Mantener el bronceado durante el invierno mediante el uso de cabinas de
rayos ultravioleta es peligroso, ya que incrementa la posibilidad de
padecer cáncer cutáneo, informó hoy la Academia Española de
Dermatología y Venerología (AEDV), que quiere hacer hincapié en que la
piel debe cuidarse adecuadamente también en invierno.
En la actualidad, los dermatólogos y otros especialistas han
conseguido concienciar a la mayor parte de la sociedad de la
importancia de cuidar y proteger la piel del sol en verano. Ahora, la
AEDV se encuentra con una nueva tarea: conseguir que la gente entienda
que estos cuidados deben realizarse también en invierno y no permitir
que la piel deje de ser importante en los meses de frío.
Con respecto al problema del cáncer cutáneo, la AEDV quiere
destacar que éste no es sólo consecuencia de una exposición al sol en
verano, sino que es resultado de una agresión continua de radiaciones.
El vicepresidente de la AEDV, el profesor José Carlos Moreno Giménez,
explicó que "es cierto que la potencia solar es menor en invierno pero,
aún así, las personas siguen recibiendo pequeñas cantidades de
radiación que, acumuladas día a día, determinan una cifra total
importante a la que hay que sumar las que se reciben en verano".
El presidente de la AEDV, el profesor Julián Conejo-Mir manifestó
que "la exposición solar propia de los deportes de invierno supone,
además del peligro intrínseco para la piel, un riesgo porque potencian
los daños ocasionados durante el verano". "Por lo tanto --añadió--, es
muy importante y necesario mantener una fotoprotección, aunque ésta no
sea tan intensa como en verano. Es recomendable la utilización de una
crema hidratante con protección solar factor 15 para hidratar la piel y
evitar el fotoenvejecimiento producido por el sol, así como barras
labiales de alta protección en deportes al aire libre".
El profesor Moreno subrayó que "existe la falsa opinión de que si
mantenemos el bronceado mediante el uso de cabinas de rayos
ultravioleta, tendremos una mayor defensa frente a los rayos solares".
"Esta práctica --según este especialista-- es altamente peligrosa, ya
que se ha demostrado que incrementa la posibilidad de padecer cáncer
cutáneo en aquellos usuarios que se someten a este tipo de técnicas".
Asimismo, los expertos señalaron que existen numerosos factores,
propios del invierno, que hacen que la piel sufra y que pueden
incrementar el riesgo de padecer ciertas enfermedades producidas por el
frío. Por este motivo, explicaron que es recomendable cuidar la piel
durante todo el año, sobre todo cuando las condiciones climatológicas
son adversas.
"En líneas generales, la piel sufre menos agresiones en invierno
que en verano", comentó el profesor Conejo-Mir. "Nuestra piel
--añadió-- se adapta al medio ambiente continuamente. En verano la piel
debe contrarrestar el mayor agresivo con el que nos enfrentamos: el
sol; mientras que en invierno se debe adaptar al frío y la humedad".
USAR LOS COSMÉTICOS ADECUADOS
Este especialista señaló también que "la falta de manto lipídico
en invierno nos va a producir sequedad en manos, extremidades y
caderas. Además, los cosméticos deben ser específicos para el invierno,
aportando los nutrientes adecuados, como son las lociones emolientes y
jabones con aceite de oliva. No debemos lavarnos con gel de baño
excesivamente. Si la piel esta seca, es mejor ducharse cada dos días".
La AEDV insistió también en que, en algunos deportes propios del
invierno, como el esquí, hay que cuidar especialmente la piel. "Es
necesario protegerla del frío, ya que se pueden producir importantes
quemaduras por congelación y del sol, ya que la incidencia solar
incrementa considerablemente por la exposición directa y por el reflejo
del sol en la superficie nevada", expuso el profesor Conejo-Mir.
En otro sentido, los dermatólogos manifestaron que perciben
durante el invierno en sus consultas un aumento de las enfermedades
derivadas de la exposición al frío, como los sabañones, pero también
incrementan otras como la dermatitis atópica, la psoriasis o el acné,
que mejoran en verano con la exposición solar y que se reactivan en
esta época. Además, durante esta estación aumentan los trastornos
derivados de las alteraciones circulatorias, ya que el frío causa una
contracción de los vasos. "Por ello, las personas con trastornos en la
circulación tienen que aumentar la protección frente a la bajada de
temperaturas", comentó el profesor Moreno.
"Los pacientes con dermatitis atópica --añadió-- sufren también
las consecuencias del empleo de ropa de abrigo ya que, por una parte,
no toleran bien el calor y, por otra, el uso de fibras sobre la piel
puede desencadenar crisis de picor y aumentar, de este modo, los brotes
de la enfermedad". "Otro proceso, propio de la piel y de consulta
habitual, que se desarrolla en mayor medida en otoño y en invierno es
la caída del cabello. Pero este es un proceso que se controla
espontáneamente y que, por regla general, a lo largo del invierno se
soluciona", informó el profesor Moreno.
Por último, los especialistas destacaron que proteger a los niños
del sol también en invierno es fundamental, ya que éstos son
particularmente sensibles a los cambios y rigores de esta época del
año. "De nuestro comportamiento con nuestros hijos en esta etapa de la
vida va a depender el posterior desarrollo de cáncer cutáneo", concluyó
el profesor Moreno.
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