Las mujeres desconocen el riesgo de enfermedades cardíacas y están confundidas por informes que afirman que el sobrepeso y la inactividad no son tan peligrosos, informó la revista Circulation. Una encuesta ordenada por la Asociación de Cardiología de EEUU, señala que 55 % no sabía que el corazón es la primera causa de muerte entre mujeres mayores de 25 años. Las diferencias de género han despertado gran interés en científicos que advierten cómo el tardío diagnóstico femenino disminuye los beneficios del bypass y agrava las consecuencias de un infarto.
Las mujeres son las víctimas preferidas de una enfermedad coronaria oculta que priva al músculo cardíaco de oxígeno, aunque las arterias luzcan limpias y libres de bloqueos en estudios con rayos X.
La afección, que podrían padecer tres millones de mujeres norteamericanas, aumenta considerablemente el riesgo de infarto. Sus síntomas principales son el dolor o las molestias en el pecho. Sin embargo, en muchas mujeres que sienten dolor, la angiografía –estudio en el que se inyecta colorante en las arterias coronarias para observarlas con rayos X en busca de bloqueos– suele ser normal, por lo que no se receta tratamiento alguno. Pero tiempo después, las pacientes pueden sufrir falla cardíaca, que muchas veces es fatal. “Cuando las arterias no se ven bloqueadas en los estudios, todos se relajan, incluso los pacientes", aseguró el doctor George Sopko, del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Estados Unidos. La mejor manera de que una mujer descubra si tiene las arterias enfermas es a través de estudios de medición del flujo sanguíneo al corazón. Las que tienen síntomas de enfermedad cardíaca, antecedentes familiares de esta afección u otros factores de riesgo son candidatas indiscutibles. El hallazgo de esta característica difusa de la afección, que sólo afecta a las mujeres, forma parte de un conjunto de investigaciones cuyos resultados se publicaron ayer en dos revistas científicas -Circulation y The Journal of the American College of Cardiology-, y que exploran las diferencias entre la enfermedad cardíaca en hombres y mujeres. Pocas similitudes Las diferencias cardiológicas según el sexo han despertado gran interés en las últimas décadas, dado que los científicos comenzaron a advertir que resultados de estudios previos realizados en su mayoría en hombres no se adecuaban a las mujeres. Entre las diferencias identificadas se encuentran que en las mujeres con enfermedad cardíaca el diagnóstico es más tardío, tienen menos posibilidades de beneficiarse con un bypass y las consecuencias son más graves cuando sufren un infarto. Algunas se deben a que la mujeres sufren ataques cardíacos a mayor edad que los hombres y están más débiles. Además, los síntomas también tienden a ser diferentes: los hombres acusan un dolor insoportable en el pecho, mientras que las mujeres tienden a sentirse mareadas, descompuestas, con falta de aire y con mucho sudor. La enfermedad cardíaca, el ataque cerebrovascular y otros trastornos cardiovasculares se ubican entre las principales causas de muerte. Aunque el riesgo aumenta después de la menopausia y se eleva con los años, la enfermedad cardíaca es la primera causa de muerte entre las mujeres mayores de 25 años. Placas inadvertidas La causa de esta enfermedad oculta se describe hoy como una difusa acumulación de depósitos grasos dentro de las paredes de las arterias y en las pequeñísimas arterias del corazón. Los rayos X no detectan esos depósitos o placas como obstrucciones. Sin embargo, interfieren en el flujo sanguíneo y pueden dañar el músculo cardíaco hasta causar una isquemia. La afección a menudo no se detecta y a las mujeres se les informa que no tienen nada de que preocuparse. Para el doctor Sopko, en cambio, deberían ser tratadas agresivamente por los problemas que llevan a la enfermedad arterial, como el colesterol alto, la hipertensión y la diabetes. Si fuera necesario, agregó, se les debería advertir que dejaran de fumar, que bajaran de peso y que hicieran más actividad física. Según los estudios publicados, el riesgo de morir por un infarto de la mujer que fuma es el mismo que el de una mujer no fumadora con 45 kilos de más. "Para las pacientes, el mensaje es: si tiene síntomas, no crea que porque es mujer es inmune a tener problemas cardíacos", afirmó Sopko. Los descubrimientos se basan en un trabajo realizado con fondos gubernamentales, llamado WISE, para evaluar el síndrome de isquemia femenino. Iniciado en 1996, el trabajo incluyó a 936 mujeres con un promedio de 58 años y con síntomas que llevaron a los médicos a solicitarles una angiografía. El 25% de ellas era joven y premenopáusica. A pesar de los síntomas, sólo un tercio del grupo tenía obstrucciones coronarias visibles. En cambio, en un grupo masculino con las mismas características, el 75% o más tenía obstrucciones graves, aseguró el doctor Carl J. Pepine, jefe de medicina cardiovascular de la Universidad de Florida, en Gainsville, y uno de los investigadores principales del WISE. En los dos tercios restantes del grupo femenino -es decir, las que no tenían arterias obstruidas-, más de la mitad presentaba anormalidades en sus arterias, como la incapacidad para dilatarse, lo que puede causar isquemia, afirmó Pepine. Se observó tanto en las arterias coronarias como en las pequeñas que alimentan al corazón una red de pequeños vasos llamados microvasculación. Los tests demostraron que las paredes de las arterias estaban llenas de placas, pero se habían engrosado para acomodarlas, de manera que la abertura aparecía normal. Luego de cuatro años, la tasa de muertes por ataques al corazón en el grupo sin bloqueos fue del 10 por ciento. "Es demasiado para alguien con un angiograma coronario normal", concluyó Pepine.
Una enfermedad invisible
La Asociación de Cardiología de los Estados Unidos indicó que sólo el 34 por ciento de las hispanas y el 38 por ciento de las negras estaban enteradas del peligro letal que representan los problemas del corazón. Según estadísticas de la asociación 483.800 mujeres estadounidenses murieron debido a un problema cardíaco o apoplejias en 2003. Ese total "es mucho más elevado que el numero de vidas que se cobraron las cinco principales enfermedades mortales combinadas como el cáncer, las enfermedades pulmonares crónicas, el mal de Alzheimer, la diabetes y los accidentes", afirmó la asociación. Según Fran Hu, profesor de nutrición y epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, las mujeres de este país parecen no tener en cuenta la importancia del ejercicio y la pérdida de peso. Hu manifestó que en un estudio realizado sobre una muestra de 88.393 mujeres de entre 34 y 59 años se descubrió que las que eran obesas y no hacían ejercicios tenían 3,4 veces más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón. Esas posibilidades se redujeron a 2,8 veces en mujeres activas y obesas y a 1,5 veces en las que tenían un peso saludable y realizaban ejercicios de forma regular. Por otra parte, las mujeres sedentarias, obesas y que además fumaban aumentaron ese peligro de enfermedades cardíacas 9,4 veces en comparación con mujeres delgadas y activas, señaló el estudio. Hu dijo que, además, los resultados del estudio han servido para rebatir teorías que sugieren que existe una posibilidad real de eludir las enfermedades cardíacas aun cuando una persona sea obesa. Sin embargo, la actividad física intensa no elimina totalmente el riesgo de enfermedades coronarias vinculadas con la obesidad, de la misma forma en que el peso adecuado no neutraliza ese peligro en una persona sedentaria, manifestó el facultativo. "El estado físico y el peso son independientes pero ambos son factores de riesgo cardíaco", indicó. |