El criterio de Salud Pública para combatir la plombemia cambió. El
mejoramiento nutricional de los niños afectados no es la solución para
las actuales autoridades, quienes sostienen lo que se hizo en 2001 tuvo
un "carácter social más que sanitario".
Mientras que en la anterior administración se afirmó que el
mejoramiento nutricional de los niños afectados por plomo era un
aspecto crucial que hacía satisfacer una necesidad "sanitaria", esa
posición ha cambiado, según quedó de manifiesto en un juicio que inició
el fiscal civil, Enrique Viana.
Viana reclamó a la Justicia que obligue al Estado a extender las
canastas para aquellas familias con niños afectados a partir de los 10
microgramos (mcg) o más de plomo por decilitro de sangre. La demanda
iniciada en forma preventiva contra el MSP está llegando a su fin y el
juez José Lobelcho se pronunciará luego de estudiar los alegatos de las
partes.
La directora de Salud Ambiental y Ocupacional, Carmen Ciganda,
declaró que la plombemia "no se combate con suplementos alimenticios.
No hay sustento científico para dar suplemento alimenticio por encima
de 20 mcg. El plomo no se cura con canastas alimenticias y ésta fue una
decisión que se tomó en el 2001 con carácter social más que sanitario".
La técnica planteó que importa además de la alimentación, la
educación a los niños, enseñarles a lavarse las manos antes de comer,
entre otras acciones. No obstante, en los casos de niños con más de 20
mcg el MSP sigue otorgándoles las canastas.
Viana afirmó en su alegato que "la Administración demandada denota
una porfiada inercia frente a la emergencia". Agregó que de acuerdo a
lo afirmado por Ciganda dar ese complemento "ha sido únicamente un acto
de demagogia", "un acto facultativo, de misericordia o bondad social".
Sin embargo, insistió en que esa posición contradice las pruebas
recabadas en el juicio que demostraron que la plombemia en niños causa
importantes afecciones en su integridad física e intelectual y que el
mejoramiento de la nutrición es una de las medidas ineludibles para
combatirla.
Así lo afirmaron un informe del asesor de la Organización
Panamericana de la Salud, profesor de Toxicología de la Universidad de
Caxias do Sul y jefe de Emergencias del Centro de Información
Toxicológica de Porto Alegre, Carlos Augusto Mello Da Silva y dos
dictámenes periciales realizados por el Laboratorio de Química y
Toxicología y por el Departamento de Medicina Forense del Instituto
Técnico Forense.
El fiscal concluyó que el Estado "tiene una deuda social y
sanitaria" para con los niños afectados y debe "paliar" ese daño
colectivo, a través de la mejora de la dieta alimenticia.
Tres opiniones técnicas
El toxicólogo brasileño Carlos Augusto Mello Da Silva, quien estuvo
en Uruguay en 2001 a pedido del gobierno uruguayo, afirmó: "en niños en
los cuales alguna exposición residual va a persistir, la optimización
del estado nutricional resulta vital para reducir la absorción del Pb".
Para mejorar la dieta mencionó "una dieta rica en hierro, rica en
calcio, disminuir el tenor de grasa de la dieta, aumentar la frecuencia
de las comidas, evitando períodos de ayuno prolongado".
La médica forense Rosana Manikowski afirmó en la pericia que hizo a
pedido de la Justicia: "El déficit de calcio, hierro, cinc y magnesio
favorece la absorción de plomo, lo que aumenta el riesgo y la
importancia de la intoxicación". Agregó que "una nutrición adecuada,
fundamentalmente con corrección o prevención de anemia (aporte de
hierro) y aporte de calcio mediante el mejoramiento de la dieta".
Las médicas Elena Queirolo y Katarsina Kordas de la Universidad de
Harvard sostienen: "cada 10 microgramos que aumente el plomo en la
sangre, se conoce que el coeficiente intelectual disminuye 5 puntos".
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