Hace años que las mujeres tienen asumido que deben acudir una vez al
año al ginecólogo para hacerse una revisión rutinaria. Sin embargo, en
los hombres no se acaba de generalizar la idea, repetida por los
especialistas, de que ellos también deben pasar sus pruebas de detección
precoz de problemas con la visita al urólogo.
El problema más frecuente en la salud del hombre es la hiperplasia
benigna de próstata, que consiste en un aumento no canceroso de la
próstata, lo que puede llegar a causar problemas en la micción, porque
provoca que la uretra se comprima.
Se calcula que afecta al 25% de los
hombres de entre 40 y 50 años, y al 80% de los de más de 70. El doctor
Fernando Gómez Sancha, urólogo de USP Hospital San José y un
experto mundial en la materia, recuerda que las visitas al urólogo
deberían realizarse cada año a partir de los 50 años de edad “para
hombres sin antecedentes de cáncer de próstata en la familia. Con
antecedentes, deberían revisarse a partir de los 40. También
deben acudir al urólogo los hombres de cualquier edad con síntomas
urinarios”.
La revisión urológica es un proceso sencillo que consiste en
realizar una entrevista clínica, en la que se valoran los síntomas
que experimenta el paciente, un análisis de sangre en el que se
determina el antígeno prostático específico que sirve para la
detección precoz del cáncer de próstata, un análisis de orina, una
ecografía del aparato urinario y una exploración física sencilla.
Estos
chequeos pueden detectar un posible cáncer de próstata. El doctor Gómez
Sancha recuerda que este tipo de cáncer “no produce síntomas en sus
estadios iniciales, y la única manera de detectarlo cuando todavía es
curable es mediante estos chequeos”. También se puede detectar la
hiperplasia benigna de próstata, porque las ecografías detectan el
aumento de tamaño prostático y permiten evaluar las características
de cada caso, y otras complicaciones, como tumores de vejiga y riñón o
cálculos urinarios.
El tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata se daba
tradicionalmente a través de una intervención quirúrgica con varios días
de hospitalización y los consiguientes riesgos. Actualmente, sin
embargo, existe una nueva técnica, la fotovaporización prostática con
láser KTP (conocido como láser verde), que es un avance radical en el
tratamiento de esta enfermedad. “La intervención con láser KTP es mucho
más segura, porque el riesgo de esta intervención es mínimo, sin
producir incontinencia urinaria ni impotencia sexual, y sin requerir
transfusiones de sangre”, explica el doctor Gómez Sancha.
El doctor José María Pena Outeriño, Jefe del Servicio de Urología de
USP Clínica Sagrado Corazón de Sevilla, destaca que con esta técnica “el
paciente no sangra y no necesita sonda después de la operación, con lo
que en menos de 24 horas puede volver a su casa, y no hay ninguna
contraindicación cardiaca o para pacientes con tratamiento
anticoagulante”.
USP Clínica Sagrado Corazón de Sevilla es el primer centro
hospitalario de esta ciudad en poner en práctica esta técnica y
el doctor Pena Outeriño asegura que hasta ahora todas las operaciones
han sido un éxito “y el grado de satisfacción del paciente es muy alto”.
Además, añade, en los cinco años de seguimiento de aplicación de esta
técnica se ha demostrado que el nivel de aceptación es el mismo que en
las técnicas estándar, pero con muchas más ventajas.
Con esta técnica se han realizado hasta ahora 1.500 intervenciones
con éxito en España y con un alto grado de satisfacción para
los pacientes. “Esta nueva técnica ha demostrado tener la misma eficacia
que los tratamientos mediante cirugía clásica, pero es mucho más cómoda
para el paciente, porque requiere un ingreso de menos de 24 horas y
permite volver a la vida normal al cabo de dos o tres días”, explica el
doctor Gómez Sancha. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |