Lupus significa lobo en latín y eritematoso quiere decir enrojecido, define así pues a una enfermedad caracterizada por un enrojecimiento de la piel semejante a la que ocasionaría la mordedura de un lobo..
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES)
está considerado una enfermedad auto inmune, hasta el momento se
desconocen sus causas, aquí algunos alcances de la medicina natural.
Esta rara enfermedad produce lesiones en la piel y se manifiesta en cualquier tejido del organismo (por esto se dice que es sistémica).
Básicamente es, pues, una enfermedad inflamatoria autoinmune. Es decir,
que por alguna razón inexplicable el sistema inmunitario se "equivoca"
y en lugar de combatir agentes agresores externos ataca a los propios
tejidos.
Se trata, por otra parte, de una dolencia
que se caracteriza además -como otras- por tener periodos de actividad
-a los que se denomina brotes o crisis- y periodos de remisión, es decir, donde no se manifiesta.
El objetivo de la medicina es de
prolongar al máximo posible los periodos de remisión ya que no puede
hacer otra cosa mientras no se conozca qué provoca la enfermedad. En el
caso de los enfoques naturales, sin embargo, se intenta también
regenerar los tejidos dañados y lograr una remisión permanente.
En cuanto a los brotes o crisis, parece
haber varios factores desencadenantes: la exposición al sol y a los
rayos ultravioletas, el estrés, algunos medicamentos, la infección por
algún virus... se ha constatado que algunas personas del mismo grupo
familiar desarrollan otras enfermedades similares consideradas también
de carácter autoinmune como la artritis, la esclerosis múltiple o la
dermatitis. Lo que pareciera indicar que es posible que haya,
efectivamente, algún elemento genético que provoque el desequilibrio
del sistema de defensa del organismo.
Ahora bien, también se ha comprobado que
algunas personas que conviven con los enfermos de lupus tienen una
determinada variedad de anticuerpos contra los linfocitos y que ello se
produce aunque no haya consanguinidad. De ahí que se entienda que
podrían influir también en las enfermedades autoimunes factores
medioambientales.
Es Importante
que los que padecen esta enfermedad tengan una alimentación variada e
integral que contenga abundantes frutas y verduras -preferiblemente
crudas-, cereales, legumbres, frutos secos, algas, pescados de mar y
aceites vírgenes de calidad. En cuanto a las carnes -rojas y blancas-,
lácteos y huevos deben contener la menor cantidad de grasa posible y
ser consumidos con moderación. Los embutidos, golosinas, edulcorantes,
azúcar blanco o gaseosas deberían eliminarse totalmente de la dieta.
Otra de las claves es la complementación
nutricional y el uso de hierbas medicinales. Y estos son los elementos
más importantes que debería contener un tratamiento para combatir el
lupus:
Aceite de pescado.
Parece que todas las enfermedades
autoinmunes detienen su proceso degenerativo si se toman dosis de 3
gramos de aceite de pescado durante tres semanas. Sólo este aspecto
terapéutico de los ácidos grasos esenciales Omega 3 presentes
en el aceite de pescado lo convierten en un recurso inestimable en el
tratamiento. Existen estudios clínicos que demuestran la capacidad de
estos nutrientes para lograr remisiones de la enfermedad.
La carencia de ácidos grasos esenciales
es una de nuestras carencias en la dieta actual, por eso es ideal
promover el consumo de aceites vírgenes, pescado y frutos oleaginosos
para prevenir enfermedades autoinmunes y otras de carácter epidémico
como los trastornos cardiovasculares, el cáncer, la diabetes o el sida.
Por otra parte, cabe destacar la utilidad
de los aceites de pescado en muchas condiciones asociadas al lupus como
la nefritis, las alteraciones anímicas o la fatiga.
Cartílago de tiburón.
Los mucopolisacáridos presentes en el
cartílago de tiburón han demostrado ser importantes agentes
inmunorreguladores. De ahí que una terapia adecuada que combine su
ingesta con el aceite de pescado puede incluso llegar a detener el
proceso degenerativo.
Además, el cartílago de tiburón es muy útil para regenerar las articulaciones, habitualmente afectadas por esta enfermedad.
* Otras sustancias inmunorreguladoras de interés en el tratamiento del lupus son el Aceite de Prímula, la Morinda Citrifolia -Noni-, el Cetilmiristoleato, el Jengibre y el Metilsulfonilmetane (MSM).
Una combinación inteligente de todas ellas reemplaza con ventajas y sin
efectos secundarios el primitivo enfoque de los antiinflamatorios
esteroides.
* Nutrientes inmunoestimulantes.
A diferencia de los antinflamatorios
esteroides utilizados generalmente, la naturaleza nos brinda sustancias
antinflamatorias que, inversamente a esas drogas, actúan como
inmunoestimulantes. Se sabe que las crisis de las enfermedades
autoinmunes aumentan tras una infección y los antinflamatorios
esteroides -tan utilizados para combatir la inflamación- tienen la
desventaja de debilitar las defensas predisponiendo al paciente a
nuevas infecciones dando además paso a un nefasto círculo vicioso.
Entre los inmunoestimulantes naturales que cabe recomendar para mantener al paciente alejado de cualquier infección destacan el Propóleo, la Uña de gato y el Zinc.
* Alimentos antioxidantes.
Los elementos
antioxidantes no deberían faltar en la estrategia de salud de cualquier
persona que desee mantener la vitalidad y, por tanto, mucho menos en la
de quien padece una severa enfermedad.
Entre los antioxidantes convencionales se hallan las vitaminas A, C y E, el betacaroteno -provitamina A- y los minerales zinc, selenio y cobre así como -aunque menos conocidos- la coenzima Q10 y el ácido lipoico. En cuanto a las mejores hierbas antioxidantes para estos casos destacaría la corteza de pino marítimo y el extracto de semillas de uva, ambas con potencia antiinflamatoria adicional.
No estaría de más hacerse una
irrigación. Puede hacerla en casa con un irrigador de dos litros -se
venden en farmacias- o, mejor aún, acudir a un profesional que realice
un trabajo más profundo. Una hidroterapia de colon es muy saludable.
Como mantenimiento sería bueno tomar cada día una infusión de dos cucharadas de semillas de lino en
ayunas; no sólo mantendrán nuestra regularidad intestinal sino que
además nos aportarán otros nutrientes de interés. También podemos
poblar nuestros intestinos con bacterias benéficas consumiendo jugo de chucrut o suplementos de acidóphilus.
Y como el hígado cumple un importante papel de apoyo en esta labor, estimulémoslo con infusiones de cardo mariano, alcachofa o boldo, o bien, tomando una o dos ampollas diarias de zumo de rábano picante.
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |