Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en junio de 2009 que la gripe porcina era una pandemia, los científicos advirtieron que podría ser la peor amenaza de salud pública de los últimos cuarenta años.
La enfermedad, sin embargo, no parece haber sido tan severa como se pronosticó.
Los
estudios más recientes sugieren que en el hemisferio norte, donde según
la OMS la infección ha alcanzado ya su punto álgido, han ocurrido 26
muertes por cada 100.000 casos de la enfermedad.
Esto refleja, dicen los expertos, que el virus H1N1 es mucho menos letal de lo que inicialmente se temió.
La
infección del virus H1N1 comenzó en México en abril y frente al
patógeno desconocido las autoridades sanitarias de todo el mundo
llevaron a cabo esfuerzos frenéticos para detener su propagación.
El
virus se extendió, primero a Estados Unidos y Canadá y después a
Europa, y en ambas regiones se establecieron estrategias de salud que
nunca antes se habían implementado.
Se
aisló a los pacientes contagiados, se lanzaron campañas sanitarias
multimillonarias, se aceleró la producción de antivirales y los medios
de comunicación lanzaban boletines diarios con las cifras de muertes y
contagios.
Lo peor
Los
expertos temieron entonces que las personas más vulnerables, como
ancianos, niños, o aquéllos con sistemas inmunes comprometidos, podrían
sucumbir ante la nueva enfermedad.
Se
cerraron escuelas, se pidió a las personas con síntomas de gripe que se
mantuvieran en sus casas, y todos nos preguntábamos cuándo caeríamos
enfermos.
Las
precauciones que se tomaron parecerían, ahora, exageradas ante los
resultados. Y aunque al inicio fue muy difícil establecer un
equilibrio, mi opinión es que ésta fue una epidemia sin la agresividad
que se suponía. Dr. Amadeo Esposto
Mientras
se esperaba "lo peor" en el hemisferio norte, los países del hemisferio
sur seguían de cerca la actividad del virus mientras establecían sus
propias estrategias para enfrentar sus propia temporada de influenza.
Y
aunque la propagación de la enfermedad llegó a extenderse ampliamente
en esta región, nunca logró una transmisión comunitaria sostenida.
En
agosto de 2009 el principal asesor médico del gobierno del Reino Unido,
Liam Donaldson, declaró a la BBC que "estos virus tienen un elemento
desconocido y son muy impredecibles. Tienden a alejarse y regresar".
"Si
observamos la situación en el hemisferio sur, vemos que en México el
virus ya llegó a su punto álgido, pero en Sudamérica, como Argentina,
se han duplicado las muertes en las últimas dos semanas".
"Esto
refleja que no podemos ser complacientes con este patógeno, necesitamos
seguir planeando estrategias y estar preparados para lo que pueda
ocurrir en el otoño", declaró el funcionario.
Pero el otoño llegó al hemisferio norte y la pandemia pasó casi desapercibida.
Estados
Unidos, Canadá y varios países europeos lanzaron extensas campañas de
vacunación para proteger a sus poblaciones del contagio.
Y
a pesar de que seguían ocurriendo casos de la enfermedad, en diciembre
Liam Donaldson aceptó que el virus H1N1 era menos letal de lo que se
temía.
"Atacamos este virus de forma muy
dura y quizás por esto hemos visto un número menor de muertes por
influenza que en el pasado" declaró el funcionario.
No tan grave
En
su último boletín del 30 de diciembre de 2009, la OMS informa que el
número total de muertes por gripe porcina en todo el mundo es de 12.220.
Esta
cifra, dicen los expertos, es mínima comparada con entre 250.000 y
500.000 personas que mueren anualmente a causa de la gripe estacional.
Y aunque la gripe porcina llegó para quedarse, es claro que no es una enfermedad tan grave como se temía.
Tal
como dijo a BBC Ciencia el doctor Amadeo Esposto, jefe de infectología
del Hospital San Martín, en Argentina, "las precauciones que se tomaron
parecerían, ahora, exageradas ante los resultados".
"Y
aunque al inicio fue muy difícil establecer un equilibrio, mi opinión
es que ésta fue una epidemia sin la agresividad que se suponía. Fue una
epidemia relativamente benigna ante las expectativas que se tenían",
señala el experto.
Agrega que "aunque fue
una enfermedad peculiar, porque afectó a grupos que no se consideraban
vulnerables, como los jóvenes, su mortalidad estuvo claramente por
debajo de las expectativas que se suponía".
Y ¿qué podemos esperar en el 2010? ¿Volverá la gripe porcina?
Según
el doctor Esposto "los informes que tenemos es que esta cepa gripal ha
desplazado casi en su totalidad a la cepa estacional que estaba
circulando anteriormente".
"Esto hace
suponer que la nueva cepa va a tener preponderancia y seguramente
empezará, como la otra, a modificar sus estructuras antigénicas
anualmente y lo que habrá que hacer es acomodar la nueva vacuna a esos
cambios", expresa el experto.
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