Una serie de estudios presentados en el congreso de la Sociedad Europea de Medicina Nuclear sugieren que la molécula Aposense [F18]-ML-10 permite detectar el proceso de muerte celular controlada inducido por radioterapia o quimioterapia, de forma precoz.
Un nuevo radiotrazador de molécula pequeña denominado Aposense [F18]-ML-10
permite detectar el proceso de muerte celular controlada por medio de
tomografía por emisión de positrones (PET), lo que podría ayudar a
personalizar los tratamientos de los pacientes con cáncer, según ha
explicado Josep Martín Comín, jefe del Servicio de Medicina Nuclear del
Hospital de Bellvitge y presidente del Congreso Anual de la Sociedad
Europea de Medicina Nuclear (EANM), que se celebra en Barcelona.
Este
nueva herramienta, que aún está en fase II de experimentación, utiliza
el flúor 18 como isótopo radiactivo y permite obtener imágenes
moleculares de la apoptosis desde las primeras etapas del proceso de
muerte, mucho antes que las técnicas convencionales como la tomografía
computarizada (TC) o la resonancia magnética. Aaron Allen, director de nuevas tecnologías para radiología y
oncología del Centro Médico Rabin, de Israel y miembro del Instituto
del Cáncer Dana-Farber de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos,
ha explicado a Diario Médico que el objetivo de los radiotrazadores es
contribuir a la personalización de los tratamientos oncológicos, y a la
mejora de la detección precoz de patologías oncológicas, neurológicas y
cardiovasculares.
Primeros resultados Los
resultados preliminares de un estudio en fase II realizado por el grupo
de investigación liderado por Allen sugieren que este radiofármaco
ayuda a predecir la respuesta a la radioterapia a las seis semanas en
pacientes con metástasis cerebral, además de que contribuye a mejorar
el seguimiento global del tratamiento.
Asimismo,
esta herramienta podría ser de utilidad para detectar la toxicidad
asociada a las terapias contra el cáncer, pero, a su juicio, "aún es
pronto para poder afirmarlo; necesitamos realizar más estudios".
Actualmente
ya están en marcha ensayos clínicos en fase II en diversos centros y se
espera que el próximo año puedan iniciar nuevos estudios con
poblaciones más amplias de pacientes, orientados a la obtención de las
aprobaciones reguladoras correspondientes.
Este
radiotrazador no sólo ayuda a los clínicos a identificar antes el
tratamiento más efectivo para cada paciente dentro de su arsenal
terapéutico, sino que también puede evitar intervenciones innecesarias
en enfermos en los que una determinada alternativa terapéutica no está
ofreciendo resultados o, por el contrario, para ajustar las dosis en el
caso de que la respuesta del paciente sea mayor a la esperada.
Investigación Otro
de los campos en los que este radiofármaco detector de apoptosis tiene
un gran potencial es en la investigación de nuevas terapias, ya que
podría facilitar la valoración de los ensayos clínicos de manera
precoz, principalmente en aquellas patologías en las que es más
complicado realizar el seguimiento a largo plazo debido al mal
pronóstico de los pacientes.
La
visualización del proceso de muerte celular controlada es un foco de
atención de la comunidad científica y, además de la caracterización
bioquímica de las diferentes vías de señalización intracelular que
participan en este complejo proceso, cada vez son más los estudios
encaminados a buscar nuevos trazadores radiactivos como la anexina V y
los inhibidores de la caspasa observados por medio de PET y la
tomografía computarizada por emisión de fotón único (Spect)
También
se investiga con técnicas de resonancia magnética, espectroscopia y
ultrasonidos, así como las posibles modalidades de imagen alternativa,
aunque todavía existen muy pocos estudios comparativos que sugieran
cuáles son las herramientas más eficaces para conseguir este objetivo.
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