Las madres dejan de amamantar antes de tiempo |
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La Nación,Arg.(Fabiola Czubaj)
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martes, 19 de diciembre de 2006 |
Durante al menos los primeros seis meses de vida la lactancia materna es una
fuente irreemplazable de los nutrientes que el bebe necesita para continuar
creciendo fuera de la panza de la mamá. Sin embargo, y en contra de las
recomendaciones de pediatras y nutricionistas, las mujeres porteñas y
bonaerenses tienden a dejar de amamantar a sus hijos demasiado temprano.
Un estudio realizado en doce centros de salud por integrantes de la Escuela de
Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA) halló que el abandono de la
lactancia suele ocurrir entre los tres y cuatro meses de vida de los bebes. A
cambio, el 51% de las madres incorpora la leche de vaca sin modificar, ya sea
sola o en alimentos, como los yogures o los postres que se venden en el
supermercado.
"Quisimos conocer cuál es el patrón lácteo infantil, es
decir, los distintos tipos de leche que consumen los chicos en el primer año de
vida, y confirmamos que las mujeres dejan de amamantar antes de lo que deberían
y que más de la mitad incluye la leche de vaca", explicó a LA NACION la
licenciada María Elena Torresani, directora del estudio multicéntrico en el que
participaron 16 investigadores de la carrera de nutrición de la UBA.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la leche materna como
alimentación exclusiva durante los primeros seis meses de vida de los bebes. "Si
la mujer no puede amamantar a partir del sexto mes porque sale a trabajar o
porque no tiene la leche suficiente, la OMS indica qué otros productos puede
incorporar, como las fórmulas infantiles adaptadas, pero nunca la leche de vaca
sin modificar", agregó Torresani, jefa de la cátedra de Dietoterapia del Niño en
la carrera de Nutrición de la UBA.
El relevamiento incluyó a 434 pares
de madres e hijos. Los bebes tenían entre 12 y 18 meses para que las mamás
pudieran recordar con precisión el patrón alimentario del primer año de vida.
Los investigadores dividieron a los binomios participantes en tres grupos, según
el tipo de cobertura médica (con cobertura médica, con obra social o con
servicio de medicina prepaga).
"El mayor asesoramiento sobre cómo
alimentar al bebe en el primer año de vida lo aporta el pediatra, pero casi el
21% de las mujeres dijo que nunca recibió información -comentó Torresani-. Hay
un gran porcentaje de mamás sin cobertura [de salud] que van al médico sólo
cuando el bebe tiene algún problema pasajero, pero no para hablar de nutrición."
De ahí, insistió la especialista, la importancia del trabajo en conjunto
del pediatra, el licenciado en nutrición y la mamá. De ser así, "estas falencias
en el patrón de alimentación infantil no ocurrirían", indicó Torresani.
Según los resultados del estudio, nueve de cada diez bebes son
amamantados al nacer. Pero a los cuatro meses sólo cuatro de ellos siguen
recibiendo la leche materna. Al preguntarles a las mujeres cuál es la causa del
abandono del amamantamiento, la mayoría de las participantes lo atribuyó,
independientemente del tipo de cobertura médica, a tener que volver a trabajar y
a no poder mantener la regularidad de los horarios para alimentar al bebe.
Reemplazos riesgosos
Con la suspensión de la lactancia,
aumenta la introducción de los sustitutos de la leche materna. "El chico puede
seguir lactando, pero necesariamente ya incorpora antes de tiempo otros
alimentos porque la lactancia deja de ser exclusiva", dijo Torresani.
Entre los productos que las madres incorporaron en la dieta de sus bebes
antes del año de vida se encuentran los yogures, los postres y los flanes, tanto
en sus versiones enteras como descremadas, como las leches fermentadas con
probióticos.
"La falta de información, educación, acceso y/o
disponibilidad de recursos condiciona a las madres a que muchas veces opten por
la leche de vaca como alimento lácteo antes de los 12 meses de vida", indican
los autores del estudio.
Según la OMS, el consumo de leche de vaca antes
del año de vida aumenta en los bebes el riesgo de desarrollar anemia ferropénica
(por pérdida de hierro), microsangrado gastrointestinal, alergia a la proteína
de leche de vaca o diabetes infantojuvenil en los chicos con predisposición
genética a sufrirla.
"Vimos que muchas mujeres usan esa leche sin
modificar en las preparaciones caseras para sus bebes, como licuados, puré o
polenta, cuando podrían usar leches adaptadas para los dos semestres del año o,
incluso, la leche materna, que sin dudas es muchísimo más segura", defendió con
vehemencia la licenciada Torresani.
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