El 8 de octubre se inauguró la feria Biotécnica, en la ciudad de
Hannover, donde empresas e institutos de investigación presentan avances
y descubrimientos en el área de la biotecnología, la tecnología
alimentaria y la medicina. Un gran tema en esta exposición fue la
llamada “medicina personalizada”, en especial en lo referido a los
últimos progresos para el tratamiento del cáncer.
Hace poco más de 10 años se logró descifrar el genoma humano. Para el
investigador Christoph von Kalle, profesor en el Centro Nacional de
Enfermedades Cancerosas, ese fue uno de los hitos más importantes en la
lucha contra el cáncer. "A través de la secuenciación del genoma humano
se puede acceder a un catálogo que permite reconocer cuáles son las
informaciones genéticas que presenta la célula humana si está sana",
explica von Kalle.
Un catálogo genético del cáncer
Gracias a ese catálogo, los científicos pudieron analizar genéticamente
las anomalías de las células enfermas, es decir, las mutaciones. Fue de
ese modo como se pudo entender por primera vez el comportamiento de las
células cancerosas. Y como cada persona es distinta, el cáncer también
lo es.
El concepto clave es “medicina personalizada”, un enfoque que comprende
dos aspectos fundamentales: el diagnóstico individual y una terapia
adaptada a cada persona, explica el investigador Frank Kischkel: "Antes
de una terapia siempre debe elaborarse el diagnóstico correcto, de lo
contrario se puede aplicar un tratamiento erróneo. Un hueso quebrado no
se puede curar con una pomada, sino que primero se debe recolocar el
hueso y fijarlo en su posición normal."
Exactamente lo mismo sucede con el cáncer, dice el científico. Sólo
cuando el médico sabe con qué se enfrenta es capaz de aplicar el
tratamiento óptimo. Es así como Kischkel encontró la manera de evitar
que se trate a los pacientes con más quimioterapia de lo que pueden
tolerar. Para eso desarrolló un test de resistencia con el cual es
posible determinar cuál de los 32 medicamentos más conocidos en la
quimioterapia producen resultados positivos en un paciente. De ese modo
se le ahorran al enfermo otras sustancias que no le harían ningún
efecto. En un segundo test, Kischkel analiza los genes cancerígenos de
un paciente, los llamados oncogenes.
"Concretamente, se secuencian 58 oncogenes y también la manera en cómo
se multiplican. De allí se extraen informaciones acera de cuáles serán
los medicamentos que actúen eficazmente", subraya Kischkel.
Un "freno" para cada célula cancerosa
Cuando los científicos averiguan más sobre las propiedades de las
células cancerosas pueden actuar mejor para combatirlas, señala
Christoph von Kalle, quien está muy interesado en las mutaciones, es
decir, en los cambios genéticos que presentan las células enfermas, en
comparación con las sanas: "A determinadas mutaciones genéticas que
provocan cáncer se las puede tratar con medicamentos que se ajustan
exactamente a ciertos interruptores moleculares. Ese es el caso, por
ejemplo, de ciertas formas del cáncer de piel o de seno", aclara.
Asimismo, en casos ideales, hasta se pueden hallar soluciones para un
paciente determinado: "En primer lugar, se intenta entender el trasfondo
molecular para desarrollar medicamentos en simulación computarizada, es
decir, creando una especie de freno específico para las áreas que
fueron dañadas por mutaciones genéticas malignas".
Otro tipo de tratamiento es la inmunoterapia, que también se puede
ajustar a los requerimientos de cada paciente. Sin una medicina
personalizada no será posible ganar la batalla contra el cáncer, dice
von Kalle. Sin embargo, el investigador advierte no crear expectativas
demasiado grandes, ya que esta área de la ciencia está en fase de
prueba. Pero subraya que una Asociación de Genoma del Cáncer y el
catálogo genético podrían ayudar a los médicos a identificar qué
terapias son las mejores para cada paciente y obtener así resultados
eficaces. Fuente: DW
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