La mayor investigación hasta la fecha sobre la influencia de las grasas en diversos trastornos cardíacos es iniciativa del Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre de EEUU. La pesquisa fue realizada con 49 mil pacientes, de 50 a 79 años. La insuficiente duración de los trabajos, entre otros factores, explican los resultados. La dieta, el ejercicio y dejar el tabaco siguen siendo claves en la prevención . "Lo que estamos diciendo es que una reducción modesta de la grasa y su sustitución por frutas y verduras no hacen nada sobre la enfermedad coronaria y el ictus o el cáncer de mama o de colon", ha afirmado Nanette K. Wenger, cardióloga y profesora de la Facultad de Medicina Emory de Atlanta. "Esto no significa que la dieta no sea beneficiosa", insistió.
No es simple. Si algo se deduce de los tres artículos que publica la última edición de JAMA sobre el efecto de las grasas sobre la salud es que no es fácil demostrar que un cambio en la dieta se traduzca en un beneficio evidente para el cuerpo humano. El mayor estudio realizado en este campo concluye que disminuir la cantidad de grasas no influye en el riesgo de cáncer o de enfermedad coronaria. Sin embargo, los expertos explican el porqué de los resultados y animan a la población a seguir una dieta sana.
Los investigadores señalan que se debería haber mantenido más tiempo el estudio a pesar de los ocho años de seguimiento, ya que algunos cánceres, como el de colon, y las enfermedades coronarias tardan décadas en desarrollarse. Otro motivo que señalan para explicar los resultados es que sólo se tuvo en cuenta las grasas totales y no se pidió una reducción específica de las saturadas, que son las dañinas para la salud. De esta forma, las grasas presentes en el aceite de oliva y otras que también influyen de forma positiva en la salud podrían haberse ingerido en menor cantidad de la recomendada. Los especialistas recuerdan que para ciertas patologías como las coronarias, e incluso en los trastornos tumorales, no basta con llevar una dieta saludable sino que también hay que prestar atención a otros factores como una mayor actividad física, un control del peso corporal y una vida sin tabaco. La investigación
El estudio Iniciativa para la Salud de la Mujer (WHI, sus siglas en inglés) fue diseñado para evaluar los efectos de la terapia hormonal sustitutiva, la modificación de la dieta y los suplementos de vitamina C y calcio en la enfermedad cardiaca, las fracturas, el cáncer de colon y el cáncer de mama. Con un presupuesto de 415 millones de dólares, se involucró a 49.000 mujeres de edades entre 50 y 79 años. La muestra se dividió en dos grupos: uno recibió asesoramiento con la finalidad de reducir su ingesta de grasas totales un 20% y el otro se utilizó como control y no se modificó su dieta. El seguimiento se prolongó durante ocho años. Aunque las mujeres que redujeron su ingesta de grasas un 9% mostraban un riesgo menor de cáncer de mama, la diferencia no era estadísticamente significativa. De la misma forma, aunque se observó una reducción progresiva del consumo de grasas (del 25% en el primer año al 37% al finalizar el estudio), la dieta no ejerció ningún efecto sobre el riesgo de cáncer de mama o de colon y sobre las probabilidades de sufrir un infarto. Los dos grupos consumieron las mismas calorías. Los resultados, según indican los autores del estudio, de distintos centros de investigación de EEUU, no permiten recomendar una dieta baja en grasas para prevenir las enfermedades evaluadas. Sin embargo, los especialistas señalan los distintos puntos débiles de la investigación, que ha suscitado una enorme atención en EEUU, donde la obesidad es un grave problema de salud pública. "Los resultados del estudio no cambian las recomendaciones establecidas de prevención de la enfermedad", ha señalado la directoras del Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre de EEUU, Elizabeth G. Nabel. "Las mujeres deberían seguir trabajando con sus médicos para reducir el riesgo de enfermedad cardiaca, incluyendo una dieta baja en grasas trans, saturadas y colesterol". Los expertos explican que ahora se conoce mucho mejor el efecto de los diferentes tipos de grasas que al inicio del estudio, por lo que, de iniciar una investigación en estos momentos, se tendría en cuenta esta diferencia para valorar su impacto en la salud. "Lo que estamos diciendo es que una reducción modesta de la grasa y su sustitución por frutas y verduras no hacen nada sobre la enfermedad coronaria y el ictus o el cáncer de mama o de colon", ha afirmado Nanette K. Wenger, cardióloga y profesora de la Facultad de Medicina Emory de Atlanta (EEUU). "Esto no significa que la dieta no sea beneficiosa". |