Un joven fue diagnosticado hace 10 años. En 15 días será
sometido a una operación novel en Uruguay, que podría restaurar parte
de sus facultades.
Cuando intentó firmar un documento, no pudo. En ese momento, a los 29
años, el joven comenzó a sospechar que la esporádica rigidez que
sufría en el dedo meñique era algo más que un problema cualquiera.
Entonces estudiaba en la Faculta de Arquitectura, trabajaba y
pensaba que todo era normal. Luego de pasar por varios médicos y
demasiadas conjeturas (incluyendo la posibilidad de que tuviera un
tumor en el cerebro), le diagnosticaron una enfermedad en la que nunca
había siquiera pensado: Parkinson.
Diez años después, pasa por buenos y malos momentos. En este
período la enfermedad se agravó y lo obligó a dejar de trabajar. Padre
de una hija de tres años, estudiante avanzado de Arquitectura y desde
hace un tiempo, "militante" por la causa de los enfermos de Parkinson,
convive con una enfermedad que en un sólo día le provoca al menos
cuatro períodos complicados cuyo comienzo no se puede prever del todo.
Durante esos lapsos apenas puede moverse (la denominación médica de
este síntoma es akinesia). "Eso implica que cada vez pueda planear
menos lo que quiero hacer. Incluso se me dificulta para hablar",
relató.
Cuando sale de esos momentos, vuelve a ejercitarse, juega a la
pelota para mantenerse ágil e intenta llevar una vida "lo más normal
posible". A veces lo logra. Muchas otras, no.
En poco más de 15 días, será el primer paciente que se operará
en el hospital de Clínicas para intentar detener el avance de una
enfermedad que no perdona. En el mejor de los casos podría recuperar
buena parte de las funciones que perdió. Aunque el éxito no está nunca
asegurada, la llamada estimulación profunda del cerebro es hoy en día
una cuota de esperanza para algunos enfermos de Parkinson.
PROTOCOLO CUIDADO. Para calificar para tal cirugía, pasó por
siete meses de pruebas y evaluaciones realizadas por un equipo
multidisciplinario integrado por 10 profesionales. Tal como explicó el
neurólogo Ricardo Buzó, director de la sección Parkinson y Movimientos
Anormales del Instituto de Neurología -que funciona en el Hospital de
Clínicas-, el cuidado extremo en la selección de los pacientes para
este tipo de cirugía se relaciona directamente con su éxito. Estudios
realizados en Estados Unidos demostraron que el 30% de los casos en los
que la operación había fracasado, habían sido incorrectamente elegidos.
Es por eso que la Facultad de Medicina ha definido un detallado
protocolo que incluye varias etapas por las que deben pasar los
pacientes para evitar que las posibles complicaciones de la operación
terminen superando los beneficios esperados.
Reunió todas las condiciones, entre ellas la de ser joven y
haber llegado a una etapa de la enfermedad quele impide hacer
demasiadas cosas. Con los años aumentó la medicación y cada vez es más
complicado llegar a la ecuación justa de fármacos que logran calmar sus
síntomas.
Según estadísticas del Instituto de Neurología del Hospital de
Clínicas, la prevalencia de este mal en Uruguay es de 1.32 casos cada
1.000 habitantes, una cifra que lo acerca a la media mundial, de un
caso cada 1.000 personas. Así se estima que en el país hay unos 3.300
enfermos que la padecen.
Si bien un alto porcentaje de ellos son diagnosticados entre la
cuarta y sexta década, hay un importante grupo de pacientes que
desarrollan Parkinson incluso antes de los 20 años (juvenil) o entre
los 20 y 40 (comienzo precoz).
Este joven forma parte de ese 5 a 10% que en las estadísticas aparece
como diagnosticado antes de los 40. En su caso, todo avanzó muy
rápidamente.
A pesar de todo, se considera "un hombre con suerte: tengo una
mutualista, tengo una familia que me apoya, tengo un jefe que me ha
bancado a muerte, puedo ir a un gimnasio a entrenarme, tengo los
medicamentos que necesito. Muchos otros enfermos no tienen nada de eso
y están solos".
Solos con su enfermedad, porque con el Parkinson se puede convivir
-o malvivir- por mucho tiempo. Es que para demasiados pacientes,
explicó la neuróloga Elena Diegues, presidenta de la Sociedad
Latinoamericana de Movimientos Anormales, la enfermedad se convierte en
un "enemigo con el que hay convivir".
El Parkinson actúa sobre todo bloqueando la propia voluntad, lo que
Diegues llama la salida interna (los propios deseos de una persona),
aunque no tanto los estímulos externos. Estos pacientes
recurren a un bastón o algún otro objeto en medio de crisis que casi
los inmovilizan. Con esa guía, las piernas comienzan a moverse y es
posible caminar. Aunque no en todos los casos.
A pesar de todo juega con habilidad a la pelota, es posible que media
hora después esté casi inmovilizado por los efectos de la enfermedad.
Independiente por naturaleza, suele trasladarse solo a todas partes
pero reconoce que la movilidad es uno de los principales problemas que
enfrentan las personas con Parkinson. A ello se suman los de trabajo,
vivienda y tantos otros.
Las miradas indiscretas e incluso las burlas directas en la calle,
primero lo lastimaron y ahora son ignoradas. Su batalla, dice, es otra.
"En el Parkinson, el gran contrincante que uno encuentra es el tiempo.
Hay que ganar tiempo en el mejor estado físico, anímico y psicológico
posible. Hay medicaciones y tratamientos muy prometedores y tenemos que
llegar bien a ellos", razona. En muchos casos, la depresión precede y
acompaña al Parkinson, convirtiéndose en otro "enemigo" a vencer.
Mientras que intenta "juntar voluntades" como la suya, Diego espera la operación que podría
cambiarle la vida. Tiene claro que no hay seguridad de éxito total pero
prefiere quedarse con la esperanza de que el resultado será bueno.
Como desde que se enteró de que tenía Parkinson, sigue pensando en
el día siguiente y en que "pronto habrá una cura. Alguna vez, en los
peores momentos, llegué a pensar en internarme en una casa de salud y
ponerme a meditar. Hasta que salga una cura", dice. Pero su faceta
positiva sigue prevaleciendo y así piensa que va a salir adelante.
Un mal que afecta a los "mensajeros" del cerebro
La enfermedad de Parkinson forma parte de un grupo de condiciones
llamadas trastornos del movimiento. Tal como explicó el neurólogo
Ricardo Buzó, director de la sección Parkinson del Instituto de
Neurología, sus síntomas principales son el temblor, la rigidez de las
extremidades y el tronco, y la inestabilidad de la postura. Esto puede
afectar desde la caminata hasta los movimientos más simples.
La enfermedad aparece cuando ciertas neuronas ubicadas en un área
del cerebro llamada sustancia nigra, mueren o sufren deterioro. Estas
células producen dopamina, un químico que actúa como mensajero de las
señales que van desde la sustancia nigra hasta la siguiente "estación"
del cerebro, para luego producir actividad muscular con un propósito,
señaló Buzó.
Algunas personas desarrollan Parkinson como consecuencia de
mutaciones genéticas, pero también es posible que intervengan factores
ambientales que van desde el consumo de ciertos fármacos hasta el
estrés. En general, cuanto más temprano aparece la enfermedad, más
posibilidad hay de que se trate de una causa genética.
A los 29 se dio cuenta que la rigidez del dedo meñique era algo más que una molestia
Mindsuruguay busca apoyo para los enfermos
Esta persona ya ha pasado por buena parte del concierto de
síntomas que trae consigo el Parkinson. Luego de ser diagnosticado, el
primer problema que notó fue la dificultad para escribir, una
complicación más que importante para un estudiante de Arquitectura que
además trabajaba en un estudio de arquitectura. De a poco, aprendió a
escribir con la izquierda.
A lo largo de diez años, sigue encontrando estrategias para
combatir temblores, rigidices y la dificultad para moverse. Cuando, en
los primeros tiempos, descubrió que si se ponía nervioso temblaba
descontroladamente, comenzó a bañarse con agua helada para
acostumbrarse a dominar el temblor que se le generaba. "Si podía
hacerlo en ese caso, también lo podría hacer después cuando me
apareciera el problema en otra situación", razonó.
En los últimos tiempos, la voluntad para sobreponerse a los
problemas que genera la enfermedad se trasladó a un proyecto que ahora
está a punto de convertirse en realidad. Hacia fines de febrero confía
que esté en funcionamiento la página web www.mindsuruguay.com. El sitio
pretende ser la cara visible de una organización que trabaja para
educar a la población -afectada o no- sobre el Parkinson.
También intentará generar proyecto de corto, mediano y largo plazo,
que puedan redundar en beneficios para los enfermos. "Hace años que
vengo pensando en ésto pero ahora se está dando gracias a la
colaboración de tanta gente que me escuchó y me está ayudando.
En el proyecto está involucrado desde el decano de Medicina, Felipe
Schelotto, hasta algunos médicos que lo atienden, pasando por un largo
etcétera de todas las disciplinas. La idea de Hernández es lograr que
cada proyecto tenga un encargado que lo lleve adelante y supervise.
Entre las ideas, se está estudiando (con la ayuda de la Facultad de
Ciencias Económicas), la viabilidad de desarrollar algún tipo de
aparato que facilite la movilidad de los enfermos, uno de los grandes
problemas que genera el Parkinson. Si esto fuera factible, incluso
podría pensarse en la exportación, tal como se anima a soñar .
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