Las madres primerizas a las que se les induce el trabajo de parto podrían necesitar una cesárea más que las que inician ese proceso naturalmente.
Un estudio
sobre 7.800 madres primerizas atendidas en un
hospital en Estados Unidos reveló que aquellas a las que se les
había inducido el trabajo de parto fueron dos veces más propensas
a tener una cesárea. El 44 por ciento de las participantes
tuvieron un trabajo de
parto inducido y los autores estimaron que las fallas en esa
inducción causaron el 20 por ciento de las cesáreas realizadas.
Los resultados, publicados en Obstetrics & Gynecology,
confirman la relación entre la inducción del trabajo de parto y
el aumento del riesgo de necesitar una cesárea. Eso es importante
porque, si bien la cesárea es un
procedimiento seguro, demanda más tiempo de recuperación que el
parto vaginal y tiene ciertos riesgos, como la formación de
coágulos sanguíneos, infecciones en la incisión o en las paredes
uterinas, y dificultades respiratorias en el bebé. Las tasas de
inducción del trabajo de parto y de cesáreas
están creciendo en Estados Unidos desde la década de 1990. La
inducción aumentó del 10 por ciento de los partos en 1990 al 22
por ciento en el 2006. En el 2007, un tercio de todos los partos
fue por cesárea. Los resultados sugieren que fijar más límites a
la inducción
"electiva" reduciría la cantidad de cesáreas en el país, según la
doctora Deborah B. Ehrenthal, del Christiana Care Health System,
en Newark, Delaware. Hay circunstancias en las que se aconseja
inducir el trabajo
de parto. Por ejemplo, cuando el embarazo supera las 41 semanas,
dijo Ehrenthal a Reuters Health. Un embarazo dura unas 40 semanas
y la gestación prolongada o
"postérmino" eleva el riesgo de ciertas complicaciones, como el
parto de feto muerto. Según el Colegio Estadounidense de
Obstetricia y Ginecología,
la inducción del trabajo de parto estaría aceptada en embarazadas
con hipertensión, diabetes gestacional, o cuando "rompen bolsa"
sin que el trabajo de parto comience espontáneamente. La
inducción electiva ocurre sin un motivo médico, sino por
comodidad o cuando el embarazo avanzado produce molestias físicas
o la mujer quiere asegurarse de que su médico atienda el parto.
El 40 por ciento de las inducciones en el estudio fueron
electivas, según las historias clínicas de las embarazadas. El
equipo consideró que las inducciones sin un motivo clínico fueron
electivas. No se puede concluir cuál sería la cantidad "correcta"
de
inducciones en las participantes, o las embarazadas en general,
indicó Ehrenthal. "¿Hacíamos el número indicado hace 15 años o
ahora? No sabemos", agregó. Lo importante para las embarazadas es
comprender los motivos
y los riesgos potenciales de todos los tipos de partos. "Es muy
importante tener un diálogo franco con el médico sobre todas las
opciones disponibles", sostuvo la autora. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |