Suiza utilizó también sólo una parte de los millones de vacunas previstas contra la gripe A/H1N1. Algunos países europeos inician negociaciones para reducir sus pedidos al tiempo que las empresas farmacéuticas registran bajas en sus ventas.
Presentados como los grandes ganadores de la
pandemia, los laboratorios pueden despedirse de la venta a Francia de
50 millones de dosis de vacunas.
El lunes (04.01) por la noche,
París, que había encargado 94 millones de dosis al principio de la
epidemia por un importe total de 869 millones de euros (1,3 millones de
francos), convenía que una dosis única es suficiente para proteger a
las personas vacunadas.
La cancelación consecuente concierne sobre todo a los laboratorios británico GlaxoSmithKline (GSK) y francés Sanofi Pasteur.
Pero
el grupo basiliense Novartis sufrirá también las consecuencias
económicas. Un portavoz anunció el martes (05.01) que el grupo
evaluaría “caso por caso” las solicitudes de los Gobiernos que desean
cancelar sus pedidos “en el marco de acuerdos contractuales que obligan
a todas las partes”.
El mes pasado, Suiza, España, Alemania y
los Países Bajos decidieron revisar los pedidos de vacunas a las
empresas farmacéuticas, y si el ejemplo de Francia se reprodujera,
habría un impacto económico considerable.
Una mina de oro
Pero aun cuando las previsiones de los
analistas son a la baja, la pandemia se habría convertido en una mina
de oro para los empresas farmacéuticas.
GSK sería el mayor
beneficiario, según los analistas, con ventas anticipadas de 3,7 mil
millones de francos suizos hasta finales del primer trimestre de 2010.
Para Sanofi, las previsiones se ascienden a 1,1 mil millones de
francos, mientras que Novartis espera una progresión de entre 268 y 468
millones.
“A más largo plazo, la capacidad excedente de las
vacunas debería limitar las posibilidades de extensión de la gripe
A/H1N1”, indican los analistas de Morgan Stanley. Por su parte, un
asesor de Arthur D. Little destaca que tras la cancelación de sus
pedidos por parte de Francia, “es poco lo que las empresas dejan de
ganar”.
Según sus estimaciones, la decisión francesa costó 224
millones de euros (333 millones de francos) a GSK, 69 millones a
Sanofi-Pasteur y 65 millones a Novartis. En comparación, los tres
grupos registraron en 2008 un volumen de negocios de alrededor de 30
mil millones de euros cada uno.
Vender o donar las existencias
Suiza, por su parte, pidió 13 millones de
dosis para una población de 7,7 millones de habitantes. Negoció con GSK
y Novartis por un total de 84 millones de francos suizos.
Ya
para mediados de diciembre, el Consejo Federal (Gobierno) anunciaba su
intención de donar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de
vender a otros países 4,5 millones de dosis excedentarias. Una
estrategia dictada por el hecho de que el clímax de la epidemia había
pasado entonces en el país.
De hecho, sólo fue utilizada una
pequeña parte de los 13 millones de dosis encargadas por Suiza. Los
excedentes restantes se almacenan actualmente en la farmacia del
Ejército, en instalaciones de mayoristas en medicamentos o de los
productores. Si la Oficina Federal de la Salud Pública (OFSP) no está
aún en condiciones de decir cuántas personas se vacunaron, el cantón de
Berna, por ejemplo, estima esa cifra en 13 a 15% de la población.
“Se
realizan negociaciones con el fin de vender o donar nuestras
existencias”, confirma Jean-Louis Zurcher. El portavoz del OFSP declina
sin embargo revelar los nombres de posibles países interesados o si
Suiza, imitando a Francia, está en negociaciones con empresas
farmacéuticas para cancelar sus pedidos o retornas sus excedentes. “Se
invirtió mucho dinero en estas vacunas, ciertamente, pero la situación
de la pandemia habría podido ser mucho más grave”, subraya.
“Escándalo médico del siglo”
En otras partes de Europa la situación es la
misma. Alemania, por ejemplo, renegocia los pedidos hechos al principio
de la pandemia de gripe. El jueves, Berlín va a establecer discusiones
con GSK para tratar de reducir a la mitad el precio de los 50 millones
de dosis de Pandemrix aún pendientes.
En noviembre, los Países
Bajos habían anunciado su pretensión de revender 19 de los 34 millones
de dosis encargadas. España pretende también ubicar sus excedentes de
vacunas, pero, contrariamente a otros países, habría incluido en sus
contratos con GSK, Sanofi-Aventis y Novartis una cláusula que le
permitiría devolver las vacunas a su fabricante en caso necesario.
En
Francia, como en otros países, el manejo de la pandemia genera un
cierto descontento político. Los Estados miembros del Consejo de Europa
acaban de solicitar una investigación con el fin de esclarecer la
influencia ejercida por los grupos farmacéuticos sobre la campaña
global en torno a la gripe A/H1N1. Su pedido daría lugar a un debate
urgente en la asamblea de enero.
Médico y diputado alemán en
el Consejo de Europa, Wolfgang Wodarg, también presidente del Comité de
Salud del Parlamento Alemán y del Consejo de Europa, no esperó los
resultados de la investigación para criticar la actitud de la OMS,
demasiado sujeta a las industrias farmacéuticas, y para denunciar “uno
de los mayores escándalos médicos del siglo.”
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