En los últimos años cada vez hay más
investigaciones que relacionan la mala salud mental con un peor estado
físico de los pacientes, sobre todo cardiovascular. Un nuevo trabajo,
publicado en 'Archives of General Psychiatry', aporta más evidencias,
concretamente sobre la conexión entre los síntomas de depresión y la
aterosclerosis.
El trabajo, liderado por Jesse C. Stewart -entonces de la
Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ahora de la Universidad de
Indiana-, asegura que la depresión favorece el engrosamiento y
endurecimiento de las arterias, signo temprano de enfermedad coronaria.
La investigación va más allá y ha concluido que son los síntomas
físicos de este trastorno de la mente, como la pérdida de apetito y la fatiga, los que deterioran las arterias.
Otras investigaciones anteriores sugieren que la ira y otras emociones negativas
están asociadas con el infarto de miocardio o la muerte súbita por
fallo cardiaco. Estas patologías son el último paso del desarrollo de
la aterosclerosis.
El trabajo estadounidense se basa en 324 personas con una edad media
de 60 años. Al inicio de la investigación se examinó a los
participantes exhaustivamente para evaluar su estado arterial.
Se realizaron análisis para conocer el nivel de ciertos factores de
riesgo como el colesterol alto, la hipertensión, o ultrasonidos para
conocer el estado de engrosamiento de las arterias. También
respondieron a cuestionarios para conocer su estado mental, comprobar
si tenían ansiedad, hostilidad o ira. Tres años después se repitieron
las pruebas.
Observaron que los que padecían síntomas depresivos más acusados habían desarrollado un mayor engrosamiento de la arteria carótida.
Tras conocer esta relación decidieron separar los síntomas de depresión
en dos categorías: las físicas (como fatiga o falta de apetito) y las
afectivas (tristeza, pesimismo). Sólo las primeras resultaron tener
relación con la aterosclerosis.
"Nuestros resultados indican que la depresión, pero quizá no la
ansiedad ni la ira, pueden estar envueltas en el inicio y/o progreso de
la aterosclerosis", aseguran los autores. Ahora, los investigadores
quieren estudiar la interacción de los síntomas somáticos con los
emocionales en los riesgos de enfermedad cardiaca.
Más riesgo cardiaco entre los enfermos de esquizofrenia
Otro estudio, también publicado en el mismo número de 'Archives of
General Psychiatry', ahonda en la salud física de las personas con
enfermedad mental grave, como esquizofrenia, trastorno bipolar o
trastorno delirante. Los resultados apoyan otros trabajos anteriores
que conluyeron que los pacientes con enefermedad mental grave tienen
muchos mas problemas de salud fìsica.
Científicos de la Universidad Royal Free en Londres evaluaron a
46.136 individuos de Reino Unido con enfermedad mental. Los que tenían
entre 18 y 49 años resultaron tener 3,22 veces más riesgo de morir por alguna dolencia cardiaca y 2,53 de morir por un infarto cerebral.
Los que superaban los 75 años tenían 1,05 veces más tendencia a morir
por problemas de corazón y 1,34 veces más que los sanos de su misma
edad de morir de un ictus.
"En general, este aumento del riesgo se achaca al estilo de vida poco saludable, los efectos secundarios de los antipsicóticos y el bajo nivel social", señalan los autores de este segundo trabajo.
Sin embargo, los resultados del estudio, que hizo un seguimiento de
los participantes durante seis meses, señalan que en general estos
enfermos tienen predisposición a padecer más trastornos
cardiovasculares e ictus independientemente de la toma de estos
fármacos.
"Los pacientes con enfermedad mental severa que no estaban tomando
antiopsicóticos mostraron mayor riesgo de enfermedad coronaria e
infarto cerebral que los controles", comentan. "Aunque", puntualizan,
"aquéllos que tomaban estos medicamentos tenían el riesgo más aumentado
aún".
En cuanto al cáncer, a excepción del de pulmón (asociado al alto
consumo de tabaco de estos enfermo), los resultados no indican que las
personas con enfermedad mental tengan especial predisposición a sufrir
"los siete tipos de tumores principales [que son los que han evaluado
en el estudio] en Reino Unido", que son colerrectal, respiratorios,
mama, próstata, estómago, esófago y páncreas.
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