"Soy migrañosa. Uso la palabra con cuidado porque después de una vida
llena de dolores de cabeza aprendí a concebirlos como parte de mí",
escribió la novelista y poeta norteamericana Siri Hustvedt, esposa del
escritor Paul Auster. El texto de Hustvedt, que describe sus auras y tormentas nerviosas,
resulta singularmente preciso a la luz de un trabajo de investigadores
de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de
Buenos Aires, que lograrevelar los engranajes íntimos de esta condición
que, según se calcula, afectaría al 10% de la población y a dos mujeres
por cada hombre.
Utilizando un modelo de ratón modificado genéticamente para hacerlo
susceptible a un tipo de migraña llamada hemipléjica, los científicos
mostraron que este trastorno, lejos de deberse a causas vasculares,
responde a un desequilibrio en la corteza cerebral, en la que el
predominio de neuronas excitatorias por sobre las inhibitorias
condiciona un estado de hiperexcitabilidad y que esta sobreexcitación es
consecuencia de una alteración en los canales de ingreso de calcio de
neuronas que tienen impulsos nerviosos de larga duración. El estudio
acaba de publicarse en una revista internacional de alto impacto, el
Journal of Neurophysiology.
"Se podría decir quela persona que padece migrañas tiene un desbalance
«de base» entre neuronas excitatorias e inhibitorias -explica el doctor
Osvaldo Uchitel, director del Instituto de Fisiología, Biología
Molecular y Neurociencias, perteneciente a la UBA y el Conicet, y jefe
del grupo integrado por la doctora Carlota Inchauspe, Mariano Di Guilmi y
Francisco Urbano, que firma el trabajo-. Es este desequilibrio el que
condiciona la excitabilidad exagerada de la corteza cerebral, punto de
partida de la reacción que produce el dolor de cabeza y otros síntomas
asociados, como náuseas, dolor abdominal, intolerancia al ruido y a la
luz, entre otros."
Uno de los rasgos característicos de la migraña es el aura, una
sensación (por ejemplo, alteraciones visuales) que indica que está por
sobrevenir un ataque. Según explica Uchitel, está probado que la
producen descargas eléctricas descontroladas de la corteza cerebral,
"que se agotan rápidamente y generan una depresión que se esparce como
una mancha de aceite sobre una tela, a una velocidad de dos a tres
milímetros por minuto".
Desde hace más de un siglo, los científicos veían varios puntos de
contacto entre la migraña y la epilepsia (ambas presentan aura,
hiperexcitabilidad y son episódicas), pero si bien para la segunda ya
había modelos definidos en los laboratorios, no ocurría lo mismo para la
primera.
"Como la migraña hemipléjica familiar surge de la alteración de un solo
gen que dirige la síntesis del canal de calcio, uno de los controladores
de la liberación de neurotransmisores, pudimos insertar esta mutación
en el genoma de un ratón y crear un animal transgénico susceptible al
dolor de cabeza -explica Uchitel-. Tener este modelo nos permitió
estudiar aspectos básicos de la comunicación neuronal. Ya habíamos
probado que, en la sobreexcitación, los canales por los que entra el
calcio a las terminales nerviosas están alterados de tal forma que hay
un mayor ingreso en todas las sinapsis y a la vez mayor liberación de
moléculas excitatorias e inhibitorias. Sin embargo, subsistía una
pregunta: si esa modificación estaba en todas las células, por qué se
manifestaba como una excitación de la corteza y no como una inhibición."
La respuesta, según los científicos, es que el ingreso aumentado de
calcio se da sólo en las neuronas cuyo impulso nervioso es de varios
milisegundos de duración, pero no cuando dura un milisegundo o menos.
"Como en algunas zonas de la corteza cerebral relacionadas con los
síntomas del aura -detalla Uchitel-, las neuronas excitatorias tienen
impulsos nerviosos de larga duración y las inhibitorias de corta
duración, el mayor ingreso de calcio se da en las primeras y esto genera
el desbalance de excitabilidad."
Estudios previos y observaciones clínicas habían mostrado que existiría
un vínculo genético entre la migraña y por lo menos algunos cuadros de
epilepsia. Según el doctor Alfredo Thomson, neurólogo del Instituto de
Neurociencias de la Fundación Favaloro y de Ineco, ya en 2007 un trabajo
de L. Deprez y colegas, que se publicó en la revista Neurology
, lo ubicaba en el cromosoma 9q. "Por otro lado -afirma Thomson-, hay
también una vinculación farmacológica. Cuando los ataques de migraña se
dan ocasionalmente, se tratan con triptanos, pero cuando son semanales o
mensuales, dos de las medicaciones más efectivas para prevenirlos son
antiepilépticos." Según el especialista, la tendencia actual es evitar
este tipo de ataques para prevenir trastornos vasculares en el cerebro. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |