RODAS, Grecia.- A apenas pasos del mar, de un azul que el sol vira a turquesa al
acercarse el mediodía, retumba una señal de alarma unánime de dermatólogos al
hablar de los necesarios cuidados de la piel al exponerse a los rayos solares:
existen muchos protectores disponibles, pero la población los usa mal.Lo advirtieron especialistas en el Congreso de la
Academia Europea de Dermatología y Venereología
recuentemente.
Los padres les colocan un elevado factor de protección a sus
hijos, pero no lo utilizan en su propio cuerpo.
No existe el protector ideal.
La consecuencia, coincidieron, es el envejecimiento cada vez más prematuro de la
piel y el aumento de lesiones malignas.
"En la mayoría de los países es
muy difícil todavía lograr que la población se aplique bien el protector cuando
se va a exponer al sol", afirmó la doctora Gillian Murphy, del Departamento de
Dermatología del Hospital Beaumont de Dublín, Irlanda, al abrir una de las
sesiones en el XV Congreso de la Academia Europea de Dermatología y
Venereología, que finalizó anteayer en esta isla del sur griego.
A esto,
el doctor Rik Roelandts, de la Unidad de Fotodermatología del Hospital
Universitario de Leuven, Bélgica, agregó que lo más común es que "no se utiliza
la cantidad de protector suficiente; que se aplica tarde, una sola vez y sin
reaplicar después de salir del agua; que suele olvidarse cubrir el cuello, los
bordes de la cara donde comienza el cabello y las orejas, o que, directamente,
no se usa o se argumenta algún tipo de intolerancia".
El bronceado
Otro problema, para el especialista, es que los adultos y los
jóvenes conocen el efecto solar en la piel, pero no se protegen porque le siguen
dando mucha importancia al bronceado. Una investigación en la que participaron
varios centros de salud en Europa, en la que intervino Roelandts, demostró
recientemente que menos de un 10% elige utilizar un factor de protección solar
(FPS) inferior a 20.
"Sin embargo, cuando esas mismas personas tienen
que elegir una pantalla solar para aplicársela a los hijos utiliza un FPS de más
de 20 -puntualizó el investigador belga-. Esto demuestra un sesgo en la
percepción del problema que es necesario modificar para reducir el aumento que
observamos en las consultas con lesiones malignas en la piel y envejecimiento
temprano", en los que incide la cantidad de rayos ultravioletas (UV).
Según el doctor Salvador García, del Departamento de Dermatología del
Memorial Sloan-Kettering Center (Estados Unidos) y del Hospital Ramón y Cajal
(España), el 30% de las radiaciones UV lo recibimos en verano, mientras que dos
tercios de esos rayos "los recibimos en el resto del año, cuando no se usa
protector solar".
Para esa época, García investiga en los centros de
ambos países el uso de sustancias de origen vegetal como una forma de
fotoprotección oral. "Puede ser muy útil para aliviar los efectos adversos del
sol en la piel, que pueden llegar a alterar el ADN o a causar inmunosupresión",
explicó durante su presentación.
Por su parte, Roelandts explicó que la
dermis se recupera apenas se suspende la recepción de los rayos UV y que la
elasticidad vuelve a ser óptima a los 24 meses de tratamiento con dos
aplicaciones al día, pero aseguró que lo más importante es que la persona reduce
el riesgo de desarrollar lesiones cancerosas.
Protección ideal
¿Existe algo que pueda proporcionar la protección solar ideal con la
que tanto desearían contar los dermatólogos? La respuesta, simple, la dio la
doctora Zoe Draelos: "No".
Con más de 260 estudios publicados, la
especialista estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake
Forest, en Carolina del Norte (EE.UU.), los protectores solares a la venta y, en
particular, realiza un seguimiento de aquellos con mayores ventas.
Para
ella, el objetivo que toda pantalla debería cumplir es evitar que la radiación
UV alcance y penetre la piel para poder prevenir la aparición de tumores y el
fotoenvejecimiento.
"Después de tantas investigaciones, si tuviera que
describir cómo debería ser un protector ideal exigiría que fuera fotoestable,
que bloqueara los rayos UVB y UVA, que fuera resistente al agua y que demostrara
tener larga duración."
Mientras tanto, algo se puede hacer, y bien, si
se siguen las sencillas e insistentes recomendaciones de los médicos
dermatólogos: hay que evitar exponerse al sol en los horarios pico, como el
mediodía; usar sombrero y prendas para cubrir el torso y las piernas, y aplicar
adecuadamente un protector solar que esté de acuerdo con la fotosensibilidad de
cada piel. Es algo que debe indicar el médico especialista.
Por
Fabiola Czubaj
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