El director general de Salud, Jorge Basso, dijo a El País que en los próximos días se les notificará a los negocios no especializados que deberán retirar la mercadería de sus locales y asimismo, en coordinación con las intendencias, se comenzará a fiscalizar el cumplimiento de la norma, sobre todo a nivel de la vía pública.
"La razón es que se ha detectado que muchas veces se ponen a la venta lentes de sol que son oscuros, pero que no garantizan la protección contra los rayos UV, y la gente por falta de información, los adquiere", apuntó el director. Basso explicó que la única garantía para evitar su comercialización es que existan "firmas responsables", con técnicos que aseguren la venta de productos seguros y de calidad. "No solamente puede existir un engaño al consumidor, sino verdaderos daños a la salud. La mercadería va a tener que ser retirada", alertó.
Si bien el jerarca aseguró que se velará por el cumplimiento del decreto, también consideró que la "clave" está en que la población entienda la importancia de adquirir lentes que aseguren el 100% de protección.
PERJUICIOS. Con este decreto, el MSP dejó sin efecto una norma del año 2000 que "desreguló" la venta de los anteojos, y que estuvo en el marco de una serie de disposiciones de la anterior administración que buscaba eliminar todas las restricciones legales a la libre competencia comercial. El decreto se impulsó luego de que el programa de Salud Ocular del MSP informara que esa "desregulación" estaba generando un aumento de la comercialización de lentes sin la debida "autorización" de un óptico autorizado y de la cartera.
La directora de este programa, la oftalmóloga Alicia Martínez, dejó en claro que el tema no es menor, ya que hay importantes perjuicios para la salud en juego. Uno de los efectos más graves que puede acarrear la exposición a los rayos UV es el aceleramiento de las cataratas, por un envejecimiento del cristalino. Pero además también puede provocar otras enfermedades como el pterigeon (sobre todo en las personas de piel más blanca), acelerar las maculopatías y es especialmente peligrosa para las personas con fotosensibilidad.
"Si la lente es muy oscura, pero no tiene el proceso especial que asegura el bloqueo de los rayos, se produce el efecto inverso al buscado. La pupila se dilata y aumenta la cantidad de luz ultravioleta que puede ingresar al globo intraocular, con la consecuencia de que puede lastimar el cristalino y la retina", explicó la especialista a El País.
Así, los anteojos que se venden en la calle y simplemente poseen lentes oscurecidos, no sólo no aseguran la protección, sino que además pueden ser dañinos para la visión. Además, en muchos casos, pueden venderse productos falsificados o con etiquetas engañosas.
Martínez recordó que en el cono sur esta precaución debe ser especialmente tomada, en virtud de las dimensiones del agujero de ozono. "La comunidad no ha asumido este tema y se está viendo un aumento de las afecciones. Además los efectos más nocivos del sol ocurren en los primeros años de vida y son acumulativos. Los niños son especialmente sensibles porque su cristalino no está lo suficientemente maduro, explicó.
La oftalmóloga percibe que los jóvenes suelen elegir los artículos por razones "estéticas", sin tomar en cuenta el factor protector. "Nos preocupa que muchas veces las madres les regalan a sus hijos los lentes coloreados de famosas marcas de muñecas, pero no son seguros", indicó.
Martínez defendió enfáticamente el nuevo decreto. "Cuando un producto tiene que cumplir con un requerimiento de salud, tienen que venderse en el ámbito adecuado. No se trata de patrocinar ningún monopolio, sino de proteger la salud de la población. Sabemos que la venta de lentes puede ser una opción laboral para mucha gente, pero no se puede atentar contra la salud"
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