Las mujeres que fuman en el
embarazo podrían causar un daño permanente a las arterias en
desarrollo de sus bebés, sugirió un estudio presentado en un
encuentro de la Asociación Americana del Corazón, en Orlando. Ese daño se detectaría en la juventud y aumentaría el riesgo
de enfermedad cardiovascular, según los investigadores. "Las mujeres deben dejar de fumar, en especial en el
embarazo, no sólo por su propia salud, sino por su hijo por
nacer", declaró el autor principal del estudio, el doctor Cuno S.
Uiterwaal, del Centro Médico Universitario de Utrecht, en
Holanda. Cada vez existe más interés en los "orígenes en el inicio de
la vida de la enfermedad crónica adulta", alimentado en parte por
el hallazgo de la relación entre el bajo peso al nacer y la mayor
tasa de enfermedad cardiovascular, dijo Uiterwaal a Reuters
Health.
Dado que la exposición al humo de tabaco durante el embarazo
es uno de los factores importantes que promueven el bajo peso al
nacer, los investigadores de Holanda trataron de estudiar si
fumar durante la gestación también aumenta el riesgo de
enfermedad cardiovascular.
El estudio consistió en una revisión de los registros médicos
de 732 personas nacidas entre 1970 y 1973, a las que se controló
la salud vascular entre 1999 y el 2000.
Los investigadores hallaron que los hijos adultos de 215
madres que fumaron durante el embarazo tenían las paredes de las
dos arterias principales del cuello (arterias carótidas) más
gruesas que los hijos adultos de las mujeres que no fumaron
durante la gestación.
El aumento del grosor de las arterias carótidas señala un
mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, incluido el accidente
cerebrovascular (ACV).
Si ambos padres fumaron durante el embarazo, los hijos, en la
adultez, tenían arterias carótidas más gruesas que aquellos
expuestos a un solo padre fumador o a padres no fumadores.
"Estos resultados sugieren que son importantes tanto el
tabaquismo materno durante el embarazo como la exposición pasiva
al cigarrillo", dijo Uiterwaal a través de un comunicado. "A
mayor exposición durante el embarazo, mayor daño vascular en el
feto", agregó el experto.
Las asociaciones positivas demostradas en el estudio eran
"independientes de otros factores de riesgo de enfermedad
cardiovascular, incluido el tabaquismo actual de los padres o de
los propios hijos adultos", destacó Uiterwaal.
Es posible, indicó el investigador, que las sustancias
químicas del humo del tabaco atraviesen la placenta y lesionen
directamente el corazón y el sistema vascular del feto en
desarrollo. "Ese daño parecería ser permanente", finalizó
Uiterwaal.
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