Tabaco y obesidad son los principales factores de riesgo en pacientes graves de nueva gripe - La media de edad de los casos severos es de 36,5 años
El tabaco y la obesidad. Son los dos factores principales que pueden
agravar un cuadro de gripe A. Un gran porcentaje de los infectados
ingresados en los hospitales españoles, casi el 40%, eran fumadores
habituales -la proporción que representan en la población general es el
26,4%- o padecían obesidad. O ambas. El asma, otras patologías
pulmonares y el embarazo son otros de los factores de riesgo más
frecuentes de los enfermos graves. El último informe de la Comisión de
Salud Pública del Ministerio de Sanidad (del 13 de octubre), que
analiza la situación de la pandemia, revela además que la mayoría de
los casos graves -303 hasta el 24 de septiembre- se ha dado en gente
joven. La media de edad es de 36,5 años.
Pero, ¿por qué fumar agrava la infección? El tabaco afecta a las
vías respiratorias. Altera su sistema defensivo. Por eso, explica
Cristóbal León, presidente de la Sociedad de Medicina Intensiva,
Crítica y de Unidades Coronarias (Semicyuc), "los fumadores tienen un
factor de riesgo per se". "Son más propensos a tener
infecciones, tanto bacterianas como víricas", dice. "Y no hay que
olvidar que los pulmones son el blanco principal de la infección
gripal", explica Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina
Preventiva y Epidemiología del hospital Clínic de Barcelona. Pero
es otro de los factores predominantes, la obesidad, el que más intriga
a los expertos. Más del 20% de los enfermos más graves de nueva gripe
(los ingresados en la UCI) sufrían esta patología, que padecen el 14%
de los españoles, según los datos de Sanidad. "La obesidad ha sido una
novedad relativa", dice Trilla. "Se desconoce la causa exacta de este
riesgo aumentado, pero probablemente se deba a trastornos pulmonares
mecánicos y quizá asociados a la obesidad mórbida: una persona de 160
centímetros de alto que pese 140 kilos no puede movilizar los pulmones
con normalidad", explica Trilla. "Es probable que actúen otros
factores asociados o no a éstos, tal vez de carácter inmunitario",
apunta el experto en salud pública y asesor del Ministerio de Sanidad
Andreu Segura. El motivo por el que la gripe pandémica provoca más
complicaciones en los obesos es objeto de debate. De hecho, ya se ha
constituido un grupo de investigación con expertos del Instituto de
Salud Carlos III (centro de referencia para el H1N1) y la Semicyuc para
analizar el fenómeno. Las cifras son preocupantes. Según los últimos
datos de la Semicyuc, a partir de más de 180 pacientes hospitalizados
en la UCI, el 40% de los ingresados eran obesos -con un índice de masa
corporal (IMC) superior a 30-. Pero si el factor asociado a la
obesidad intriga a los expertos, también les preocupa, y mucho, la
agresividad del H1N1 en las embarazadas. Alrededor de un 20% de los
hospitalizados eran embarazadas. La OMS ya ha alertado de los riesgos
de esta pandemia en las mujeres encinta. Sobre todo en el segundo
trimestre de gestación. Una de las claves que explica la incidencia de
estos factores de riesgo será, según León, el mecanismo de la inmunidad. En
el informe de Sanidad llama la atención el retraso de los afectados en
recibir tratamiento con antivirales (Tamiflu o Relenza). Sólo un 7% lo
tomó en las primeras 48 horas de inicio de los síntomas: el tiempo en
el que estos fármacos son eficaces. El resto comenzó a tomar la
medicación más tarde o no la tomó. Un hecho que Juan Martínez
Hernández, experto en Salud Pública, considera representativo. "El uso
precoz del Tamiflu previene la evolución hacia neumonía y distrés
respiratorio", asegura. Para Trilla, la efectividad de los
antivirales no estará clara hasta el final de la pandemia. "Todo apunta
a que un tratamiento precoz puede mejorar el pronóstico de los casos
graves, por lo que la recomendación es usarlos, cuando estén indicados,
lo antes posible", dice. Pero este epidemiólogo destaca una
característica del perfil del enfermo grave: el hecho de que en el 40%
de los casos no hubiera ningún factor de riesgo. "Esta situación, más
rara en la gripe estacional, unida al hecho de que una gran mayoría de
pacientes graves tiene menos de 45 años, son consecuencia de la novedad
del virus para nuestro sistema inmune: tenemos menos (o ningún)
anticuerpo natural y en ocasiones nuestra respuesta inmune (más potente
en jóvenes sanos) ante la infección puede descontrolarse y causar
enfermedad grave".
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