Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en
Suiza, en colaboración con investigadores de Italia y Países Bajos han
demostrado que los ácidos biliares activan un receptor poco conocido
para superar la pérdida de la sensibilidad a la insulina, lo que
constituye la base para una nueva clase de fármacos contra la diabetes
tipo 2, según informan en un artículo en Journal of Clinical Investigation.
La creciente epidemia de obesidad en todo el mundo se asocia con un
aumento equivalente de diabetes tipo 2, que resulta de la utilización
ineficaz del cuerpo de la insulina. Las personas obesas desarrollan a
menudo inflamación en el tejido de grasa, que, a su vez, puede reducir
la sensibilidad de las células de grasa a la insulina, lo que termina en
diabetes de tipo 2.
La diabetes se desarrolla cuando el cuerpo tiene problemas con la
insulina, una hormona que regula los niveles de azúcar en la sangre,
bien porque el páncreas no puede producir suficiente insulina o porque
el cuerpo no es capaz de utilizar la insulina de manera eficiente. Hay
dos tipos de diabetes: tipo 1, que por lo general comienza en edad
temprana, y de tipo 2, que padece el 90 por ciento de todos los
diabéticos y es causada generalmente por la obesidad.
Uno de los principales problemas de la diabetes de tipo 2 es que a
menudo coincide con inflamación crónica en el tejido graso del cuerpo,
que surge de la actividad de las células inmunes llamadas macrófagos en
el tejido graso, que reclutan aún más macrófagos mediante señales
químicas. La acumulación de macrófagos interfiere con la capacidad de
las células de grasa para responder apropiadamente a la insulina;
condición conocida como "resistencia a la insulina".
Las compañías farmacéuticas están buscando con urgencia tratamientos que
puedan reducir al mínimo la acumulación de macrófagos en el tejido
graso. Un equipo de investigación de la EPFL, dirigido por Kristina
Schoonjans, ha descubierto que un receptor ubicado en los macrófagos
puede inhibir la inflamación de la diabetes tipo 2. Los receptores son
proteínas que se unen a productos químicos e inician cascadas de eventos
en la célula. El receptor de macrófagos en este estudio se llama TGR5 y se activa por
los productos químicos en nuestra bilis, denominados colectivamente como
"ácidos biliares". Tradicionalmente, se ha creído que los ácidos
biliares se limitan al intestino delgado, ayudando con la digestión de
los lípidos, pero estudios recientes, muchos dirigidos por Schoonjans,
han demostrado que los ácidos biliares también entran al torrente
sanguíneo y funcionan como hormonas, actuando sobre los receptores como
TGR5 y afectando al comportamiento de diferentes tipos de células. Los investigadores encontraron que TGR5 puede bloquear las señales
químicas que los macrófagos envían para atraer más macrófagos al tejido
graso. Cuando se activó el receptor con compuestos similares a los
ácidos biliares, TGR5 desencadenó una cascada molecular en las células
que redujo la acumulación de macrófagos, minimizando significativamente
la inflamación asociada con la diabetes tipo 2.
Este descubrimiento abre un nuevo camino para tratar la inflamación en
la diabetes de tipo 2. Moléculas que pueden imitar el efecto de los
ácidos biliares en macrófagos TGR5 pueden convertirse en nuevos fármacos
antiobesidad y contra la diabetes.
"Por supuesto, no queremos usar ácidos biliares para el tratamiento de
la diabetes", aclara Alessia Perino, autora principal del estudio.
"Estamos muy interesados en la búsqueda de moléculas que pueden imitar
los efectos de los ácidos biliares y ya hemos descubierto varias
moléculas pequeñas que pueden conseguirlo", concluye. Fuente: Jano.es
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