Los servicios de salud de Nueva York adoptaron un plan para limitar drásticamente en 20.000 restaurantes la utilización de ácidos grasos no saturados, también llamadas “grasas malas”, presentes en algunos aceites y acusadas de estimular las enfermedades cardiovasculares. La decisión definitiva deberá tomarse en diciembre y limitaría el uso de este ingrediente a menos de 0,5 gramos por plato. La norma afectaría principalmente a las cadenas de comida rápida, donde desde las rosquillas hasta las hamburguesas utilizan mucho estos productos.
"Los neoyorquinos consumen una substancia artificial y de riesgo, sin saberlo o consentirlo", explicó Thomas Frieden, jefe de los servicios de salud y quien propuso dicha prohibición. Además, estimo que "los restaurantes pueden remplazar los ácidos grados no saturados sin modificar el gusto o el costo en su comida". Los ácidos grasos no saturados, llamados “trans”, son resultado de la hidrogenización de los aceites para transformarlos del estado líquido al sólido. Principalmente presentes en platos preparados, bizcochos, papas fritas y pizzas, estos ingredientes son denunciados desde hace años por ser extremadamente perjudiciales para la salud. Desde 2006 todos los productos que los contienen deben llevar la mención "ácidos grasos trans", según una determinación del gobierno estadounidense. "Si los neoyorquinos remplazaran todas las fuentes de ácidos grasos trans, al menos 500 muertes por enfermedades cardíacas serían evitadas cada año", estimó Walter Willett, director del Departamento de Nutrición de la Escuela de Harvard de Salud Pública. |