Los hombres que no expresan abiertamente su enojo cuando se les trata injustamente tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto, afirma un estudio llevado a cabo en Suecia.
Los investigadores estudiaron en Estocolmo a 2.755 empleados hombres
de entre 19 y 70 años que no habían tenido infartos cuando comenzó el
estudio.
Se les preguntó cómo manejaban las situaciones de conflicto en el trabajo, ya fuera con sus superiores o sus colegas.
Los científicos descubrieron una fuerte relación entre el enojo reprimido y la enfermedad del corazón.
El estudio -publicado en Journal of Epidemiology and Community Health (Revista
de Epidemiología y Salud Comunitaria)- llama "afrontamiento encubierto"
a las distintas estrategias que la gente usa para reprimir sus
emociones.
Se les preguntó a
los participantes qué métodos adoptaban: manejaban las cosas de frente,
dejaban que las cosas pasaran sin decir nada, se alejaban de la
situación de conflicto, desarrollaban síntomas como dolor de cabeza o
estomacal o estaban de mal humor al llegar a casa.
Registros clínicos
Al
mismo tiempo se tomó un registro de hábitos como fumar, beber alcohol,
hacer ejercicio, su nivel de educación, estado de salud diabético, las
demandas de su trabajo y su libertad para tomar decisiones.
Se midió también su presión arterial, índice de masa corporal y niveles de colesterol.
Quizás
estas personas están en un ambiente de trabajo en el que nunca se les
permite decir las cosas, es decir, un clima en el que la gente no tiene
otra alternativa más que reprimir sus emociones Prof. Tores Theorell
El promedio de edad de los participantes era de 41 años al comienzo del estudio entre los años 1992 y 1995.
Después
de 10 años los investigadores reunieron en los registros nacionales de
hospitales los detalles de los hombres que habían sufrido un infarto o
muerto como resultado de enfermedad coronaria.
Para ese año, 47 de los 2.755 participantes habían sufrido un infarto o muerto por esa enfermedad.
Los
científicos descubrieron que los hombres cuya estrategia de
afrontamiento era alejarse del conflicto a veces o a menudo, o aquéllos
que dejaban pasar las cosas sin decir nada mostraron el doble de riesgo
de un infarto o muerte por enfermedad del corazón, comparados con los
hombres que desafiaban la situación o la afrontaban abiertamente.
Quienes
solían desarrollar dolores de cabeza o estomacales o estar de mal humor
en su casa, no mostraron un aumento en el riesgo de los trastornos.
Tensión fisiológica
.
Los
investigadores creen que el enojo puede producir tensiones fisiológicas
si no es liberado y que esto puede provocar un aumento en la presión
arterial, el cual eventualmente daña el sistema cardiovascular.
Tal
como dijo a la BBC el profesor Tores Theorell del Instituto de
Investigación del Estrés de la Universidad de Estocolmo, quien llevó a
cabo el estudio, "lo que el estudio demuestra es que nunca decir nada o
alejarse del conflicto son formas no constructivas de tratar con la
injusticia".
"Y otro factor es que quizás
estas personas están en un ambiente de trabajo en el que nunca se les
permite decir las cosas, es decir, un clima en el que la gente no tiene
otra alternativa más que reprimir sus emociones", expresa el
investigador.
El problema, creen los
científicos, es que es muy difícil para los hombres controlar la forma
como manejan las situaciones de conflicto, ya que no es algo en lo que
la persona piensa sino suele reaccionar de forma instintiva.
Tampoco quiere decir que lo mejor para el corazón es tener ataques de ira para manejar el conflicto.
Lo
mejor, afirman los expertos, es encontrar formas para manejar el estrés
y el conflicto positivamente, tanto en el trabajo como en el hogar.
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