Los factores que aumentan el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular (ACV) o stroke
difieren en su importancia relativa antes y después de los 45 años. En
el primer grupo son señales de alerta el consumo de drogas ilegales, el
mal de Chagas y las migrañas con aura.
Esto es lo que parece indicar el análisis preliminar de los datos
reunidos por el Registro Nacional de Accidentes Cerebrovasculares
(Renacer), de la Sociedad Neurológica Argentina.
"El más frecuente es el ACV isquémico, o infarto cerebral, producido por
la súbita oclusión de una arteria, y en menor proporción el
hemorrágico, ocasionado por la ruptura de una arteria del cerebro",
explica el doctor Luciano Sposato, director del Renacer, del Centro de
Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y de la
Unidad de Stroke del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), al
tiempo que puntualiza que el análisis de casi 1991 casos permitieron
obtener conclusiones sobre las diferencias que muestra el stroke entre jóvenes y no jóvenes.
"El punto de inflexión son los 45 años -añade-. Los factores de riesgo
entre los mayores de esa edad son los más conocidos (hipertensión,
diabetes, hipercolesterolemia, tabaquismo, sobrepeso, vida sedentaria);
entre los más jóvenes, en cambio, adquiere mayor peso relativo la
migraña, que, si bien aumenta el riesgo a toda edad, tiene más
protagonismo cuando el resto de los factores no ha tenido tiempo todavía
de hacer más daño."
Aunque la migraña -un tipo de cefalea muy intensa, que por lo general
afecta la mitad de la cabeza y suele presentarse con náuseas, vómitos,
vértigo, intolerancia a los ruidos, la luz o los olores intensos- ocurre
en entre el 13 y el 15% de las personas, la doctora María Cristina
Zurrú, jefa de la Sección Cerebrovascular del Hospital Italiano y
secretaria del Grupo de Trabajo de Enfermedad Cardiovascular de la SNA,
subraya que el riesgo está levemente aumentado específicamente en la
migraña con aura, que representa alrededor del 2% de estas cefaleas.
"Durante los episodios de este tipo de migraña, algunos pacientes
experimentan fenómenos de vasoconstricción con manifestaciones de
déficits neurológicos, como trastornos para hablar o para mover una
parte del cuerpo. Si esto se prolonga en el tiempo, puede generar una
lesión isquémica."
La doctora Zurrú añade que los ACV en personas menores de 45 años
representan cerca del 20%, y que si bien el Renacer no pudo reflejarlo
estadísticamente aún, los médicos observan en su práctica cotidiana que
hay una tendencia al incremento de casos ligados al consumo de drogas
ilícitas, como la cocaína -que es vasoconstrictora-, además de
trastornos como la trombofilia, patologías inflamatorias de las arterias
y traumatismos arteriales.
"Estas disecciones arteriales causantes de ACV en jóvenes -explica-
ocurren por algún defecto genético que vuelve más débiles las paredes
arteriales, o bien pueden suceder como consecuencia de traumatismos,
como el latigazo luego de un choque, practicando algún deporte o debido a
maniobras quiroprácticas."
Sposato añade que existen varios mecanismos propuestos para explicar la
asociación de ataque cerebral y las migrañas con aura. "La
hiperagregabilidad plaquetaria es uno -dice el neurólogo-, porque supone
una tendencia de las plaquetas a unirse y formar coágulos; el hallazgo
del Genetic Epidemiology of Migraine Study , que sugiere que
los pacientes con migraña suelen tener un peor perfil de riesgo
vascular; el uso aumentado de derivados de la ergotamina para tratar el
dolor, y la disfunción del endotelio, la pared más interna de las
arterias que cumple importantes funciones regulatorias a nivel
vascular."
Según el Renacer, la frecuencia de migrañas en menores de 45 años es 10
veces mayor que en mayores (21,1% vs. 1,9%), y también dos o tres veces
más habitual entre las mujeres, especialmente antes de la menopausia. En
este sentido, y para evitar un "combo" de riesgo, ambos especialistas
aconsejan no combinar el uso de anticonceptivos orales cuando se sufren
migrañas y muchísimo menos elegir ese método anticonceptivo (ni aun los
bajos en hormonas) si la mujer fuma y es mayor de 35 años.
La doctora Zurrú dice: "Un dolor de cabeza puede ser banal o
potencialmente grave, y esto complica las cosas porque es un síntoma muy
frecuente. Pero cuando se trata de una cefalea muy intensa y brusca,
como si uno recibiera un hachazo, se puede estar cursando un ACV en
forma simultánea, ya sea como consecuencia de una crisis migrañosa o de
la ruptura de una malformación o un aneurisma, especialmente cuando en
forma inmediata aparecen otros síntomas neurológicos, como mareos,
dificultad para hablar, moverse, inestabilidad, náuseas o vómitos. Sí:
hay que consultar. Es preferible hacerlo de más y no de menos".
¿Se puede medir el riesgo de sufrir un ACV y actuar en forma preventiva?
Sólo en caso de que más de un familiar directo (padre, madre o hermano)
hayan sufrido un ACV por rotura de un aneurisma (que ocurre cuando se
rompe la sección de una pared arterial que "se infla", como si fuera un
globo) está indicada la realización preventiva de una angiorresonancia
magnética. "Siempre que alguien tuvo un ACV, hay que estudiarlo a fondo
-señala Sposato-. En el caso de los pacientes asintomáticos, hacer
estudios como angiotomografía o angiografía digital trae aparejada la
indefectible necesidad de tomar una decisión terapéutica. Algunos
estudios dicen que no sería aconsejable operar a pacientes que tienen
obstrucciones carotídeas asintomáticas. Es un tema en revisión. El
mensaje claro que sí podemos dar es que lo más importante es la
prevención de los factores de riesgo". Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |