El cáncer de ano afecta especialmente al
colectivo homosexual con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), según
afirmó ayer el jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas, Albert Pahissa, en
la presentación de resultados de la Unidad de Cribaje de Displasia Anal (UCDA),
iniciado hace un año para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer y sus
lesiones precursoras.
El cáncer anal es una patología relacionada
con la infección del virus del papiloma humano (VPH) que se transmite a través
de las relaciones sexuales y, según Pahissa, afecta a menos de un 5% de todos
los cánceres de las vías digestivas en la población general.
Este cáncer tiene una incidencia anual de un
caso por cada 100.000 personas, pero aumenta si se trata del colectivo
homosexual, donde la incidencia es de 35 casos por cada 100.000 personas. Esta
incidencia se duplica (70 casos por cada 100.000 habitantes) en los hombres que
mantienen relaciones con otros hombres (HSH) y son infectados por el VIH.
LA UCDA fue creada por el Hospital Vall
d'Hebron (Barcelona) a partir del Servicio de Enfermedades Infecciosas, al
constatar que el cáncer anal tenía "más incidencia" en el colectivo homosexual
VIH positivo que en heterosexuales, cáncer que puede ser invalidante "e incluso
mortal".
Esta unidad, pionera en España, ha atendido
desde entonces a más de 200 pacientes hombres, con una media de 40 años de edad,
que mantenían relaciones sexuales con otros hombres, infectados por el VIH y ha
detectado 58 condilomas -verrugas genitales- y 11 lesiones precursoras de cáncer
que se han tratado de forma satisfactoria.
La unidad trabaja en el diagnóstico y el
tratamiento precoz de las lesiones precursoras del cáncer de ano y determina su
grado de infección por el virus del papiloma humano entre el colectivo
afectado.
Para el diagnóstico se realiza un tacto
rectal, citología y una anoscopia de alta resolución. Con esta última técnica se
visualiza directamente la mucosa anal a través de un video-colposcopio y se ven
posibles lesiones incipientes que no se detectarían con otros procesos
convencionales.
Pahissa calificó la unidad como un "gran
beneficio para todos", porque hasta ahora no existían los dispositivos de
cribaje necesarios para detectar las lesiones precursoras de cáncer y se
aplicaba directamente la quimioterapia o la radioterapia, mientras que ahora se
pueden aplicar "otros tratamientos que no tienen nada que ver con el
láser".
Pahissa lamentó, no obstante, que la población
masculina no sea consciente de este cáncer, ya que la mujer se hace pruebas
periódicas para detectar el cáncer de cuello uterino -otra de las consecuencias
del papiloma humano-, pero el hombre ignora por completo que "también puede
pasarle a él".
Pese a ello, vaticinó que esta unidad "ayudará
en la cultura y tendrá consecuencias en la población", incidiendo en el
pensamiento de los hombres para que tengan conciencia de este cáncer.