En la atención del paciente con cáncer, no solo es importante la figura
del oncólogo. Hay otras disciplinas que ayudan a atender al paciente en
toda su globalidad y que persiguen aumentar la calidad de vida de los pacientes.
Así, junto con la oncología, la psicología y la nutrición son también
fundamentales para afrontar el proceso oncológico en las mejores
condiciones posibles. En este artículo se explica cómo ayudan estas especialidades a mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
Es bien conocido el impacto que supone sufrir un cáncer
en la calidad de vida de una persona y de su entorno más cercano. Pero
no tan solo por la enfermedad misma, sino por el tratamiento para
hacerle frente que puede provocar dificultades en el día a día de las
personas, en el cumplimiento de sus roles familiares, laborales y
sociales, entre otros. Incluso cuando el tratamiento finaliza con éxito,
la enfermedad puede hacer mella en la esfera física y psicológica de
las personas.
El papel del psicólogo en el cáncer
Debido al alcance que puede suponer sufrir un cáncer, los expertos
insisten en que es necesario entender qué efectos provoca en la persona
en toda su globalidad y no solo valorar su impacto en términos de supervivencia o de curación. Y este es el ámbito de actuación de la Psicolooncología. Esta especialidad se ocupa de cómo afecta el cáncer según la localización, el tratamiento (cirugía, quimioterapia, radioterapia)
y la edad del paciente (niños, adultos, ancianos) o qué factores
psicológicos se asocian a cada fase, ya sea en el momento del diagnóstico, al inicio del tratamiento, en la fase de supervivencia, en las casos de recidiva y en la fase terminal.
Así, un psicooncólogo puede tratar la ansiedad y la depresión y los
síntomas físicos asociados y ayuda a que haya una buena relación
médico-paciente, factores que inciden en la calidad de vida de los
pacientes.
"El primer impacto psicológico que recibe una persona a
la que diagnostican un cáncer es un shock que puede activar la
confrontación con la muerte. Raramente la gente se plantea que puede no
morirse de ese diagnóstico", explica Eva Juan Linares, Doctora en
Psicología de la Salud y el Aprendizaje y miembro de la Asociación de Oncología Integrativa.
Para esta especialista en Psicooncología, esto no significa que la
persona se obsesione con la muerte sino que, tras el primer impacto, se
pone en marcha una maquinaria cuyo principal objetivo es recuperar lo
antes posible la vida que se tenía antes del diagnóstico.
"Lo que no es habitual es plantearse de entrada 'qué he hecho, qué ha pasado, qué variables disfuncionales a nivel emocional,
cognitivo, familiar, social, laboral, energético y espiritual me han
llevado a este punto', que sería una reflexión inteligente y que se da
en menos casos de los que sería deseable", asegura la especialista. En
cambio sí se inicia una carrera contrarreloj para superar el cáncer lo
antes posible sin plantearse todas las causas posibles
de la enfermedad, aunque ello suponga intervenir en nuestro organismo
de forma muy agresiva, provocándole lesiones y/o secuelas importantes.
Es por tanto, "muy importante realizar una revisión (de la mano de un
especialista en psicología oncológica), de todas las áreas de la persona
que en realidad no están siendo funcionales y de los impactos
traumáticos que ha vivido la persona en esas áreas, para acceder a la
posibilidad de sanarlas, y colaborar en el proceso biológico de la
curación", explica la Dra. Juan. Esta revisión, puntualiza la experta,
ayudará al paciente a resolver los conflictos
pendientes, detectar aquello que no funciona en su vida y realizar
cambios que le permitan afrontar la enfermedad con más paz y serenidad.
Cáncer: la importancia de comer bien
También el soporte nutricional es muy importante en la
lucha y la recuperación de la enfermedad oncológica. "En la mayoría de
procesos oncológicos desde un 40 % hasta un 80% de pacientes sufren
malnutrición, causada por el propio tumor o por los tratamientos. En
muchos casos sufren hasta un 10% de pérdida peso", explica M. Josep Sebastià, enfermera y profesora de Nutrición Humana y Dietética en la Universitat Ramón Llull,
de Barcelona. Esta situación de malnutrición es un agravante de la
enfermedad que producirá complicaciones y en algunos pacientes obligará a
suspender el tratamiento durante un tiempo, alargando el proceso.
También a través de la dieta se puede ayudar a optimizar el propio tratamiento
y mejorar su eficacia y tolerancia. Esta experta pone como ejemplo que
"para la metabolización y excreción del fármaco administrado en un
tratamiento de quimioterapia, el hígado y el riñón son dos órganos
clave, y es de vital importancia que trabajen de manera correcta. Por
ello, se pauta una dieta que no los sobrecargue y que, además, apoye su
funcionamiento".
A menudo, el tratamiento provoca efectos secundarios como irritaciones
del tracto digestivo que dificultan el masticado y tragado de los
alimentos. Una buena nutrición ayuda a disminuir estos efectos:
alimentos suaves, sin sabores fuertes, temperatura fría, en forma de
puré, licuados o batidos facilitan la alimentación y evitan que la
persona deje de comer por las molestias que le ocasiona. Sebastià, que
colabora con la Asociación Española contra el Cáncer
y con la Asociación de Oncología Integrativa, resume la importancia del
apoyo nutricional en que ayuda a prevenir y corregir las deficiencias
nutricionales, a disminuye la pérdida de peso y de masa muscular, a
mantener el sistema inmunológico, a mejorar la eficacia y tolerancia del
tratamiento, y a reducir los efectos secundarios.
La oncología médica y el tratamiento individualizado
El ámbito de la oncología médica es muy extenso,
complejo y variado. Su finalidad es tratar al paciente en su conjunto,
con el mejor tratamiento disponible e intentar minimizar en lo posible
los efectos secundarios. Según las características del paciente y su
enfermedad, es posible seleccionar un tratamiento individualizado.
"El objetivo del oncólogo medico es, en ocasiones, evitar una nueva
recidiva del cáncer, y en otras, prolongar la vida de aquellos pacientes
portadores de tumores incurables. Se pretende prolongar la vida
teniendo en cuenta la calidad de vida de nuestros pacientes para que así
disfruten de una vida plena", explica Carmen Murias, médica
especialista en Oncología y también colaboradora de la Asociación de
Oncología Integrativa. También se busca tratar los síntomas propios de
la enfermedad y las potenciales toxicidades
que provocan los tratamientos, para intentar en lo posible que los
afectados no interrumpan su vida cotidiana y que no se sientan enfermos.
La dimensión emocional en el cáncer
Es importante, desde la visión global de la persona, explica la oncóloga
Carmen Murias, contemplar su dimensión emocional. Por ello es
importante ayudar a los pacientes con cáncer a gestionar el estrés. Para
ello, la práctica de taichí o yoga, la meditación guiada, musicoterapia,
fisioterapia y planes personalizados de ejercicio físico son de gran
ayuda en el proceso de recuperación. "Además de lograr que cada persona
tenga un papel activo en su recuperación", puntualiza la especialista.
Lo importante es controlar los resultados de cada una de estas terapias
de manera individualizada. Fuente: Eroski Consumer
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |