a un sujeto obeso mórbido.
El equipo quirúrgico optó por la técnica del by-pass gástrico, debido al equilibrio que ofrece entre la eficacia obtenida y los efectos secundarios asociados al postoperatorio. "Hay modalidades quirúrgicas que pueden ser más eficaces, como la diversión duodenal, pero conllevan consecuencias adversas relacionadas con la desnutrición a largo plazo que pueden condicionar la vida a largo plazo del paciente".
De dos tiempos a uno
Esta técnica mixta se realiza en dos fases que normalmente se efectúan con un intervalo de seis meses: en una primera, se reduce el estómago creando una pequeña cámara con la ayuda de grapas, y una vez que el sujeto ha perdido un 40 por ciento del peso que le sobra, se vuelve a intervenir para realizar el by-pass, que consiste en conectar la cámara creada directamente con una parte del intestino.
Con frecuencia los pacientes que reciben esta cirugía presentan hipertrofia hepática y plantean más riesgos con la anestesia; por eso la intervención se hace en dos tiempos. Sin embargo, en este caso los cirujanos completaron ambas fases en tres horas y media: "Primero realizamos la reducción del estómago por laparoscopia y pasamos de 500 cm3 a una capacidad de entre los 30 y 50 cm3; una vez finalizada, lo que nos llevó una hora, continuamos con la malabsorción intestinal en otras dos horas y media.
Esto fue posible también gracias al buen estado de la paciente, que había perdido antes de la operación suficiente volumen en el hígado, lo que nos permitía un buen acceso; además, no se produjeron complicaciones reseñables durante la intervención", relata Durán.
Antes y después
Antes de entrar en quirófano, la paciente, Raquel V. P. de Huelva, recibió durante cuatro semanas un tratamiento basado en dieta hídrica y diuréticos que le hizo perder 30 kg. Ahora se espera que en el año siguiente a la operación pierda el 90 por ciento de su sobrepeso. A pesar de que a las 48 horas la paciente ya paseaba y se considera estabilizada desde el punto de vista quirúrgico, Durán puntualiza que "la primera semana de postoperatorio es la más crítica, por lo que permanecerá bajo supervivisión médica".
Cuando reciba el alta iniciará una dura etapa de un mes en la que se alimentará básicamente de caldos; de hecho, durante tres meses, su organismo tendrá que vadear el déficit proteico y vitamínico, que, junto al de las indeseadas grasas, causa la reducción de estómago. A partir de los 18 meses necesitará una cirugía reconstructiva.
Valentín Ballesteros, gerente del hospital, ha destacado que el seguimiento se prolonga a lo largo de un año, y requiere especial hincapié en los aspectos nutricionales y psicológicos. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |