Diversos estudios científicos relacionan realizar cinco comidas al día con una menor prevalencia de sobrepeso y obesidad.
"Cuando se fraccionan las comidas se
consigue paliar los apetitos intensos y que no haya ninguna ingesta con
dosis de comida excesiva", afirma la Dra. Magda Carlas, médico
nutricionista
En España las principales causas del incremento de
sobrepeso y obesidad se localizan básicamente en los malos hábitos
alimentarios con horarios de comidas irregulares, desayuno insuficiente
o ausente, una cena excesiva y tardía, y los picoteos entre horas,
además del sedentarismo
El control del
sobrepeso y la obesidad exige cambios permanentes en el estilo de vida,
mediante la adquisición de conductas saludables que permitan corregir
la ingesta excesiva y puntual de alimentos, además de eliminar el
sedentarismo. Sin embargo los expertos advierten que las calorías de
las dietas no son tan importantes, lo mejor es educar nutricionalmente
a la sociedad. En los últimos años diversas
investigaciones científicas realizadas en diferentes grupos de
población (niños, adolescentes y adultos) han evaluado la relación
entre la frecuencia de las comidas y el grado de sobrepeso y obesidad.
Dichos estudios han demostrado que realizar cinco comidas al día
contribuye a una menor prevalencia de sobrepeso y obesidad. “Cuando
se fraccionan las comidas se consigue paliar los apetitos intensos y
que no haya ninguna ingesta con dosis de comida excesiva. Recordemos
que uno de los puntos básicos para controlar el peso y de paso cuidar
nuestro metabolismo es evitar las comidas copiosas. Además, fraccionar
las comidas evita los picoteos”, explica la Dra. Magda Carlas, médico nutricionista. ¿Dieta equilibrada? El
concepto de dieta equilibrada aparece ligado a la recomendación de
hacer cinco comidas diarias, algo muy infrecuente en España, donde una
parte muy importante de la población no desayuna o lo hace de forma
insuficiente. Saltarse comidas no es una buena forma de adelgazar, ya
que tal y como aclara la Dra. Carlas “la ausencia de
una comida hará que en la siguiente el apetito sea muy superior al
habitual y por tanto se ingiera más cantidad de comida. La mejor forma
de adelgazar es tomando una dieta levemente hipocalórica y equilibrada
y siguiendo un horario regular de comidas”. Según la Dra. Carlas
“hay muchas fórmulas de dieta equilibrada, pero en general la definimos
como aquella que permite mantener la salud, sea cual sea el estado
fisiológico, realizar las actividades cotidianas y prevenir
enfermedades. Es, además, una dieta variada, con la energía suficiente
según las necesidades de cada uno y formada básicamente por alimentos
frescos. En nuestro medio la dieta equilibrada contiene entre otras
cosas farináceos (pasta, arroz, pan...), frutas, verduras, alimentos
proteicos (carne, pescado, legumbres...), aceite de oliva, lácteos,
agua o líquidos a base de agua”. Dentro de la
dieta el consumo de líquidos representa una parte fundamental y los
expertos aconsejan beber unos dos litros al día para hidratarse y
mantener un buen nivel energético. También es beneficioso propiciar la
diversidad de bebidas, y más en niños y adolescentes, para favorecer el
consumo de líquidos en beneficio de una hidratación óptima. En
opinión de esta experta, el consumo de líquidos, incluyendo zumos y
refrescos en cantidades moderadas (una ración/día), proporciona un
aporte de energía, azúcar, minerales y vitaminas y puede incluirse sin
problema en el marco de una dieta saludable, que sea variada, moderada
y equilibrada. Actividad física y frecuencia de las comidas La
necesidad de llevar una dieta equilibrada se hace fundamental entre el
sector adolescente de población, donde están creciendo notablemente los
índices de obesidad. Una de las causas fundamentales de tales índices
es la falta de actividad física y la frecuencia de comidas. Así lo
demuestra un estudio publicado el pasado año por la revista “Annals of
Biology” que ya alertaba de esta circunstancia. En el trabajo titulado
“Relación entre actividad física, obesidad y frecuencia de comidas en
adolescentes” se indicaba: “Aumentar la frecuencia de comidas puede
tener un efecto beneficioso en la reducción de la obesidad. Los
resultados demuestran que el desayuno es un factor al que debe
prestarse más atención”. En nuestra sociedad,
las principales causas del incremento de sobrepeso y obesidad se
localizan básicamente en los malos hábitos alimentarios y en el
sedentarismo. En relación a la dieta la Dra. Carlas
añade “entre los errores más frecuentes están una mala planificación
alimentaria en la compra y la organización de los menús diarios, un
déficit de verduras, frutas y pescado, unos horarios de comidas
irregulares, un desayuno insuficiente o ausente, una cena excesiva y
tardía, y los picoteos entre horas”. Y refrenda “a mayor tiempo
entre comida y comida hay, entre otras cosas, unos niveles sanguíneos
más bajos de glucosa y por tanto más sensación de apetito”. Para
esta experta, incrementar el número de comidas diarias hasta cinco no
significa comer más, porque el apetito a las tres, cuatro o cinco horas
de la última ingesta no es el mismo que si dejamos pasar siete, ocho o
nueve horas como pasa algunas veces. La evidencia científica En este sentido, el Área de Ciencias de Salud Pública del King’s College
de Londres realizó un estudio a 4.642 niños de entre 5 y 6 años, en el
que se muestra cómo la prevalencia de la obesidad desciende a medida
que aumenta el número de comidas realizadas al día. Igualmente,
una investigación llevada a cabo por el Centro de Investigación en
Actividad Física, Salud y Tiempo Libre de la Universidad de Oporto en
Portugal, realizada a adolescentes urbanos de entre 13 y 17 años,
señala que una mayor frecuencia de comidas tiene un efecto positivo en
la reducción del Índice de Masa Corporal. Otro estudio realizado en
adolescentes por el Departamento de Nutrición de la Clínica de la
Universidad de Gotemburgo de Suecia, observó que los patrones de comida
con omisión del desayuno o del almuerzo, se relacionaban con un estilo
de vida menos saludable y con una ingesta más pobre de nutrientes en
cada una de las comidas. En el caso de adultos,
los resultados de los estudios realizados coinciden con el resto de los
otros grupos poblacionales. Un estudio realizado por la Universidad de
Massachusetts y la Universidad de Carolina Sur de Colombia, concluye
que existe una clara relación entre la ingesta de 5 comidas al día y la
reducción del sobrepeso y de la obesidad. Y demuestra que no desayunar
se asocia con un aumento en el riesgo de sufrir incrementos de peso. De
hecho así lo sugería un anterior análisis del Departamento de
Psicología de la Universidad de Texas que revelaba que la ingesta de
comida durante diferentes momentos del día podía tener distintos
efectos sobre el consumo global de alimentos. En este estudio se mostró
como comer por las mañanas tiene un mayor efecto saciante, lo que
provoca una reducción de la ingesta de comida diaria total. Mientras
que comer por la noche tiene un valor de saciedad más bajo, e incita a
ingerir mayores cantidades de comida por la noche, realizando una
ingesta diaria total superior. Finalmente otro
estudio llevado a cabo por el Instituto Karolinska (Suecia) y la
Universidad de Oslo (Noruega) indica que las personas obesas tienen
unos patrones de consumo por los que ingieren una mayor cantidad de
alimentos a últimas horas de la noche, en comparación con las no
obesas. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |