Éxito y rechazo: Cirujanos chinos realizaron el primer trasplante de pene |
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Wednesday, 20 de September de 2006 |
Cirujanos chinos llevaron a cabo en Guangzhou, el primer trasplante de pene en un hombre de 44 años, cuyo miembro fue severamente dañado en un accidente. El incidente dejó al hombre con un muñón de un centímetro de largo que le impedía orinar o tener relaciones sexuales. La operación fue calificada de éxito quirúrgico, pero el órgano tuvo
que ser amputado porque el paciente lo rechazó psicológicamente. Según los cirujanos, diez días después del procedimiento, el
órgano mostró un adecuado abastecimiento sanguíneo y el hombre era
capaz de orinar normalmente.
Sin embargo, los cirujanos tuvieron que amputar el pene dos semanas después "debido a un severo problema psicológico del beneficiario y su esposa".
El procedimiento, que aparecerá publicado en la revista European Urology el próximo mes, representa, según los expertos, un enorme paso en el campo de la cirugía de trasplantes.
En el pasado se han llevado a cabo con éxito operaciones para volver a unir el órgano sexual de hombres tras accidentes o ataques.
Pero la operación llevada a cabo en Guangzhou fue la primera en la que un pene donado fue unido exitosamente a otro hombre.
El paciente de 44 años había sufrido un grave accidente a principios de año.
El incidente dejó al hombre con un muñón de 1 centímetro de largo que le impedía orinar o tener relaciones sexuales.
Los cirujanos del Hospital General de Gunagzhou pasaron 15 horas en un complejo procedimiento de microcirugía que involucra la conexión de nervios y microscópicos vasos sanguíneos.
Las pruebas postoperatorias no mostraron indicios de que el organismo del paciente rechazara el pene trasplantado de diez centímetros. Sin embargo, el órgano tuvo que ser amputado.
Rechazo
"Los factores psicológicos son un aspecto muy serio en muchos pacientes que reciben ciertos "aloinjertos" u órganos de un donante", dijo a la BBC el profesor Jean-Michel Dubernard, el cirujano que realizó con éxito el primer trasplante de cara, quea ha tenido menos consecuencias psicológicas que los injertos de mano. Hace ocho años el cirujano llevó a cabo el primer transplante de mano en un paciente neozelandés de 50 años. Pero el órgano tuvo que amputársele posteriormente porque el hombre declaró que se había vuelto "mentalmente separado" de la mano que llamaba "repulsiva y marchita".
"Esa operación tuvo muchísimas consecuencias psicológicas" afirma el cirujano.
"Por ejemplo, digamos que no es tan fácil vivir la vida unido a la mano de una persona muerta".
"Es usar la mano de una persona muerta cuando se da un regaderazo, cuando come, etc.".
Antes de realizar el trasplante, los médicos trabajaron durante dos años con psiquiatras y psicoanalistas para intentar solucionar los problemas que tienen que ver con la imagen corporal de un individuo.
"Estos aloinjertos pueden tener serias consecuencias psicológicas --afirma el médico-- y no se pueden llevar a cabo sin una amplia preparación tanto del equipo médico como del paciente".
Según el cirujano francés, las consecuencias psicológicas de trasplantar una mano o un pene pueden ser mucho más graves que las que resultan de un trasplante facial. Hemos tenido más problemas con los trasplantes de mano que con el de cara. Y es que el paciente está viendo en todo momento la mano, mientras que para verse la cara tiene que recurrir a un espejo. "Y es que el paciente está viendo en todo momento la mano, mientras que para verse la cara tiene que recurrir a un espejo".
Los cirujanos, sin embargo, se mostraron sorprendidos por la pronta recuperación psicológica de la paciente a quien se le trasplantó la cara, una mujer que había sido salvajemente atacada por un perro.
"Quizás también tuvo que ver el hecho de que antes de la operación la mujer tenía un aspecto realmente feo, la herida era tan grave que quizás nunca imaginó que volvería a tener un rostro" afirma Dubernard.
Un trasplante de pene, dicen los expertos, es igual que cualquier otro aloinjerto y es necesario someter al paciente a una amplia preparación antes del procedimiento quirúrgico.
Se cree que en el caso del paciente chino el fracaso en una etapa postoperatoria tan temprana demuestra la falta de preparación psicológica.
Además, tal como señala el profesor Dubernard, "el hecho de que la mujer del paciente estuviera involucrada en la decisión de amputar el órgano, provoca muchas preguntas". |