La protección renal de la quercetina se produce por dos mecanismos, según se describe en un trabajo llevado a cabo en modelo de experimentación murino que ha coordinado José Miguel López Novoa, catedrático de Fisiología de la Universidad de Salamanca. El estudio se publica en el último número de Toxicology and Applied Pharmacology.
Investigadores de la Universidad de Salamanca han demostrado en ratas que una dieta rica en quercetina, antioxidante natural perteneciente a los flavonoides, protege al riñón del daño provocado por el cadmio, un metal tóxico con importantes efectos nocivos para el riñón y el hígado, fundamentalmente en personas vinculadas a la industria metalúrgica.
El trabajo se publica en el último número de Toxicology and Applied Pharmacology y ha sido coordinado por José Miguel López Novoa, catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de Salamanca. Pone de manifiesto que la protección de la quercetina se produce al menos por dos mecanismos. Por un lado, mediante el aumento de la expresión de las metalotioneínas 1 y 2, y por otro, a través de la inhibición de la sintasa inducible de óxido nítrico (iNOS), que se induce por el cadmio. En el origen de la investigación, en la que también han participado los profesores Ana Isabel Morales y Fernando Pérez Barriocanal, se encuentra la irreversibilidad de las lesiones renales causadas por el cadmio en humanos expuestos a este metal. A raíz de este hecho, los investigadores se proponían llegar a algún mecanismo de prevención del daño y optaron por estudiar los efectos de una dieta elevada en antioxidantes naturales, flavonoides fundamentalmente y, en concreto, quercetina, por su abundancia en numerosos vegetales. El modelo experimental planteado se llevó a cabo mediante intoxicación crónica por cadmio de ratas durante nueve semanas; además, durante cinco semanas se les administró quercetina. Los resultados permitieron observar una importante reducción del daño renal inducido por la ingestión de cadmio en los animales que también recibían quercetina, "sobre todo una disminución de más dos tercios del daño con las dosis utilizadas", ha comentado López Novoa. Al explicar los mecanismos moleculares del efecto protector, el trabajo ha revelado dos vías. La primera es "totalmente novedosa" y se asocia con la inducción de las metalotioneínas, proteínas de respuesta a estrés o agresiones como las generadas por metales pesados. La capacidad de estas proteínas para unir metales pesados es conocida. De hecho, según López Novoa, la lesión renal inducida por cadmio no es provocada directamente por el cadmio, sino que este metal es captado por el hígado, que a su vez fabrica las metalotioneínas. Así, se forma un gran complejo de cadmio y metalotioneínas que el hígado libera a la circulación y es captado por el riñón, que degrada la metalotioneína, quedando libre el cadmio dentro de las células del riñón, produciendo entonces el daño. Sin embargo, en este trabajo se ha visto que al mismo tiempo, con la administración de quercetina el cadmio induce en el riñón la formación de otra metalotioneína propia que previene el daño renal. El efecto productor de metalotioneína en el riñón "es novedoso y nos sugiere que con una dieta rica en quercetina el riñón tiene más capacidad para protegerse del daño inducido por cadmio". Inflamación
El segundo mecanismo identificado en el trabajo tiene que ver con la inducción por el cadmio de la sintasa inducible de óxido nítrico (iNOS), enzima que se induce ante situaciones de inflamación, produciendo grandes cantidades de NO, citotóxicas para las células, sobre todo en presencia de estrés oxidativo como ocurre con el cadmio. En esta línea, otra de las aportaciones del estudio es la constatación de que la quercetina inhibe el aumento de iNOS causado por el cadmio. Vista su efectividad, el siguiente paso será administrar una dieta rica en antioxidantes naturales para observar si se logra un efecto similar de prevención. |