Usted está parado en un puente sobre las vías de un tren. Allí, a sus
espaldas, trabajan cinco personas. El tren se acerca. Al lado suyo hay
un hombre corpulento. Si lo empuja, el tren lo aplastará, pero se
salvarán cinco vidas. ¿Lo empujaría?.
En general, la respuesta a este dilema en poblaciones de distintas
culturas suele ser "no". Pero hay una excepción: entre las personas con
demencia frontotemporal (DFT), trastorno neurodegenerativo cuya
principal manifestación son las alteraciones de la conducta, suele
registrarse un alto número de respuestas afirmativas.
Ahora, un trabajo de investigadores argentinos que acaba de publicarse en Social Neuroscience
logra explicar por qué en este grupo unos empujarían a aquel hombre y
otros no, pero además alumbra algunos de los circuitos cerebrales que
inciden en el juicio moral en personas sanas.
"Lo primero que hay que aclarar es que no hay respuestas correctas o
incorrectas, porque la moral es una construcción cultural -explica
Ezequiel Gleichgerrcht, jovencísimo investigador de Ineco [24 años] y
autor principal del estudio, que también firman Teresa Torralva, María
Roca, Mariángeles Pose y Facundo Manes, de Ineco y el Instituto de
Neurociencias de la Fundación Favaloro-. Pero en trabajos previos ya se
había observado un patrón similar. Por ejemplo, en otra investigación de
Ineco sobre 1300 personas, vimos que sólo 200 optaban por empujar, y
esto mismo se encontró en poblaciones americanas, japonesas... Pero
hasta ahora nadie había investigado por qué hay pacientes con DFT que
contestan afirmativamente y otros, negativamente."
Para averiguarlo, los científicos les administraron este test a 22
personas con DFT precoz y evidencias de atrofia frontal, y las
sometieron a una batería de tests neuropsicológicos que detectan
problemas de empatía, toma de decisiones y juicio moral. Los resultados
sólo mostraron diferencias significativas en una de las variables
examinadas: los sujetos tenían puntajes muy bajos en las pruebas sobre
capacidad de inferir los sentimientos del otro, algo que los
neurocientíficos denominan "teoría de la mente".
"[Los que sí empujaban] tuvieron puntajes menores respecto de los que no
lo hacían en un test en el que tenían que elegir entre cuatro opciones
la que mejor representaba la expresión de una mirada (foto de abajo). Lo
interesante es que en imágenes de resonancia funcional se ha visto que
esta prueba activa la misma zona del cerebro que se deteriora muy
tempranamente en estos pacientes. Es un circuito alterado", explica
Gleichgerrcht.
Para los especialistas existen dilemas morales personales e impersonales, según el tipo de daño que se decida infligir a otro.
El que nos pone en la situación de empujar a un hombre a las vías es
personal, explica Gleichgerrcht. La contrapartida es otro en el que un
tren se acerca a una bifurcación. En un ramal hay cinco hombres; en el
otro, uno solo. El sujeto puede activar una palanca para que el tren
tome uno u otro ramal. "En este caso, la mayoría contesta que movería la
palanca -cuenta el investigador-. Es una decisión impersonal, porque no
se inflige daño en forma directa. Los estudios de neuroimágenes
muestran que, en este caso, el procesamiento tiene que ver más con la
corteza cerebral dorsolateral, es una decisión racional. En cambio,
cuando se hace daño personalmente, hay una activación ventromedial, el
área que muy tempranamente se deteriora en los pacientes que
estudiamos."
Según explica Pose, la demencia frontotemporal es un cuadro que afecta a
una población de 60 años, en promedio, que generalmente está en la
etapa productiva de la vida.
"Son personas que tienen déficits cognitivos que se vinculan con la
corteza orbitofrontal [el área que está por encima de los ojos], y
tienen que ver con la cognición social: la que nos permite hacer varias
cosas a la vez, decidir qué es más importante, ponernos en el lugar del
otro -subraya Torralva-. Esta era una zona misteriosa, no se sabía muy
bien cuáles eran las funciones que cumplía."
Para Manes, aunque algunos procesos cognitivos son conscientes y
deliberados, otros son automáticos. "Por ejemplo, ciertas decisiones
morales están más relacionadas con la emoción que con el razonamiento
explícito. Luego de actuar, uno analiza y explica racionalmente la
decisión moral que ha tomado, influido en realidad por la emoción." Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |