Por uso racional de los medicamentos se entiende su uso correcto y apropiado; el paciente tiene que recibir el medicamento adecuado y la dosis debida durante un periodo de tiempo suficiente, al menor costo para él y para la comunidad. Más del 50% de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y la mitad de los pacientes no los toman correctamente.
Datos y cifras
- Más del 50% de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden
de forma inapropiada, y la mitad de los pacientes no los toman
correctamente.
- El uso excesivo, insuficiente o indebido de los medicamentos
tiene efectos nocivos para el paciente y constituye un desperdicio de
recursos.
- Más del 50% de los países no aplican políticas básicas para
fomentar el uso racional de los medicamentos.
- En los países en desarrollo, la proporción de pacientes tratados
de conformidad con directrices clínicas es inferior al 40% en el sector
público y del 30% en el sector privado.
- La combinación de la formación y supervisión de los dispensadores
de atención de salud, la educación de los consumidores y el suministro
de medicamentos en cantidades suficientes es eficaz para mejorar su uso
racional, pero separadamente todas estas intervenciones tienen un
impacto reducido.
Por uso racional de los medicamentos se entiende su uso
correcto y apropiado. Para que haya un uso racional, el paciente tiene
que recibir el medicamento adecuado y la dosis debida durante un periodo
de tiempo suficiente, al menor costo para él y para la comunidad.
Uso incorrecto de los medicamentos
La OMS calcula que más de la mitad de los medicamentos se
prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y que la mitad de
los pacientes no los toman correctamente. Este uso incorrecto puede
adoptar la forma de un uso excesivo, insuficiente o indebido de
medicamentos de venta con o sin receta.
Entre los problemas frecuentes se encuentran:
- la polifarmacia (consumo de demasiados medicamentos);
- el uso excesivo de antibióticos e inyecciones;
- la prescripción no ajustada a directrices clínicas;
- la automedicación inapropiada.
En los países en desarrollo, la proporción de pacientes con
enfermedades comunes tratados de conformidad con directrices clínicas en
la atención primaria es inferior al 40% en el sector público y del 30%
en el sector privado. Por ejemplo:
- la proporción de niños con diarrea aguda que reciben la
rehidratación oral necesaria es inferior al 60%, pero más del 40% recibe
antibióticos innecesarios:
- solo un 50% de los pacientes con paludismo reciben los
antipalúdicos de primera línea recomendados;
- solo un 50 a 70% de los pacientes con neumonía son tratados con
los antibióticos apropiados, pero hasta un 60% de los pacientes con
infecciones respiratorias altas de origen vírico reciben antibióticos
innecesarios.
Consecuencias del uso incorrecto de los
medicamentos
El uso incorrecto de los medicamentos ocurre en todos los
países, es nocivo para los pacientes y constituye un desperdicio de
recursos. Entre sus consecuencias se encuentran:
- La resistencia a los antimicrobianos. El uso excesivo de
antibióticos aumenta la resistencia a los antimicrobianos y el número de
medicamentos que dejan de ser eficaces para combatir las enfermedades
infecciosas. Muchos procedimientos quirúrgicos y los tratamientos
antineoplásicos no son posibles sin antibióticos para luchar contra las
infecciones. La resistencia prolonga las enfermedades y las estancias
hospitalarias, y puede llegar a causar la muerte; su costo es de US$ 4–5
mil millones al año en los Estados Unidos de América,[1] y de € 9 mil
millones al año en Europa.[2]
- Las reacciones adversas a los medicamentos y los errores de
medicación. Las reacciones adversas a los medicamentos originadas
por su uso erróneo o por reacciones alérgicas pueden ser causa de
enfermedad, sufrimiento y muerte. Se calcula que las reacciones adversas
a los medicamentos cuestan millones de dólares al año.[3,4]
- El desperdicio de recursos. Un 10 a 40% de los
presupuestos sanitarios nacionales se gasta en medicamentos. La compra
de medicamentos directamente por el usuario puede causar graves
dificultades económicas a los pacientes y a sus familias. Si los
medicamentos no se prescriben y usan adecuadamente, se desperdician
miles de millones de dólares de fondos públicos y personales.
- La pérdida de confianza del paciente. El uso excesivo de
medicamentos escasos contribuye a menudo al agotamiento de existencias y
al aumento de los precios hasta niveles inasequibles, lo cual merma la
confianza del paciente. Los malos resultados sanitarios debidos al uso
inadecuado de los medicamentos también pueden reducir la confianza.
Factores que contribuyen al uso incorrecto de
los medicamentos
- Falta de conocimientos teóricos y prácticos. Las dudas
sobre el diagnóstico, la falta de conocimientos de los prescriptores
sobre los enfoques diagnósticos óptimos, la inexistencia de información
independiente, como pueden ser las directrices clínicas, y de
oportunidades para efectuar un seguimiento de los pacientes o el temor a
posibles pleitos son factores que contribuyen a la prescripción y
dispensación inadecuadas de los medicamentos.
