La falta de políticas públicas “reales” sería la causa del progresivo
aumento de la obesidad en la población chilena, principalmente en los
niños, manifestó Andrea Azúa, nutricionista del Centro de Salud Familiar
(Cesfam) Norte de Los Ángeles.
La profesional se refirió al tema al ser consultada sobre los índices de
obesidad infantil que fueron revelados en un estudio realizado –a
petición del gobierno- por la Escuela de Nutrición y Dietética de la
Universidad de Chile, que señala que en los últimos cuatro años los
índices de obesidad en el millar de escuelas intervenidas por el
Ministerio de Salud subieron. Mientras en 2005 un 19% de los escolares
de primero básico era obeso, en 2009 el indicador aumentó a 21,85%.
“No
hay políticas públicas en este tema (…), de la ley de alimentación
saludable sólo se aprobó un 30% de las medidas; esto, sumado al costo de
los alimentos y el acceso, dan cuenta de que la alimentación saludable
es de alto costo y no existe una política real que llegue a toda la
población”, recalcó la profesional. Una visión similar tiene el
senador Mariano Ruiz Esquide, quien tras conocer los resultados del
estudio manifestó que “el tema de la obesidad en Chile no se ha tomado
como corresponde”.
Si bien considera que aún es prematuro poder
realizar una evaluación acabada de los efectos que han tenido los
programas para combatir la obesidad que se han implementado en un millar
de colegios del país, advirtió que en Chile no se ha tomado real
conciencia de las implicancias de dicha enfermedad.
En opinión del
parlamentario, “es muy prematuro todavía para que podamos tener un
diagnóstico final lo suficientemente responsable en las medidas que se
han ido tomando los exámenes, y al mismo tiempo con el universo
necesario para tener un panorama completo”. No obstante, expresó su
preocupación por el impacto que puede tener dicha enfermedad no sólo en
los niños, sino también para la población en su conjunto.
“Se toma
como un modelo de moda o de presentación, donde hay que ser flaca para
poder triunfar, pero no se ha visto como un problema de salud y ese es
el punto de por qué está fracasando”, advirtió.
ENTORNO Y ACTIVIDAD
FÍSICA Según el senador Ruiz-Esquide, existen una serie de factores
que tampoco ayudan a disminuir los índices de obesidad.
“La
propaganda es agotadora. Basta ver los avisos para darse cuenta que es
impresionante la cantidad de comida chatarra. Además, tenemos la
televisión y el computador, donde los chiquillos están horas y horas
sentados sin hacer ningún ejercicio, entonces es evidente que allí hay
una falla fundamental”, señaló.
Asimismo, dijo que los menores no
sólo no realizan actividad física en su tiempo libre, sino que tampoco
lo hacen en sus horarios de colegio.
“No tenemos en las escuelas
espacios para que los niños hagan deportes. Venimos planteando durante
años un problema muy simple, que es que todo colegio a partir de la
Quinta Región hacia el sur necesitaba una cancha cubierta y no se hizo
nada sobre esa materia”, manifestó el parlamentario.
En su opinión,
lo anterior se ve agravado por el hecho de que muchos niños pasan la
mayoría de su tiempo sin sus padres, “entonces el chiquillo come lo que
le deja en el refrigerador su mamá, que normalmente son cosas grasosas o
de fácil despacho, como tallarines o arroz”.
El senador
Ruiz-Esquide señaló que en la sesión que tendrá la Comisión de Salud
planteara el tema a objeto de ver si existe alguna propuesta legal que
permita avanzar más en la materia. “Para nosotros siempre ha sido
importante este tema de salud y mañana vamos a reunirnos y ver los
proyectos que están en la Comisión. Creo que hay que hacer una revisión
de los mismos, archivar y desarchivar algunos de ellos”, puntualizó.
¿QUÉ
PASA EN BÍO BÍO? El tema del sobrepeso u obesidad infantil no es
ajeno a nuestra provincia. El año 2005 la obesidad en alumnos de primero
básico era de un 17,8%, mientras que en el año 2008 aumentó a un 21,4%.
Cifras que igualmente van al alza, pese a la implementación –al
igual que en resto del país- de la denominada Estrategia Global contra
la Obesidad, conocida como EGO, en un total de 202 escuelas de la
provincia, equivalentes al 79,6% del total (según estudios realizados el
2008), que consiste en promover cambios en los hábitos alimenticios de
los escolares e incentivar el desarrollo de actividad física.
Una
escuela EGO debe contar con quioscos saludables que ofrezcan frutas y
lácteos como colaciones en vez de snacks o alimentos con más de 150
calorías; realizar tres horas de educación física como actividad
curricular; tener uno o más profesores de gimnasia; desarrollar
actividades deportivas y recreativas; crear una patrulla juvenil;
capacitar a profesores y apoderados en temas como la alimentación sana y
la actividad física; implementar recreos y pausas activas dentro del
horario escolar, entre otros aspectos.
No obstante, según el informe
de la Universidad de Chile, sólo un 29% de los establecimientos cumple
con las tres horas de educación física semanales y menos del 40% realiza
pausas y recreos activos. La mayoría de los profesores no realiza
actividades extracurriculares relacionadas con alimentación saludable y
los quioscos siguen vendiendo alimentos altos en calorías. Sí se destaca
que un 78% de los establecimientos tiene profesor de educación física.
En
Bío Bío, al 2008 las cifras son aún peores, ya que sólo un 43% de las
escuelas cuenta con profesor de educación física, el 67% realiza
talleres deportivos, mientras que los kioscos de ofertas saludables son
un 39%. Powered by AkoComment! |