Ser obeso o no parece estar determinado por lo que comemos, porque, según dos investigaciones que se publican en Nature, lo que ingerimos condiciona nuestra flora intestinal, clave a la hora de determinar el riesgo de obesidad de cada individuo.
Según estas dos investigaciones, la diversidad microbiana intestinal no es igual en las personas obesas y en las que no lo son; de hecho, señalan los trabajos, la presencia -o ausencia- de algunas de estas especies puede servir como marcadores
para identificar precozmente a aquellos individuos con un mayor riesgo
de desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes o patologías cardiovasculares.
Además, los estudios también ha visto que durante la pérdida de peso
inducida por una dieta se producen cambios en la diversidad de nuestra
flora intestinal, lo que parece indicar la eficacia de la intervención
dietética.
Los hallazgos confirman el valor que tiene el control de la diversidad microbiana intestinal en la obesidad y en sus enfermedades asociadas, y van en la misma dirección de la evidencia reciente que sugiere que los microbios intestinales tienen un papel en el desarrollo de enfermedades metabólicas, como la obesidad. Menos variedad, más riesgoEn el primer trabajo, dirigido por S. Dusko Ehrlich, Oluf Pedersen, de la Universidad de Copenhague
(Dinamarca), los investigadores comprobaron la disparidad de la flora
intestinal entre las personas obesas y los que no lo estaban. Así, tras
analizar a 169 no obesos y a 123 obesos han visto una alta diversidad de
especies y que, a mayor diversidad de microbios, menos riesgo de tener
anomalías metabólicas, como el aumento de la grasa corporal y la
resistencia a la insulina que conduce a la diabetes. Además, las personas con una flora intestinal menos variada tenían más facilidad de engordar. Estos datos, señalan, pueden ayudar a distinguir entre aquellas personas con diferentes perfiles de riesgo metabólico. En
un segundo estudio, el equipo de Ehrlich analizó los perfiles de los
microbios intestinales durante la pérdida de peso inducida por una dieta
en 49 personas obesas o con sobrepeso. Los expertos comprobaron que un
mayor consumo de alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras, conduce a un incremento de la riqueza bacteriana y mejoraba algunos de los síntomas clínicos asociados con la obesidad.
Este hallazgo, subrayan, apoya los resultados del trabajo anterior ya
que relaciona la composición de la dieta a la estructura de la flora
microbiana intestinal, y sugiere que un cambio permanente puede
conseguirse mediante una dieta apropiada. Para Jeroen Raes, de la Vrije Universiteit Brussel (Bélgica), estos resultados resultan «sorprendentes» y posiblemente «tendrán enormes implicaciones en el tratamiento e incluso la prevención de uno de los mayores problemas de salud pública actuales». Un problema de saludLas complicaciones metabólicas asociadas a la obesidad se han convertido en una epidemia. Se espera que la obesidad aumente en todo el mundo, y pase de los 400 millones de personas obesas en 2005, a más de 700 millones en 2015.
Y dicha tendencia se calcula que persistirá al menos hasta 2030. Por
eso determinar qué personas son más sensibles a desarrollar obesidad y
sus complicaciones puede ser un buen principio para cambiar las
catastróficas previsiones. Fuente: ABC Salud
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