Un estudio publicado en el 'New England' arroja dudas sobre las
ventajas de la endoscopia para 'desatascar' la obstrucción del conducto
pancreático, una de la causas de la pancreatitis crónica. La cirugía
convencional obtiene mejores resultados en el alivio del dolor,
concluye el trabajo, en el que han participado 39 pacientes. De todos
modos, según el editorial que acompaña al trabajo, dadas las ventajas
de la intervención mínimamente invasiva, la elección entre una técnica
u otra debe correr de manos del propio afectado.
En muchos pacientes, es muy difícil tratar la pancreatitis crónica,
una inflamación del páncreas (la glándula productora de enzimas
digestivas y de la insulina) asociada al alcoholismo, aunque en otros
casos no tiene una causa concreta. Cuando los analgésicos no son capaces de controlar el dolor de este trastorno, llegan las opciones quirúrgicas.
Una de las intervenciones consiste en 'desatascar' el conducto
pancreático (el canal que 'vierte' las enzimas digestivas al
intestino), pues en muchos pacientes con pancreatitis crónica esta vía
está estenosada (estrechada), dilatada u obturada por cálculos. La
intervención (pancreatoyeyunostomía) consiste en abrir el canal para
desatascarlo, dejando un 'puente' (anastomosis) entre el páncreas y el
intestino.
Pero, al igual que ha sucedido en otras especialidades quirúrgicas,
en los últimos 20 años se ha venido empleando una intervención
mínimamente invasiva que, en teoría, hace las mismas funciones que la
clásica. De modo similar a la angioplastia (la intervención que se usa
para 'desatascar' las arterias), la endoscopia pancreática consiste en
introducir un catéter con un balón para abrir la luz del canal
pancreático. En algunos pacientes, incluso se coloca un 'stent' (malla
de acero expandible) para mantener abierto el conducto. En el caso de
que el afectado presente cálculos, se rompen mediante ondas de choque
(litotricia), como las piedras del riñón.
Sin embargo, el trabajo que ahora publica el 'New England' (uno de
los pocos ensayos al respecto), concluye que "el drenaje quirúrgico es
más eficaz; es más, el estudio fue finalizado antes de tiempo por el comité de seguridad por la significativa diferencia en los resultados", comenta el editorial que acompaña al trabajo.
Tras seguir durante unos dos años a 39 pacientes con pancreatitis
crónica (19 intervenidos mediante endoscopia y los otros 20 mediante
cirugía convencional), se ha visto que la intervención clásica conseguía un alivio "más rápido, eficaz y sostenido en el tiempo",
dicen los autores, procedentes del Academic Medical Center de Amsterdam
(Países Bajos). Durante los dos años de seguimiento, el 75% de los
pacientes quirúrgicos experimentó un control de su dolor completo o
parcial, frente al 32% de los voluntarios de la intervención
endoscópica.
¿El fin de la endoscopia pancreática?
De todas formas, los autores advierten que los resultados no pueden
extrapolarse a todas las personas con obstrucción ductal asociada a una
pancreatitis crónica. "Nosotros excluimos explícitamente a los
pacientes con una masa inflamatoria, porque este problema requiere una
combinación del drenaje ductal [es decir, del conducto pancreático] con
una limitada resección [extirpación] de la cabeza de este órgano",
dicen en su estudio.
Sin embargo, los autores creen que en pacientes en los que la
pancreatitis crónica lleve asociada una obstrucción del conducto
pancreático (por estenosis o cálculos), "consideramos que el drenaje
quirúrgico es el tratamiento preferido. En casos de enfermedad menos extendida, el tratamiento endoscópico todavía puede resultar una valiosa alternativa".
Precisamente, la editorialista insiste en que este trabajo no supone
el fin de la técnica mínimamente invasiva. Para Grace H. Elta,
gastroenteróloga de la Universidad de Michigan (EEUU), "la terapia endoscópica sigue siendo una razonable opción terapéutica, dependiendo de las preferencias del paciente. Aquéllos a quienes falle el tratamiento endoscópico, siempre podrán someterse a la cirugía".
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