Para la elaboración del estudio, los autores seleccionaron 5.962 hombres, con edad mayor o igual a 65 años, en seis clínicas en los Estados Unidos. Fueron investigadas la historia del alcoholismo previo, la percepción de los individuos acerca de sus limitaciones funcionales, el uso abusivo de alcohol y la cantidad alcohólica consumida semanalmente por los participantes. Además de esto, se evaluó la fuerza para agarrar objetos, la fuerza en las piernas, la capacidad de pararse sobre una silla y caminar.

Los investigadores observaron que aquellos hombres considerados como tomadores moderados (que tomaban de 7 a 20 dosis por semana), tuvieron un desempeño físico de 3% a 5% mejor que los abstemios. El desempeño de los grandes tomadores fue igual al de los abstemios. Otro hallazgo fue el de que ancianos que toman moderadamente, tienen discretas ventajas con relación a las limitaciones funcionales del día-a-día, comparativamente a los que no toman.