Diabetes, enfermedades
cardiovasculares y cáncer son las enfermedades crónicas que representan
un desafío para el siglo XXI, no sólo en los ricos países
industrializados. Más que curables, son evitables dicen expertos.
Las enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión disparan
otras como el SIDA, la malaria o la tuberculosis. A nivel mundial, el
60 por ciento de las muertes se debe a enfermedades no contagiosas; la
tendencia es al alza. Para científicos como Peter Piot, director de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, la causa es evidente:
“Hoy en día muere más gente debido a dolencias cardiovasculares,
diabetes u obesidad que por infecciones, exceptuando el África
subsahariana, en donde el SIDA es la mayor causa de mortalidad. Este
fenómeno es resultado de los cambios en los estilos de vida, de malas
costumbres alimenticias: demasiada sal, demasiada azúcar, demasiadas
grasas y el hecho de que los alimentos baratos por lo general no son
saludables. Todos estos factores, que afectan la salud de los europeos,
se presentan ahora en otras regiones del mundo”.
No sólo en sociedades ricas
Por mucho tiempo, este tipo de enfermedades fueron entendidas como
propias de sociedades de bienestar, de países industrializados con
población envejecida. La globalización y la urbanización han cambiado el
panorama y también en África los alimentos industriales reemplazan a
los tradicionales, en los Emiratos Árabes se consume masivamente
refrescos azucarados y la industria tabacalera –debido a las estrictas
leyes anti-tabaco en Estados Unidos y en la Unión Europea- enfoca sus
antenas, con éxito, hacia el Asia.
En este sentido, el término “enfermedades del bienestar” está caduco, opina Pekka Puska, presidente de World Heart Federation.
“También en la mayoría de países de Europa, los factores de riesgo de
estas enfermedades crónicas afectan sobre todo a las clases con menores
ingresos. Además, sobre todo en los países en desarrollo la gente
aquejada por este tipo de enfermedades se ve empujada a la pobreza,
debido a la falta de sistemas sociales. Es decir, las enfermedades
crónicas se originan en la pobreza y éstas empujan a la pobreza”, acusa
Puska.
Psiquis enferma
El 80 por ciento de las muertes por esta causa proviene, entretanto,
de países con ingresos medios y bajos. Cada vez son más los científicos,
políticos y organizaciones internacionales que reconocen el problema.
Es más, al lado de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares se
expanden otras, cuya dimensión aún no se percibe claramente: las
síquicas. A nivel mundial, existen 150 millones de personas que sufren
de depresiones. Según Peter Piot, éstas son las afecciones más
descuidadas en este momento. “En todas las sociedades están
estigmatizadas, y aunque originan otras enfermedades no se les da
prioridad. En la Asamblea General de Naciones Unidas se decidió
organizar una conferencia sobre enfermedades no contagiosas para
septiembre de 2011; las enfermedades psíquicas no se tratarían en esa
asamblea. En muchos países, para los enfermos psíquicos se ve todavía
como única solución el internamiento, aún cuando hoy en día podemos
curar ese tipo de afecciones. Podemos tratar depresiones, la
esquizofrenia se puede curar también”, afirma Piot.
No tabaco, no alcohol, más movimiento
Uno de los factores de las enfermedades psíquicas es el estrés, es
decir, el estilo de vida moderno, tan difícil de combatir. En cambio,
contra la diabetes o la presión alta sí se puede hacer algo en concreto,
explica Ala Alwan de la Organización Mundial de la Salud, encargado de
enfermedades no contagiosas y síquicas: “Sobre todo las cardiovasculares
y ciertos tipos de cáncer son enfermedades evitables. Limitando el
consumo de tabaco y alcohol y teniendo un régimen alimenticio sano y
actividad física se pueden evitar y mitigar en buena parte”.
Es decir, que la población mundial tiene que llevar una vida más
saludable, se trata de cambios de comportamiento. Esto es, por un lado,
difícil de lograr y, por otro, hace cuestionar los límites de la
ingerencia de los Estados –por ejemplo con la prohibición de fumar en
sitios públicos- en la libertad individual.
No curar, evitar la diabetes
“No es una disyuntiva”, opina Puska, “se trata de procesos sociales
de cambio para los cuales la gente precisa de información. Hay que
ayudar a la gente a vivir más sanamente y eso tiene mucho que ver con el
entorno, con la oferta. Los ayuntamientos y los programas estatales
tienen que ver con ello, también la industria alimenticia; se necesita
de nuevas directrices”. Es decir, según los expertos, para combatir con
éxito las enfermedades crónicas se requiere de la acción de muchos
actores sociales. No obstante, así Peter Piot, una conciencia cabal del
problema aún no existe:
“En algunos países europeos es usual todavía la “american way”,
sobre todo en lo que a sobrepeso se refiere. En Gran Bretaña, uno de
cada tres adolescentes de 14 años tiene sobrepeso. Tenemos que actuar
con celeridad. Hay que crear estímulos: un impuesto a los alimentos
insaludables así como mayores gravámenes al tabaco y al alcohol. Esta
iniciativa, sin embargo, no se deja percibe todavía; aún se trata sólo
de los costos, de las consecuencias de las enfermedades. Pero, ¿dónde
está la voluntad de actuar para que no surja el problema de la
diabetes?” Powered by AkoComment! |