Especialistas del área de Patologías Infanto-Juveniles de la Dirección
de Salud Mental del Ministerio de Salud aseguraron que la
hiperactividad está sobrediagnosticada y sobremedicada a los menores de
nuestra provincia.
El déficit de atención/hiperactividad (TDAH), es el trastorno
neurológico más frecuente en la infancia y la adolescencia, tanto que
la Fundación de Nuropsicología Argentina estima que el 5% de los chicos
la sufre. Sin embargo, en la Dirección de Salud Mental del
Ministerio de Salud explicaron que esta patología, “de moda” en los
últimos años, está en realidad sobrediagnosticada y sobremedicada”.
“Una
de las peores consecuencias es que los niños aprenden a resolver de esa
forma sus problemas, es decir, les pasa algo y buscan una pastilla”,
opinó Cecilia Pelliza, gerente técnica del área infanto-juvenil de
Salud Mental.
“Se ha sobredimensionado la hiperquinesia, y a veces
en los chicos una depresión se manifiesta de la misma forma”, explicó
Sonia González Herrera, psiquiatra y psicóloga infanto-juvenil.
“Entonces, lo medican mal, y los síntomas no desaparecen, al contrario,
en ocasiones se acentúa”, explicó la especialista, que tiene a cargo la
internación de los niños que entran en crisis.
“Además, una vez que
se comienza a medicar al niño (usualmente con Ritalina), la droga no se
le puede retirar tras un lapso considerable de varios años”, explicó
Pelliza. Esta situación, indicaron las especialistas, se debe a que
mayoría de los casos el diagnóstico es elaborado sólo por un neurólogo.
“Ellos no hacen diagnósticos diferenciales, sino que trabajan solos.
Ven la sintomatología y medican”, indicó González Herrera.
“En
este momento ningún trastorno puede abordarse con una sólo profesional.
Al menos hacen falta un psicólogo y un psiquiatra”, explicó Pelliza.
Incluso, tanto los gabinetes psicopedagógicos de las escuelas como los
equipos de Salud Mental suelen incluir también trabajadores sociales
como (en el caso de los colegios) fonoaudiólogos y psicopedagogos.
No todo es una enfermedadSi
bien es frecuente que los niños y adolescentes desarrollen algún tipo
de crisis emocional o trastorno de conducta, estas situaciones no
implican siempre que haya detrás una enfermedad. “Al contrario, en la
mayoría de los casos no se presenta ninguna patología, pues estos
episodios son propios de la edad, del cambio al que están expuestos”,
aseguró Pelliza.
“La confusión se presenta porque estos mismos
síntomas en un adulto sí evidencian una enfermedad, una situación de
melancolía”, explicó González Herrera. Un episodio revelador es el
intento de suicidio, que cuando se presenta en niños y jóvenes no
necesariamente implica algún tipo de patología.
Las estadísticas de
los centros infanto-juveniles evidencian esta situación. En el de Godoy
Cruz, por ejemplo, 15% de los casos atendidos son “trastornos del
comportamiento no especificados”, y 10% son “problemas relacionados con
el grupo familiar”. Los episodios depresivos, la psicosis y los
retrasos mentales ocupan un porcentaje sustancialmente menor. Además,
estas cifras corresponden a lo que se denomina centro de “segundo
nivel”, es decir que las situaciones más leves ya fueron atendidas en
centros de salud u hospitales.
En tanto, las causas que llevan a las crisis son diversas, y dependen de la situación particular de cada niño. “Pero,
más allá de que no haya alguna patología, están revelando algún
trastorno que debe ser tratado y que merece atención médica para el
niño y su familia”, explicaron desde Salud Mental. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |