Para comprender mejor los beneficios potenciales del ejercicio en la cesación tabáquica, los investigadores analizaron 14 estudios sobre la forma en que el ejercicio afecta la dependencia al tabaco, el deseo de fumar y el abandono.

Doce estudios compararon el ejercicio con un estado "control" de pasividad, y todos hallaron que algo de actividad física disminuye el deseo de encender un cigarrillo y los síntomas del abandono tabáquico, comparado con la inactividad.

En varios estudios, el ejercicio redujo el deseo tanto, o más, que el chicle de nicotina. El ejercicio triplicó el tiempo que les llevó a las personas prender el siguiente cigarrillo.

Los efectos del ejercicio vigoroso duraron hasta 40 minutos, pero los autores hallaron que sesiones menos intensas de 15 minutos y hasta 5 minutos de trabajo isométrico también tuvieron efectos significativos.

El equipo no atribuyó la distracción como efecto del ejercicio, ya que el deseo de fumar desapareció durante 50 minutos después de una sesión de actividad física.

Lo más probable, agregaron los autores, es que el ejercicio controle el deseo urgente de fumar al reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.

"El ejercicio podría ser una de las estrategias para reducir el consumo de cigarrillos, lo que disminuiría los riesgos para la salud en aquellos que no quieren o pueden abandonarlo, como así también la posibilidad de adquirir el hábito regular", señalaron los autores.

"Una dosis relativamente pequeña de ejercicio accesible para todos sería suficiente", concluyó el equipo.

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