- Promoción de los medicamentos inapropiada y contraria a la
ética por parte de las empresas farmacéuticas. La mayoría de los
prescriptores obtienen la información sobre los medicamentos de las
empresas farmacéuticas, y no de fuentes independientes, como las
directrices clínicas. Esto puede conducir a menudo al uso excesivo. En
algunos países está permitida la publicidad de medicamentos que
necesitan receta dirigida directamente al consumidor, lo cual puede
llevar a los pacientes a presionar a los médicos pidiéndoles
medicamentos innecesarios.
- Beneficios de la venta de medicamentos. En muchos países
los minoristas prescriben y venden medicamentos sin necesidad de receta.
Cuanto más vendan mayores serán sus ingresos, lo cual conduce al
consumo excesivo de medicamentos, y en particular de los más caros.
- Disponibilidad de medicamentos sin restricciones. En
muchos países la prescripción de medicamentos como los antibióticos se
hace libremente, sin necesidad de receta. Esto conduce al consumo
excesivo, a la automedicación inapropiada y a la inobservancia de los
regímenes posológicos.
- Sobrecarga de trabajo del personal sanitario. Muchos
prescriptores apenas tienen tiempo para dedicar a cada paciente, lo cual
puede estar en el origen de diagnósticos y tratamientos deficientes. En
esas circunstancias, se basan en hábitos de prescripción porque no
tienen tiempo para actualizar sus conocimientos sobre los medicamentos.
- Medicamentos inasequibles. En lugares donde los
medicamentos son inasequibles, los pacientes pueden no comprar las
cantidades necesarias para un tratamiento completo o no comprar ningún
medicamento en absoluto. En lugar de ello pueden buscar alternativas
como los medicamentos de calidad no garantizada adquiridos a través de
Internet u otras fuentes, o los medicamentos que han sido prescritos a
sus familiares o amigos.
- Inexistencia de políticas farmacéuticas nacionales
coordinadas. Las políticas básicas recomendadas por la OMS para
garantizar el uso apropiado de los medicamentos solo se aplican en menos
de la mitad de los países. Dichas políticas incluyen medidas e
infraestructuras apropiadas para monitorizar y reglamentar el uso de los
medicamentos, y para capacitar y supervisar a los profesionales
sanitarios que realizan las prescripciones.
Medidas para mejorar el uso racional de los
medicamentos
La OMS asesora a los países para que ejecuten programas
nacionales de fomento del uso racional de los medicamentos mediante
estructuras y medidas de política, información y educación, tales como:
- creación de organismos nacionales que coordinen las políticas
sobre el uso de los medicamentos y hagan un seguimiento de sus
repercusiones;
- formulación de directrices clínicas basadas en datos probatorios
destinadas a la capacitación, supervisión y apoyo a la toma de
decisiones relacionadas con los medicamentos;
- elaboración de listas de medicamentos esenciales para ser
utilizadas en la adquisición de medicamentos y los reembolsos de los
seguros;
- creación de comités distritales y hospitalarios de medicamentos y
tratamientos que apliquen intervenciones para mejorar el uso de los
medicamentos y efectúen un seguimiento de sus efectos;
- inclusión en los estudios universitarios de cursos de
farmacoterapia basados en problemas concretos;
- inclusión de la formación médica continua como requisito para
ejercer la profesión;
- oferta de información pública independiente y no sesgada sobre
los medicamentos, tanto para el personal sanitario como para los
consumidores;
- fomento de la educación de la población en materia de
medicamentos;
- eliminación de los incentivos económicos que facilitan la
prescripción incorrecta, como la venta de medicamentos con ánimo de
lucro por parte de los prescriptores, que ven así aumentados sus
ingresos;
- formulación de reglamentaciones que garanticen que las
actividades de promoción se ajustan a criterios éticos;
- financiación suficiente para garantizar la disponibilidad de
medicamentos y personal sanitario.
La estrategia más eficaz para mejorar el uso de los
medicamentos en la atención primaria en los países en desarrollo
consiste en una combinación de la formación y la supervisión del
personal sanitario, la educación de los consumidores y el suministro de
medicamentos apropiados en cantidades suficientes. Separadamente, todas
estas intervenciones tienen un impacto reducido.
Respuesta de la OMS
Para mejorar el uso racional de los medicamentos, la OMS:
- efectúa un seguimiento del uso mundial de los medicamentos y de
las políticas farmacéuticas;
- proporciona orientaciones de política y apoya a los países para
que hagan un seguimiento del uso de los medicamentos y formulen,
apliquen y evalúen estrategias nacionales para fomentar el uso racional
de los medicamentos;
- elabora e imparte programas de capacitación para los
profesionales sanitarios nacionales acerca del seguimiento del uso de
los medicamentos y su mejoramiento en todos los niveles del sistema de
salud.
[1] Institute of Medicine. Microbial threats to health:
emergence, detection and response. Washington DC, National Academics
Press, 1998.
[2] Strategic Council on Resistance in Europe. Resistance: a
sensitive issue, the European roadmap to combat antimicrobial
resistance. Utrecht, the Netherlands, SCORE, 2004.
[3] Wiffen P, Gill M, Edwards J, Moore A. Adverse drug
reactions in hospital patients: a systematic review of the prospective
and retrospective studies. Bandolier Extra, 2002.
[4] Reducing and preventing adverse drug events to decrease
hospital costs. Agency for Healthcare Research and Quality, 2000.
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