El gobierno firmó ayer un decreto que obliga a mutualistas y hospitales a
instalar servicios que asesoren sobre anticoncepción o embarazos no
deseados. Las instituciones religiosas no se han expedido sobre el
tema.
El decreto reglamenta uno de los aspectos de la extensa y polémica Ley
de Salud Sexual y Reproductiva que, tras un veto del presidente Tabaré
Vázquez al capítulo que despenalizaba el aborto, fue aprobada hace dos
años.
El director de Programación Estratégica del Ministerio de Salud Pública
(MSP), Leonel Briozzo, explicó a El País que lo que hace el decreto es
convertir en obligatoria la prestación de salud sexual y reproductiva en
todos los centros asistenciales públicos y privados del Uruguay.
"Todas las instituciones tienen la obligación de tener en sus cuadros
técnicos, servicios integrales de salud sexual y reproductiva y estos
deberán estar integrados por un equipo multidisciplinario", señaló y
precisó que "como mínimo" esos servicios deberán contar con un
ginecólogo, una partera y una asistente social que deberán trabajar "en
la multiplicidad de temas relacionados con la salud sexual y
reproductiva: desde la anticoncepción, asesoramientos en casos de
embarazos no deseados, hasta la sexualidad placentera".
Pese a que el aborto constituye un delito en Uruguay, estos servicios
podrán dar información y asesoramiento para reducir los riesgos en
abortos inseguro. Se trata de extender una prestación que a nivel
público ya se realizaba gracias al proyecto "Iniciativas sanitarias
contra el aborto provocado en condiciones de riesgo" que funciona en el
Hospital Pereira Rossell y que fue creado, entre otros, por el propio
Briozzo en el año 2001.
El director de Programación Estratégica del MSP dijo que la intención es
proteger a la mujer y defender su derecho a estar informada y evitar
así complicaciones por abortos provocados. Es sabido que la herramienta a
la que apelan hoy la mayoría de las mujeres para abortar es el uso del
fármaco misoprostol, de venta restringida. Briozzo aclaró que esta norma
no incluye la prescripción de ese medicamento.
"Lo que se busca es la reducción de riesgo", insistió.
Estos servicios también deberán darle asesoramiento y contención a la mujer en casos de violencia sexual.
Religión. Tanto la mutualista Círculo Católico como el Hospital
Evangélico han mostrado cierto reparo para instrumentar políticas
tendientes a favorecer la anticoncepción alegando objeción de
conciencia. Cuando se conoció la noticia de la obligatoriedad de brindar
pastillas anticonceptivas a las usuarias que lo reclamen, desde el
Circulo Católico se expresó rechazo a la idea y se llegó a decir que
dejaban a las afiliadas en libertad de acción si deseaban irse de ese
centro asistencial.
Fuentes de esa mutualista señalaron ayer a El País que hasta no tomar
contacto con el decreto no abrirían opinión sobre el tema. Las fuentes
dijeron que el asunto será analizado y debatido en las próximas horas.
Tanto el presidente de la Junta Nacional de Salud (Junasa), Luis Gallo,
como Briozzo dijeron no tener novedades de posibles planteos negativos
de las mutualistas.
Ambos destacaron que todas las instituciones deben cumplir con lo que
establece el decreto o serán sancionadas. Briozzo aclaró de todas formas
que las objeciones de conciencia "son de las personas, no de las
instituciones".
Plazo. El decreto no fija un plazo concreto para que las instituciones
instrumenten este servicio. Eso lo determinará la Junasa en conjunto con
los prestadores de salud, informó a El País el presidente de ese
organismo. "Será el primer punto del orden del día de la próxima junta.
Vamos a empezar a trabajar de entrada con las instituciones", señaló
Gallo, que prefirió no adelantar plazos.
Para Briozzo esto será cuestión de meses y recalcó que en forma
inmediata a la publicación del decreto la prestación ya quedará
obligatoria, aunque reconoció que se deberá fijar un cronograma en
acuerdo con todas las partes que incluya además la capacitación de
recursos humanos.
Pastillas y Diu. El presidente de la Junasa señaló que lo que aún está
en stand by es el decreto que obliga a las mutualistas a entregar a
precio de un ticket de medicamento pastillas anticonceptivas y
preservativos a los usuarios que lo soliciten.
Gallo explicó que "está todo pronto" para instrumentar ese plan, pero se
aguarda contar con un stock de preservativos a bajo costo para
abastecer a las mutualistas.
"No queremos comenzar a repartir las pastillas anticonceptivas sin antes
tener los preservativos", dijo Gallo, quien destacó que en la Ley de
Presupuesto está incluida una partida para solucionar este tema.
Estos servicios integrales de salud sexual y reproductiva también
deberán facilitar a las usuarias la colocación del método anticonceptivo
DIU (Dispositivo Intra Uterino).
La Sociedad Ginecotológica del Uruguay ya ha expresado su posición al
respecto, y en un comunicado reafirma que la colocación de DIU "es un
acto que implica riesgos y responsabilidades, y quien lo haga debe no
sólo estar capacitado para la colocación, sino manejar las eventuales
complicaciones".
La aclaración es hecha para evitar que esta práctica recaiga en funcionarios no médicos.
"Esta posición a nuestro entender, se ajusta a la ley, contempla los
derechos de los pacientes al acceso universal y preserva los intereses
de los profesionales", dice el comunicado.
Según la ley, la colocación del DIU debe ser sin costo para la usuaria.
Actualmente, la colocación de este dispositivo cuesta entre $ 2.000 y $
4.000. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |