Estudios mexicanos y canadienses sugieren que los hospitales de Estados Unidos necesitan prepararse para un aumento de casos
Las unidades de cuidados intensivos de México y Canadá se saturaron
de forma rápida de pacientes críticamente enfermos que tenían la gripe
H1N1 durante la primavera y el verano pasados. Muchos de estos
pacientes eran adolescentes y adultos jóvenes relativamente sanos que
tuvieron que ser tratados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) en
el plazo de un día o dos tras su ingreso en el hospital, apuntaron los
médicos de ambos países. Muchos pacientes necesitaron ventiladores
mecánicos, señalan los informes, que se tiene previsto publicar en la
edición del 4 de noviembre de la revista Journal of the American Medical Association. Los
trabajos, junto con otro informe que se publicó la semana pasada y que
describía el impacto de la pandemia en las UCI de Australia y Nueva
Zelanda, subrayan la necesidad de que Estados Unidos y otros países se
preparen de manera cautelosa para lo que podría ser un número elevado
de pacientes hospitalizados mientras continúa la pandemia, apuntaron
los expertos. "Estas personas no estaban un poco enfermas,
sino muy enfermas", señaló el Dr. Anand Kumar, autor principal
canadiense de uno de los estudios de JAMA. "Ver 40 pacientes
como éstos al mismo tiempo en la UCI, todos luchando por sus vidas, y
en el lapso de unas pocas semanas, es algo verdaderamente inusual". " "Sin
la preparación adecuada, existe la posibilidad de que algunas áreas se
saturen", dijo Kumar. "Siempre y cuando nos preparemos, podremos
manejarlo". Kumar, profesor asociado de cuidados críticos y
enfermedades infecciosas de la Universidad de Manitoba, en Winnipeg,
cree que "el valor de este trabajo es alertar a las autoridades y hacer
que reflexionen en términos de garantizar que tengamos estrategias a
mano para mitigar lo que podría ocurrir". A otro experto le preocupa que muchos hospitales de Estados Unidos podrían no estar a la altura del desafío. "Podríamos
experimentar dificultades para atender tal nivel de demanda porque
nuestro sistema de atención de la salud opera casi a su máxima
capacidad la mayoría del tiempo y no contamos con exceso de capacidad
en el sistema", advirtió el Dr. John J. Treanor, profesor de medicina,
microbiología e inmunología del Centro Médico de la Universidad de
Rochester. "Creo que hay motivo para alarmarse, aunque no para una
alarma infundada, porque se podría predecir una temporada de gripe muy
intensa y habrá mucha demanda de atención en las salas de emergencia y
en los hospitales". En general, las indicaciones apuntan que
la mayoría de los casos de gripe H1N1 siguen siendo leves. Pero a
medida que aumente el número de personas enfermas, se incrementará
también el número de pacientes críticamente enfermos. Los
tipos de personas hospitalizadas en Canadá, México y Australia
coinciden con las tendencias observadas hasta la fecha en EE. UU. "Lo
que todos tienen en común es que la carga de la afección fue observada
principalmente en adolescentes mayores y adultos jóvenes en lugar de
personas mayores, un grupo al que la influenza estacional golpea por lo
general", apuntó el Dr. Nathan Litman, director de pediatría y jefe de
enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Infantil del Centro
Médico Montefiore, en la ciudad de Nueva York. La media de
edad de los 168 casos confirmados o probables de gripe porcina H1N1 en
el estudio canadiense fue de 32.3 años. Una gran proporción de la
población afectada era de sexo femenino (113), 50 niños y 43
aborígenes. Aunque el tiempo promedio desde la aparición de los
síntomas de la gripe hasta la hospitalización era de cuatro días, el
estado del paciente en general se deterioraba muy rápido tras su
ingreso en el hospital, ya que su traslado a la UCI se producía en un
plazo de 48 horas. Más del 80 por ciento de estos individuos muy
enfermos necesitaban ventilación mecánica, muchos experimentaban un
fallo o choque orgánico, y tras un mes desde su ingreso, el 14.3 por
ciento de ellos había fallecido. Aunque muchos pacientes
tenían otras afecciones de salud, incluida la obesidad, éstas no solían
ser tan graves, e incluían ser fumador, tener sobrepeso o presión
arterial alta, destacó Kumar. Este patrón del virus que afecta
a la población más joven y sana es similar al observado en la pandemia
mortal de gripe española de 1918, apuntaron los autores. En un
segundo estudio, investigadores de México, primer país en que apareció
la gripe H1N1 en primavera, encontraron afecciones críticas en 58 de
los 899 pacientes que ingresaron en el hospital. Aquí la media de edad
era mayor (44 años), aunque relativamente joven. Cerca de un cuarto
eran obesos. Una vez más, los pacientes pasaron muy rápidamente del
hospital a la UCI, y la mayoría recibió ventilación mecánica. A los dos
meses del ingreso hospitalario, el 41.4 por ciento de los pacientes
críticamente enfermos había fallecido, cuatro de ellos mientras
esperaban por una cama en la UCI. En general, la atención rápida y adecuada salvó la mayoría de las vidas, apuntaron los investigadores. Un
trabajo final, de Nueva Zelanda y Australia, encontró un incremento en
el uso de un sistema llamado oxigenación por membrana extracorpórea,
que proporciona oxígeno adicional a la sangre del paciente. La tasa de
supervivencia de los pacientes críticamente enfermos por gripe H1N1 fue
alta en este grupo. Tras leer los informes, la Dra. Tamara
Kuittinen, médica de emergencia del Hospital Lenox Hill de la ciudad de
Nueva York, dijo que se inclina más hacia la cautela, sobre todo si los
pacientes tienen una o más afecciones de salud adicionales. "Si
tienen un riesgo límite, ingresaría el paciente al hospital de
inmediato", enfatizó Kuittinen. También destacó que recomendaría a sus
pacientes externos que vigilen sus afecciones de forma estrecha y que
busquen más atención médica si los síntomas empeoran o no mejoran. Pero la experiencia observada en la primavera podría no ser tan extrema este otoño, agregó un experto. "Todos
esperamos que una porción sustancial de la población haya contraído
esta afección [a principios de año], y, de ser así, serán inmunes y no
se infectarán", dijo el Dr. Edward Walsh, profesor de medicina del
Centro Médico de la Universidad de Rochester y jefe de enfermedades
infecciosas en el Hospital General de Rochester. "Eso reducirá la
carga, el grupo de personas susceptibles. También reducirá la
transmisión potencial de una persona a otra". Y las
experiencias previas que ahora salen a la luz constituyen un buen
argumento para ponerse la vacuna contra la gripe porcina, agregó
Treanor. Más información Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. tienen más información sobre la influenza H1N1.
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