Una década atrás, la noticia del suicidio de René Favaloro conmocionaba
al país y lo sumía en un duelo nacional. Hastiado de esperar ayuda para
su fundación cardiológica e indignado con la dirigencia política, se
disparó un balazo en el pecho con su revólver Magnum calibre 357, en su
domicilio de Barrio Parque.
Según sus amigos, Favaloro fue, además del precursor en la cirugía
cardiovascular con la técnica quirúrgica del by-pass aortocoronario y el
autor del primer trasplante de corazón en la Argentina, una persona
plenamente comprometido con lo social.
"Un hombre puede cambiar la cardiología de un país y del mundo, lo que
no puede hacer es modificar las estructuras corruptas de una sociedad",
reflexionó su biógrafo, Carlos Penelas.
El escritor conoció a Favaloro en 1978, cuando el médico lo citó para
elogiarle un libro. Tras una tarde de conversación, se convirtió en su
hombre de confianza, en el jefe de relaciones públicas de la Fundación y
en su entrañable amigo. "Compartiamos nuestro gusto por la música, por
Zitarroza y por Atahualpa Yupanqui. Con él se podía hablar de cualquier
tema, de fútbol, de mujeres, de historia, de política.Yo le hablaba de
Sarmiento y el de San Martín", recordó en diálogo con lanacion.com.
Penelas dijo que al médico le angustiaba no conseguir una salud para
todos y que la comercialización de la medicina y la desnutrición eran
temas que no lo dejaban dormir. "Luchaba contra el populismo y la
dictadura, contra el facilismo y la falta de responsabilidad", indicó.
El también vocero del prestigioso cardiólogo indicó que el médico tomó
la drástica decisión aquel 29 de julio del 2000 "acosado por los
problemas del país, las obras sociales, el Pami y ciertos frentes
internos de la Fundación".
Para su biógrafo, Favaloro estaría tan desencantado con la realidad
actual como hace diez años. "Ninguno de sus reclamos se solucionó,
siguen el hambre, la corrupción y los problemas en la salud. La idea de
un principio humanitario para la Fundacion, entiendo que tampoco se
cumple", sentenció.
Desde la Fundación. Por su parte, el actual director de la
Fundación Favaloro, Eduerdo Raimondi lo recordó como "un hombre fuerte y
a la vez terriblemente humilde, con conjunción de inteligencia, dureza y
amor difícil de encontrar en una persona".
Según aseguró la mayoría de los problemas financieros que acosaban a
Favaloro fueron resueltos. "El pensamiento romántico sigue estando, pero
con una logica empresarial que permite sustentar a la entidad" indicó a
lanacion.com el directivo: "Casi todas las deudas se saldaron y
la situación se normalizó, tenemos acuerdos muy buenos con las obras
sociales", dijo y especificó que la mayoría los fondos provienen de las
obras sociales, en tanto que una pequeña parte surge de donaciones y que
"en estos diez años nunca hubo un subsidio del gobierno".
En tanto, aseguró que el espíritu humanitario que Favaloro quiso
imprimirle a la Fundación, sigue vigente. "Es el eje de nuestra
atención, atender a personas de bajos recursos que no pueden cubrir los
costos de las cirugías", afirmó.
"No creo que hubiera cambiado su visión del país, sigue sin haber
presupuesto para salud y educación. Pero pienso que sí estaría contento
con lo que pasó con su obra con lo que pudimos hacer con la Fundación a
pesar de la crisis del país en 2001", concluyó Raimondi.
Vocación "Debo confesar que la medicina fue vocación en mí
desde siempre. Mi madre refiere que ya a los cuatro o cinco años
manifestaba deseos de ser médico", admitió en 1980.
René Gerónimo Favaloro nació en La Plata, el 14 de julio de 1923.
Estudió en el Colegio Nacional y, al concluir en 1941, ingresó en
Medicina en la Universidad de la localidad bonaerense.
También en La Plata, en el Hospital Policlínico, realizó el internado y
pasaba horas y horas atendiendo a pacientes de Ensenada, de Berisso y de
lugares más distantes. Graduado en 1948, pensó que seguiría allí su
carrera. Pero su reticencia a firmar que aceptaba la doctrina del
gobierno peronista lo hizo desistir.
En 1950 partió para Jacinto Aráuz, un pueblo de La Pampa, donde ganaría
una riquísima experiencia como médico rural. En 1962 viajó a Estados
Unidos, donde vivió diez años y se especializó en cirugía torácica. Fuen
entonces cuando desarrolló el trabajo fundamental de su carrera
profesional: la cirugía directa de revascularización miocárdica,
conocida como by- pass aortocoronario.
Tras regresar al país, fue profesor de Cirugía Cardíaca en la del
Salvador, y en 1983 consultor de Cirugía en la UBA, que años después lo
designaría profesor honorario.
En 1975 empezó la Fundación Favaloro para fomentar la docencia y la
investigación. En 1992, lanzó allí el Instituto de Cardiología y Cirugía
Cardiovascular, que en apenas ocho meses llevaba hechas 1000
operaciones -incluyendo algunos trasplantes de corazón.
Tras su muerte, en la fundación, los médicos y enfermeras lo recuerdan
como un hombre exigente que instaba a investigar y a capacitarse.
Favaloro hizo miles de operaciones, escribió 350 trabajos científicos y
se metió intensamente en los problemas de las sociedad, aunque causara
revuelo y reacciones. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |