El cálculo específico de la velocidad de
respuesta de las células cancerosas en los tumores de pulmón durante las
primeras semanas de terapia puede predecir el éxito del tratamiento
médico, según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Stanford (EE.UU.) publicado hoy.
El trabajo médico destaca que el éxito de las terapias no depende de su
capacidad para matar directamente las células cancerosas, sino que son
capaces de ralentizar la tasa de división de las células del tumor.
“Con
simples mediciones matemáticas podemos determinar cuándo el cáncer se
asocia a un determinado gen y cómo responderá a la terapia aplicada”,
afirmó el doctor Dean Felsher, profesor de Patología y autor del estudio
divulgado por la revista “Science Translational Medicine”. El
equipo de Felsher, que se asoció con el profesor de radiología David
Paik, utilizó un enfoque de biología matemática para estudiar un
fenómeno denominado oncogén asociado, en el que el cáncer es dependiente
de la actividad de un solo gen causante. Los tumores que son
dependientes de una sola proteína mutada para su crecimiento retroceden
más rápidamente cuando la actividad del oncogén se bloquea. “Con
una nueva terapia, ¿preferirías esperar meses y ver si retrocede, o
sería mejor conocerlo tras un par de semanas? Hemos descubierto que la
velocidad de regresión puede predecir si el tumor es asociado a un
oncogén y puede ser tratado exitosamente con terapias específicas”,
afirmó Felsher. En su experimento, los científicos utilizaron
ratones a los que inocularon el tumor, bloquearon después el
oncogén (gen que al activarse puede provocar cáncer) y rastrearon la
velocidad de regresión del tumor midiendo con precisión las señales de
muerte y supervivencia de las células cancerosas. La subsistencia
de una célula depende del balance de estas señales y las terapias
basadas en el oncogén matan los tumores haciendo que las señales de vida
disminuyan y prevalezcan las de muerte de las células cancerosas. “Ambas
señales disminuyen tras el comienzo del tratamiento, pero las que
promueven la supervivencia de las células cancerosas se disipan mucho
antes. Cuando esto ocurre, el equilibrio se desplaza hacia las señales
de muerte y el tumor se reduce”, explicó Felsher. Los resultados
del experimento se realizaron de manera retrospectiva sobre 43 pacientes
y por tanto no pudieron afectar al tratamiento de los pacientes, pero
pueden ayudar a elaborar técnicas que permitan evaluar qué tipo de
terapia será efectiva o si debe emplearse otra. “Es clave la
velocidad a la que se reduce un tumor. Hay un cierto ritmo de regresión
que indica que nunca vamos a ser capaces de eliminar un tipo de cáncer
totalmente, pero a otro ritmo sí que lo conseguiremos. Para tumores
asociados a un oncogén, es una respuesta cinética muy previsible”,
agregó. Los investigadores trabajan ahora para aplicar sus hallazgos a otros tipos de cáncer. Fuente: http://www.abc.com.py
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