Se ha comprobado que un péptido llamado caeruleína puede convertir
ciertas células, presentes en el páncreas, en células del tipo que es
diezmado en la diabetes de tipo 1, las células beta, productoras de
insulina. El estudio sugiere un nuevo método para tratar a los
aproximadamente 300 millones de personas de todo el mundo que viven con
la diabetes de tipo 1.
El equipo del Dr. Fred Levine, del Instituto Sanford-Burnham de
Investigación Médica, en Estados Unidos, ha encontrado una técnica
prometedora para los diabéticos de este tipo, potencialmente capaz de
restaurar la capacidad del cuerpo de producir insulina. Introduciendo
caeruleína en el páncreas, se ha conseguido generar nuevas células beta
en los experimentos realizados. Si todo va bien, esta técnica podría en
el futuro liberar a los pacientes de las dosis diarias de insulina para
controlar sus niveles de azúcar en sangre.
En el estudio, se examinó primero cómo respondían a las inyecciones
de caeruleína unos ratones en los que casi todas sus células beta habían
sido destruidas (de forma similar a lo que sucede en los humanos con
diabetes de tipo 1). En esos ratones, pero no en ratones normales,
encontraron que la caeruleína causaba que una parte de las células alfa
presentes en el páncreas se diferenciaran en células beta productoras de
insulina. Las células alfa y beta son células endocrinas, lo que
significa que sintetizan y secretan hormonas, y existen unas junto a las
otras en el páncreas, en estructuras llamadas islotes. Sin embargo, las
células alfa no se convierten normalmente en células beta. Las células
alfa son responsables de la síntesis y secreción de glucagón, una
hormona peptídica que eleva los niveles de glucosa en sangre. El equipo de investigación examinó después tejido humano pancreático
procedente de diabéticos de tipo 1, y encontró pruebas contundentes de
que el mismo proceso inducido por la caeruleína ocurría también en los
páncreas de esas personas. El proceso de las células alfa convirtiéndose
en células beta no parece tener ninguna limitación de edad, pues
ocurrió en personas jóvenes y en mayores, incluyendo algunas que tenían
diabetes de tipo 1 desde hacía décadas. Fuente: NCYT
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