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Los niños que se alimentan con fórmulas lácteas tienen tres veces más de riesgo de morir por infecciones respiratorias o diarreas, contrario a los que se alimentan de leche materna, señaló el secretario de Salud, José Ángel Córdova, al inaugurar el Segundo Congreso Internacional Doctor Lázaro Benavides Vázquez.

El funcionario destacó que si el bebé se amamanta en la primera hora de vida, reduce en la madre el sangrado postparto, contribuye a prevenir hasta 40 por ciento diferentes tipos de cáncer y hay una menor incidencia de osteoporosis y diabetes tipo dos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), al año fallecen cuatro millones de niños en su primera semana de vida. Las causas principales son diarrea, infecciones neonatales, neumonía, paludismo, parto prematuro o falta de oxígeno al nacer.

Córdova Villalobos detalló que esas muertes son evitables si se utilizan vacunas, antibióticos, suplementos de micronutrientes, entre otras medidas preventivas, pero destacó la lactancia materna como factor importante para proteger y proporcionar al recién nacido los beneficios necesarios para un crecimiento saludable.

La leche materna funciona a modo de una primera vacuna dijo el titular de la Secretaría de Salud, porque es bacteriológicamente pura y contiene anticuerpos que protegen al niño hasta que completa su inmunización básica.

Además, previene la otitis media, incrementa el coeficiente intelectual, disminuye la posibilidad de desarrollar obesidad y favorece los aspectos psicosociales entre la madre y el niño.

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