El diagnóstico de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA)
requiere un enfoque multidimensional, y el tratamiento, sea psicológico
o farmacológico, ha de responder a estos criterios, a pesar de que
sigue habiendo controversias sobre cuál es el abordaje más conveniente.
El tratamiento psicológico de los TCA no debe excluir al farmacológico,
y el psiquiatra ha de asumir que ha de integrarse en un equipo
multidisciplinar, pues las alternativas terapéuticas son
complementarias en patologías que requieren tratamientos
individualizados. Así se expresan José Andrés Gómez del Barrio,
psiquiatra y coordinador de la Unidad de Trastornos de la Alimentación
del Hospital Valdecilla, y José Menéndez Arango, psiquiatra y presidente del comité organizador del VI Congreso Nacional de la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (Aeetca), que se celebrará en mayo en el Palacio de la Magdalena de Santander.
Consciente
de una demanda asistencial cada vez más creciente, tanto en número como
en exigencia de una calidad de recursos asistenciales eficaces, Gómez
del Barrio, que es también secretario del comité organizador, ha
señalado que si bien no se han solventado las controversias que aún
existen en el tratamiento de los TCA, en el caso de la bulimia
nerviosa, por ejemplo, la terapia que mejores resultados ha dado es la
cognitivo-conductual, mientras que en la anorexia la terapia familiar
ha demostrado más eficacia que el resto.
Los abordajes
psicológicos se aplican, pero sin que hayan dejado evidencia de ser más
solventes que otros tratamientos. Con todo, el responsable de
Valdecilla ha precisado que lo primero es hacer una recuperación
nutricional del paciente y, a renglón seguido, una terapia
cognitivo-conductual como parte inicial del tratamiento, pero siempre
individualizando al enfermo, a fin de buscar en él la mayor motivación
posible, un extremo imprescindible para el éxito de la terapia.
En
la misma línea se ha expresado Menéndez Arango, para quien es bueno
debatir sobre las controversias en el abordaje de los TCA o incluso,
contraponer resultados de equipos, pero sin perder de vista que lo
verdaderamente importante es "conseguir una rehabilitación nutricional
o, lo que es lo mismo, una recuperación o mantenimiento de un peso
adecuado a la edad y talla; evitar o tratar las complicaciones
orgánicas sobrevenidas; diagnosticar y tratar los problemas
psicológicos y socio-familiares, y prevenir las recaídas, dado que la
mayor parte de los trabajos dejan claro que en un 25-30 por ciento de
los pacientes no vamos a tener éxito".
Casos ocultos Los dos psiquiatras han destacado el enorme peso que pueden jugar en la detección de los TCA los pediatras y médicos de familia.
"Constituyen
el primer eslabón asistencial, y si están bien preparados la entrevista
clínica y el hallazgo de cambios de peso que no son normales podrían
desenmascarar muchos casos que cuando dan síntomas graves cuesta mucho
recuperar en pacientes en los que el deterioro físico ya ha dejado
daños graves".
¿Y el tratamiento farmacológico está aportando
elementos positivos en los TCA? Gómez del Barrio contesta, sin dejar
lugar a la duda, que en la anorexia hay muy pocos recursos que tengan
evidente utilidad clínica, y los psiquiatras han de aceptar que, en
cualquier caso, nunca debe ser el único tratamiento de los problemas y
limitaciones originados por estas patologías. "Son tratamientos
sintomáticos, para el sueño, la depresión o la ansiedad. Pero en la
bulimia nerviosa, sin embargo, el empleo de fármacos arroja mejores o
más claros resultados con la terapia farmacológica.
Por ejemplo,
el empleo de dosis altas de fluoxetina, junto con la terapia
cognitivo-conductual, disminuye el impulso a comer y los atracones, lo
mismo que el topiramato".
La prevención por medio de la
intervención precoz es otro asunto que se va a debatir en esta cita
congresual, porque los talleres en los colegios e institutos están
dando unos resultados altamente esperanzadores, lo mismo que el trabajo
con grupos de autoayuda y las propias familias. "El campo de la terapia
familiar ha tenido un considerable desarrollo en los TCA".
Variedad de especialistas Debido
a la peculiaridad en el tratamiento de estas entidades, el congreso de
Santander no sólo va a reunir a psiquiatras y psicólogos, sino también
a endocrinos, digestólogos, nutricionistas, internistas, personal de
enfermería y docentes expertos en el análisis y modificación de la
conducta. Los cuatro talleres programados versarán sobre Prevención de
la difusión de los TCA con casos de adolescentes anoréxicos ingresados;
Terapia de aceptación y compromiso; Abordaje y manejo del trauma-abuso
y TCA y, por último, Tratamiento de imagen corporal en TCA. Las mesas
abordarán la investigación en la prevención de los TCA, así como
controversias en los tratamientos; avances neurobiológicos; aspectos
vinculares en la intervención terapéutica en familias; otros trastornos
en la conducta alimentaria, y los TCA de larga duración. El congreso
también atenderá a los póster de los grupos que trabajan en esta
disciplina, y habrá, además de la conferencia inaugural, a cargo de
José Menéndez Arango, otras tres más: Gonzalo Morandé, del Hospital
Niño Jesús, de Madrid; Josep Toro Trallero, del Hospital Clínico, de
Barcelona, y Rosa Calvo Sagardoy, del Hospital La Paz, de Madrid.
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